~El responsable~

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Tras eso, la línea de cortó, dejando a Fubuki mirando la pantalla del portátil, con la conversación anterior. El corazón le latía en las sienes, no sabía qué sentir, que podía hacer, qué decir. Tan solo le quedaba esperar. Otra vez... quizás esos cinco años no habían sido suficientes, quizás la espera fuera mucho más larga. Puede que esa pequeña espera se le hiciera mucho más larga, es lo que suele pasar cuando deseas saber o hacer algo, y en su caso, necesitaba saberlo ya. Sobre todo, porque ahora se enteraba de que debía de saber algo, que hasta ahora, para él, era inexistente.

-¡Gouenji!- escuchó una voz a lo lejos en el pasillo, y Fubuki cerró al instante el portátil y se secó los ojos, vidriosos.

Endou traspasó el umbral de la puerta y pareció sorprenderse de su mirada perdida y sus ojos llorosos. Después de todo, para Endou, no era Fubuki, sino que era su amigo Gouenji.

-Hey, ¿qué te pasa?

Fubuki decidió negar con la cabeza y sonreír levemente ante la pregunta preocupada del portero, el cual, se acercó a la cama con el ceño fruncido y con los ojos clavados en los suyos.

-Sé que te pasa algo, créeme, conozco esa mirada... Aunque estás un poco raro.

-¿Yo? No, Endou, no estoy raro- dijo Fubuki con una leve sonrisa.

-Gouenji- lo dijo en tono de: «A mí no me engañas»- ¿Cómo estás ahora con Fubuki? ¿Por qué te has quedado en su apartamento?

-Es difícil de explicar- susurró.

-Tengo tiempo.

-No lo tienes, Kazemaru te espera- Fubuki alzó la vista y sonrió a su manera, desconcertando al castaño, el cual por muy amigo de Gouenji que fuera, pocas sonrisas había visto en su rostro.

-¿Kazemaru? ¿A qué te refieres?

-Nada nada, tú solo déjame sólo Endou, no te preocupes por mí...

-¿Sigues en depresión?

Fubuki al instante frunció el ceño y no pudo evitar mirar extrañado al de la banda naranja, el cual parecía ir totalmente en serio con la pregunta, como si... de verdad se estuviera refiriendo a que Gouenji había estado en depresión. Al instante, notó una presión en el pecho que le hizo retorcerse de dolor por dentro.

-¿Depresión?- fue lo único capaz de preguntar.

Se le pasaron imágenes de Gouenji sufriendo por algo, sin saber la obviedad de que ese sufrimiento podía deberse a él mismo, a su separación. No se le había ocurrido pensar que Gouenji, al igual que él, podía haber estado en depresión durante esos cinco años desde que se separaron, no se le había pasado por la cabeza la idea de que la separación podía haberle afectado tanto como le afectó a él. Fubuki negó varias veces sin poder creerlo, porque, si lo había pasado tan mal, si había estado en depresión... por él, ¿por qué? ¿Por qué todo aquello? ¿Por qué no le había llamado una sola vez? ¿Por qué demonios no le había mensajeado? ¿Por qué insistió en que lo mejor era estar separados y no se retractó una sola vez...?

-Bueno, la última vez que hablamos me dijiste que seguías recuperándote- contestó el castaño a la retórica del de cabellos rubios.

-No lo entiendo- murmuró.

-Cuando me contaste que estabas en depresión por la ruptura creí que iba a ser algo pasajero... pero ya veo que al final no lo fue.

-Así que era eso- siguió diciendo, ya sin molestarse ni un poco en fingir.

Se puso a sollozar, y el castaño abrió los ojos sorprendido. Fubuki se abrazó a sí mismo, tapándose más con la manta que tenía echada por encima, y de repente sintiendo un frío calarle hasta los huesos, un frío aún más fuerte que el de Hokkaido. Su vida era un caos, uno el cual no llegaba a comprender y le estaba matando lentamente. Ya no sabía que pensar de Gouenji. Cada día era un altibajo, cada cosa que le ocurría desde que había vuelto había complicado las cosas. Y él creía que todo estaba solucionando, creía que todo era tan simple como un: «Shuuya ya no me quiere». Pero había comprobado con creces que todo podía complicarse, retorcerse, cambiar, tornarse insoportable y dolorosamente extasiante en lo que podían ser unos simples segundos. ¿Podía Gouenji al fin y al cabo de verdad estar haciendo algo por él?

¿Por qué... tú? | Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora