~Las apariencias engañan~

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-Sé que no voy a recibir ninguna respuesta pero... aún así, te lo voy a preguntar- empezó a decir Fubuki mirando el cielo encapotado de su ciudad natal. Estaba apoyado con la espalda contra la lápida que rezaba: «Atsuya Fubuki, siempre en nuestro corazón». Echó la cabeza hacia atrás apoyando también la cabeza, con los ojos entrecerrados- ¿Qué es lo que hago mal...? ¿Acaso he atentado contra el mundo? ¿No me merezco ser feliz?- cuestionó. El viento le revolvió el pelo y prosiguió hablando- Atsuya, no entiendo porque todo acaba tan mal. No he hecho nada ¿verdad? Te preguntarás que hago así si es que no lo sabes. Yo tampoco entiendo como estoy en otro cuerpo... - admitió sonriendo un poco- Atsuya, necesito algo de tranquilidad, de ayuda, a alguien que me sincere la verdad. ¿Lo harías tú si estuvieras conmigo?

Rió levemente recordando a Atsuya, sus pelos alocados y sus ojos penetrantes. La forma que tenía siempre de sonreír y de pasarle un brazo por los hombros celebrando una victoria, la cual, podía ser una simple travesura que le incitaba a hacer o un partido del fútbol que tanto les gustaba.

El móvil le vibró en el bolsillo. No supo por qué, tenía un leve atisbo de esperanzas de que Gouenji fuera quien había iniciado aquella llamada. Sin embargo, al ver el número, tan solo suspiró levemente con la decepción palpando su mirada. Mas, lo cogió de todos modos, dado que el que llamaba no era nada más ni nada menos que Kazemaru.

-¿Sí?- se llevó el móvil al oído.

-Midorikawa- fue lo único que dijo.

El de cabellos azules no se había equivocado de número, ni mucho menos, alentaba el apellido de Ryuuji porque debía saber algo de lo ocurrido entre ellos.

-¿Ya te has enterado?- preguntó Fubuki recogiendo sus rodillas y abrazándolas con un solo brazo.

-Sí- dijo Kazemaru-, me llamó diciendo que... te habías enfadado con él, y que se iba.

-¿Cómo que se va? ¿Él también?

-¿También? ¿Se ha ido Gouenji-kun...?- Ichirouta parecía ahora más confundido que nunca.

Fubuki negó levemente, quería explicarle todo porque, en realidad, que su amigo estuviera confundido era de lo más normal. Empezó a contarle sobre la noche anterior, sobre lo que Gouenji y él estuvieron hablando y lo último que le dijo sobre que se iba a ir de nuevo y, como consecuencia, no quería iniciar de nuevo una relación para no tener que romperla. Le contó que se había ido a Hokkaido como la última vez, a solas, recalcando que se sentía un idiota por haber vuelto a Inazuma cuando en realidad, debería haberse quedado allí para no tener que sufrir más. El chico a través de la línea se mantuvo en silencio escuchando, y Fubuki relató lo que pasó con Midorikawa, sus sospechas de que le ocultaba algo con respecto a Gouenji.

-Vaya esto es...

-¿Impresionante?- completó la frase Fubuki.

-Fubuki, dudo mucho que... entre Mido y Gouenji-kun haya algo...

-No, Kazemaru, eso ya lo sé yo. Shuuya nunca haría eso, y Midorikawa no engañaría a Hiroto bajo ningún concepto- explicó-. Sin embargo, lo que creo es que ambos saben algo con respecto a todo lo que está pasando. No me quieren contar nada, ninguno de los dos estuvieron la noche de la fiesta, ambos reaccionaron con normalidad al cambio de cuerpos... ¿Acaso no te suena raro?

-Ahora que lo dices sí- le dijo con seguridad en la voz-. Sé que puede no ser la mejor noticia que vayas a recibir hoy... pero voy camino de Hokkaido.

-¿Hokkaido? ¿Vienes para acá?- abrió los ojos sorprendido.

-Ajá, voy en el tren con Endou...- lo último parecía haberlo dicho en voz más baja para ocultar un sonrojo-. Le han llamado para jugar un partido en la zona y me ofrecí para acompañarle.

¿Por qué... tú? | Inazuma ElevenWhere stories live. Discover now