MY GIRL 2 (LIAM PAYNE Y TU)

capitulo 43.- una caída fatal.

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-¡está lista la comida!-  terminé de poner la mesa, josh  entró a la cocina con su uniforme de futbol puesto y Ross con ropa más cómoda para andar en casa.

-¿es seguro comer lo que cocinas?- dijo mi hermanito sacándome la lengua.

-pregúntale a Ross- mí novio sonrió a mi hermano y negó con la cabeza.

-supongo que lo que no te mata te hace más fuerte- ambos rieron juntos mientras yo los miraba con ojos entrecerrados.

-¡oye!, mejor siéntense… y espero se terminen todo lo que les serviré- cuanto estuvimos sentados en la mesa josh nos contaba cómo le había ido en la escuela.

“¿vas a comer todas esas calorías?, luego será difícil desecharlas”

-¿te pasa algo?- miré a Ross quien estaba con los ojos fijos en mi plato, ellos dos ya casi acababan de comer y yo aún seguía picando la comida con mi tenedor sin probar nada.

-sí… es que, comí en el trabajo… muchísimo, y no tengo mucha hambre, iré a cambiarme para dejar a josh en la práctica de futbol- me levanté de la mesa y dejé el plato en la cocina.

“te verás más hermosa, te sentirás mejor, te sentirás más feliz”

Me fui a la habitación tratando de ignorar esa voz horrible que me angustiaba y me llenaba de ansiedad, tomé un par de jeans y un suéter rojo con mis zapatillas de color negro.

-¿segura comiste en el trabajo?- Ross llegó y me abrazó por los hombros mirándome a través del espejo.

“miente”

-sí… lo prometo-

-ya estoy listo- dijo josh asomándose desde la puerta, tomé mi bolso y las llaves.

-muy bien, vamos- llegamos al lugar donde josh practica, me bajé con él y firmé la hoja de su entrada.

-cuídate, cariño, vendré por ti a las 7:00- le di un beso en la frente a mi hermano.

-está bien, adiós- él se fue corriendo con sus demás amigos y compañeros de equipo.

-vaya, vaya, miren a quien tenemos aquí- esa voz no era la de mi cabeza, era Shannon, la novia o ex novia de liam, sus ojos azules me fulminaban mientras se acercaba a mí.

- Shannon, que sorpresa-  ella sonrió falsamente, lo sé.

-lo mismo digo… vengo a dejar a mi hermano y me encuentro contigo… que chiquito es el mundo- no es por ser paranoica pero su tono hacía mí era irónico y resentido, pareciera estar enojada conmigo.

-si… yo también vine a dejar a mi hermano… ya me iba- antes de que pudiera seguir caminando su mano me jaló del brazo no tan delicadamente.

-me gusta tu suéter rojo… aunque te hace ver más… gordita… ¿estás embarazada o algo así?- miré a mi abdomen, ¿no se veía tan grande?, ¿o sí?

-no… ya me tengo que ir- me solté de su agarre y caminé a mi auto.

“te lo dije, pareces un cerdo con suéter rojo”

-es cierto- llegué a casa con ganas de cambiarme e irme a hacer ejercicio, Ross estaba dibujando en unas hojas sentado en el suelo cuando pasé justo a su lado sin saludar ni nada… me metí al baño y cerré con seguro, abrí la llave del grifo y la de la regadera.

“vomita, anda, te sentirás mejor, estarás más cerca del cuerpo perfecto que tenías antes”

Y lo hice… no dejé de vomitar hasta que me sentí completamente vacía, pero llena de una satisfacción extraña que me dejaba deseando volver a hacerlo. Lavé mis dientes y cerré las dos llaves, cuando salí, Ross se encontraba sentado en el borde de la cama con los brazos cruzados, me miró e inmediatamente se acercó a mí.

-¿Qué estabas haciendo ahí dentro?- “lo que faltaba, dile que no se meta”

-¡que te importa!, es el baño….-

-solo me preocupo por ti, has estado extraña estos días-

-¡estaba haciendo pipi!, ¿Qué también tengo que pedirte permiso para ir al baño?, solo eso me falta- pasé de largo dispuesta a llegar al armario y sacar ropa deportiva.

-no distorsiones las cosas… tu y yo sabemos que tienes… solo no quiero que te pase nada malo- me giré sobre mis talones y le lancé una mirada rápida.

-¡estoy bien!, ¡déjame en paz!- tomé un pantalón y una camiseta de algodón, lo que necesito es salir a correr, tomar aire y sudar… hasta que duela.