Capítulo 31: Mi entrenamiento

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Lista de accesorios de ingreso.

El cadete seleccionado que ingresa al régimen militar, podrá traer consigo los siguientes artículos el día asignado a su ingreso al plantel:

a. Toalla para baño.

b. Ropa de civil (tres cambios como máximo).

c. Artículos de aseo personal que sea necesario para el recluta, en su estancia.

d. Aparatos electrónicos como: Laptop, celular, audífonos, etc. (Solo se podrá usar en sus tiempos libres).

e. No portar joyería.

f. Dinero/Tarjetas bancarias (El recluta necesita suministrarse de algún artículo personal dentro o fuera de la instalación o en sus días libres.)

g. Se le permite al cadete ingresar fotografías o accesorios personales (Máximo tres objetos de valor personal).

h. Identificaciones oficiales o documentos de primera necesidad.

Su ingreso al plantel fue asignado el día: 1 de noviembre del presente año. A las 6:00 am en donde realizó sus exámenes de ingreso.

No son tantas las cosas que puedo llevar conmigo dentro. Memorizaba cada punto de la lista para recordar que es lo que llevaré. Las demás hojas son el reglamento dentro de las instalaciones, las leí cada una de las reglas y me estaba muriendo por dentro, ya que no podré hacer muchas cosas en el día, demasiadas prohibiciones y restricciones dentro de un cuartel militar, solo se liberan esas reglas en mis días asignados de descanso.

—En un mes... — dije mientras suspiraba y dejaba las hojas en mi escritorio. Me dirigí directo a dormir, estaba toda la noche pensando y pensando en todo esto, y en un momento de ese tiempo, llegué a una idea genial. A partir de mañana comenzaré a entrenar mi cuerpo, debo acostumbrarme al ejercicio. No soy una persona que realice ejercicio, ni tampoco que sea muy activa en ese sentido, pero tenía que acostumbrarme a realizarlo, en el cuartel será intenso el entrenamiento y me será muy difícil al principio, así que empezaré a acostumbrar mi cuerpo a levantarme temprano y al ejercicio. Así que jale la cobija y me tape completamente, encendí la alarma del teléfono a las 5:00 am para comenzar mañana mismo. Cerré los ojos y me dormí profundamente.

La alarma sonó.


—¿Ya son las 5? — Me desperté. Sentía mi cuerpo que no había dormido nada, apenas podía abrir los ojos, hacia frio y eso dificultaba levantarme de la cama inmediatamente. Apague la alarma y duré unos minutos acostada para despertar un poco. Me senté en la orilla de la cama sin dejar la cobija. Es el primer día de mi entrenamiento y ya me estoy arrepintiendo, me coloque los tenis y camine a mi armario junto con la cobija encima de mí. No pensaba dejarla, era tan calientita en ese momento. Tomé una sudadera y me la puse. Solté la cobija dejándola caer en el piso de mi habitación, Salí y bajaba por las escaleras sin hacer mucho ruido, me dirigí a una habitación de la casa que está completamente sola, nadie la usa así que la vuelve ideal para hacer ejercicio. Entre en ella, y encendí la luz.

—Genial ¿qué empezare a realizar? —Me pensaba en ello.

Mire una cuerda para saltar, así que la tome sin dudar y comencé a brincar. Me puse un límite de 10 minutos saltando sin parar para entrar en calor, un calentamiento básico. Al principio solo lograba realizar 7 saltos sin equivocarme.

—Ya perdí le experiencia en esto—dije mientras reía. Poco a poco aumentaba la velocidad de la cuerda, pero aun así continuaba equivocándome. Pasaron los 10 minutos que establecí de margen y mis piernas ya estaban doliendo demasiado, me faltaba aire de lo agitada que estaba por tanto saltar. Me senté en el piso para recuperar el aliento por un momento. Tengo que desarrollar resistencia en mis piernas y mis brazos. Ahí mismo comencé a realizar abdominales, aunque mi límite era de seis, en verdad que es tan difícil, cuando nunca has tenido una vida con ejercicios.

—Ahh! Será un largo mes. —Dije cansada, fui a la cocina por un vaso de agua. Después de eso abrí la puerta principal de mi casa y salí a caminar por la cuadra del vecindario, después en unos días más lo haré corriendo. Estaba un poco oscuro aún, se escuchaban tranquilas las calles, sin nadie a que ver, todo muy silencioso, que hasta daba mucho miedo.

—Solo daré una vuelta a la calle. —Pensé lo que haría y eso me tomó doce minutos, en darle la vuelta completa.

—Creo que es suficiente por hoy. —Dije mientras volvía a la casa.

Me bañé con agua súper caliente y me volví a acostar en mi cama.

—Me pregunto ¿qué estará haciendo Grey y los demás? —Pensé, luego recordé que solo ha pasado un día desde que los miré. Ya no pude seguir durmiendo y me puse en el ordenador a jugar por tres horas continuas a un videojuego que tenía en el ordenador, después de eso me puse a leer un rato una novela de misterio que aún no había terminado. Miré películas bélicas para inspirarme un poco, y conocer a detalle más sobre lo militar.

—Debo prepararme bien. —Pensaba, cuando miraba las películas.

Así los días comenzaron a pasar rápidamente, cada noche encendía la alarma a las 5:00 am para hacer ejercicio. Tenía una rutina y cada vez se me facilitaba más realizarla, al igual que hacia nuevas cosas.

Un día mis papas me descubrieron y me miraban haciendo ejercicio. Por las tardes mi papá comenzó a entrenarme con defensa personal, que hace varios años me comenzó a enseñar. Mamá dijo que comenzaría a enseñarme a cocinar, aunque no me agrado la idea, pero tenía razón, no siempre dependería de la comida del comedor del cuartel, en alguna situación inesperada podría serme de utilidad. A diario cada vez aumentaba la dificultad de todo, inclusiva me daba demasiada hambre por las tardes que nada podía llenarme, mi apetito era demasiado, por todo lo que realizaba en el día.

Quince días han pasado y ya no necesito la alarma para despertarme, mi cuerpo se acostumbró demasiado rápido a levantarme temprano sin ninguna dificultad. Mamá me ha enseñado demasiadas cosas que ella ha adquirido en su carrera como chef, hasta me obligó a memorizar un libro que contenía plantas comestibles que se pueden encontrar en los diferentes entornos naturales.

—Terminamos Rad. —Mamá dijo. Después de terminar que me explicara de como limpiar y cocinar un pescado.

—Genial. —Fui a mi habitación a estudiar y memorizar las reglas del cuartel porque de seguro las necesitare para salvar mi cuello dentro de las instalaciones, cometer un error no está en mis planes. Unos minutos pasaron de eso y escuche el timbre de mi celular sonar.

—¿Quién será? —Me pregunté. Mire el identificador de llamada, no tenía registrado el número. Lo dejé tres veces sonar y contesté.

— ¿Sí? —Dije respondiendo la llamada.

— ¿Es Rad? —Escuche una voz decir.

—Si ¿Quién habla? —Le pregunté a la persona del teléfono.

—Buenas tardes, habla la mamá de Jade. —Dijo.

— ¿¡Como esta Jade!? ¡¿Ya despertó!? —Dije al instante que me dijo quién era, me emocioné demasiado al saber que es la mamá de Jade.

—Está muy bien, gracias. Hace ya una semana que despertó del coma y pensé que te gustaría saberlo. —Ella me dijo.

—Qué bueno que ya despertó, estoy realmente feliz, tanto tiempo en ese estado y por fin esta despierto. Muchas Gracias por avisarme señora. —Le dije contenta.

—De nada, solo es cuestión de tiempo para que esté recuperado al 100% me dio mucho gusto poder hablar contigo Rad.

—Muchas Gracias. —Le dije.

—Sí, hasta luego. —Colgó. Estaba emocionada, Jade al fin despertó después de tanto tiempo, creo que fueron cuatro meses en coma. Estoy feliz, tengo que ir un día de estos a visitarlo antes de irme.

—Espera.... ¿Cómo supo mi número? ¿Le preguntaría a mis padres cuando estaba en el hospital? —Estaba con esa duda.

—Bueno...no importa, lo importante es que ya está Jade mejor sin ningún peligro. —Bajé a contárselo a mis padres. Cuando se enteraron se emocionaron mucho y estaban contentos con la noticia al igual que yo. 

R.E.DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora