Capítulo catorce: Ya no me arrepiento.

1.4K 115 62
                                    

Ese día no nos levantamos, ambos estábamos con una caña de aquellas que nos quedamos en cama durmiendo la mona todo el día, no recibimos visitas así que no fue difícil, El bestia se había ido temprano a su cama en caso de que alguno de todos los que tenían llaves de su casa entrara y creo que fue lo mejor. Eran las 8:20 p.m cuando me digné a darme una ducha, me sentía con el cuerpo pegajoso por la transpiración y realmente apestaba, al salir el pesho estaba sentado en mi cama y mi corazón se detuvo por unos minutos.

— Hola — Saludé aún con la toalla en la cintura.

— Necesito hablar contigo nico — Susurró — El Bestia no sabe que estoy aquí — Me senté a su lado esperando que terminara de hablar.

—¿Qué paso? — Pregunté cuando su vista se dirigió al suelo.

— Le fui infiel al Bestia — Suspiró.

— ¿Cuándo? — Me sorprendió un poco el tema.

— Desde hace como seis meses — Respondió sin despegar la vista.

— ¿Me estás mintiendo? — Sinceramente no podía creer lo que me estaba diciendo ¿yo sintiéndome mal por este weón? — Dime que me estás mintiendo

— Fue un desliz weón — Me miró con los ojos rojos.

— ¿De seis meses? — Toda la culpa que había sentido al meterme con el Bestia desapareció — No po' pesho, un desliz no se repite ni dura tanto tiempo.

— Es que la chica es hermosa, pensé que podría funcionar y sacarme al Bestia de la cabeza pero no resultó — Ya había comenzado a llorar.

— ¿Una mujer más encima? ¿es con la que te querías poner a pololear? — Pregunté recordando porque habían terminado.

— Sí, pero ahora necesito que me ayudes a recuperar al Bestia — Hablaba entre sollozos.

— No puedo pesho, o sea va contra mi ayudarte si lo engañaste por seis meses — Susurré tomando su mano — Lo siento amigo pero, yo creo que tú tienes que ver bien que quieres primero — Pesho no tenía idea de lo que él sentía realmente y por mi parte repetir la noche con el Bestia no tenía nada de malo.

— Sí, tení razón — Limpió las lágrimas que recorrían su mejilla — El Bestia me debe extrañar mucho.

— Obvio — Respondí pensando en la media botella de vodka que quedó del asado — Pero si tú decides terminar él se recuperara, dicen que nadie muere de amor.

— Cuídalo mientras yo no esté nico por fa — Se levantó de la cama.

— Obvio pesho, lo cuidaré de todos los que quieran jugar con él — Mi mirada chocó con la de él mientras pensaba en como cuidarlo de mí.

— Y suerte en tu búsqueda amigo.

Pesho se fue de la casa sin que el Bestia se hubiera dado cuenta que había venido, yo me vestí con la ropa limpia que me quedaba y el resto lo metí en la lavadora, golpeé la pieza del Bestia para ver si hacíamos algo en la noche pero este no salió, golpeé por segunda vez y entré, la ducha estaba prendida así que pasé.

— ¿Bestia? - No me respondió, me acerqué más al baño cuando este salió y chocó contra mí, desnudo y goteando puso su sonrisa de lado y me abrazó.

— Buenos días, ¿tanto me extrañaste qué estás en mi pieza? – Me solté de él con el rostro caliente de vergüenza.

— No weón, quería contarte que estuvo el pesho – Susurré mirando por la ventana mientras él se vestía para evitar está incómoda situación.

Hasta que mi cuerpo aguante [Historia Gay] (GOTH)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora