Capítulo 19: Regreso de la vampira

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Capítulo 19:
Regreso de la vampira

Capítulo 19:Regreso de la vampira

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En el momento en que los rayos del sol atraviesan la ventana, mis ojos se abren dejándome completamente deslumbrada. E inmediatamente mi mente recrea mi llegada a Luz de medianoche. Necesito respuestas sobre mí misma, pero nada de lo que puedo recordar me ayuda. Solo me atormenta. Dejo mi inexplicable existencia a un lado para darle espacio a los acontecimientos de anoche, la naturaleza de Gabriel y mi desconfianza hacia él. Necesito saber más, y quizás sea Ronald el que pueda aclarar mis dudas.

Una luz brillante y cegadora se hace paso en la habitación, es cálida... Me levanto de un salto de la cama y me acerco a la ventana, y dejo que los primeros rayos del amanecer acaricien mi rostro.

Es una caricia tan suave, tan acogedora, que todas mis preocupaciones se esfuman dando espacio a una sensación... paz. Es como si mi alma flotara fuera de mi cuerpo.

Abre tu mente a la verdad...

La relajación que estaba experimentando se esfumó en el momento en que ese susurro llegó a mis oídos. Giro la vista a todos lados en la habitación, no hay nada fuera de lugar, es más, Anastasia no se ha movido ni un centímetro de la incómoda posición que tiene para dormir. Escudriño el exterior, no hay nadie.

Pero estoy segura de que escuché una voz, casi... angelical. Lo que se mueve en mi interior no es miedo, es regocijo, aunque no comprendo por qué me siento contenta cuando esa voz ha provenido de la nada.

Me pierdo en los brillantes rayos del sol, y el susurro regresa, pero no alcanzo a detallar las palabras. Alguien intenta darme un mensaje, alguien que no puedo ver pero que mi corazón dice que existe.

Paso algunos minutos esperando a que esa voz vuelva y diga algo más que abra mi mente a la verdad, me alejo de la ventana, mi compañera de cuarto sigue dormida.

Salgo de la habitación, con toalla en mano con la intención de darme un largo baño de agua fría para espabilarme un poco, pero mis pies cambian de dirección al escuchar a Karla decir un par de groserías en su habitación. Desde que estoy aquí nunca he oído a la mujer lobo, es como si ella no durmiera aquí, pero justo ahora está histérica, y escucho una voz que le replica con sarcasmo.

¡Romina!, la vampira ha vuelto.

Sin darme cuenta abro la puerta de la habitación, y entro sin ser invitada.

—¿Romi? —digo atravesando la habitación.

—¿Quién demonios te dijo que entraras? —espeta la loba. Pero no le prestó atención, lo único importante es Romina, que está reclinada contra su cama, llevando un pijama rosa que no es exactamente su estilo.

—¿Cuántas veces tengo que decir que no me gusta que me llamen Romi? —dice la vampira de mal humor.

—Creo que no lo suficiente —digo, y le doy un abrazo.

Renacer. Luz de Medianoche (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora