123.

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Capítulo 123.

2 semanas después.

Dos semanas desde aquel día en que mamá le pidió perdón a Niall, dos semanas desde que todo comenzó a mejorar en mi vida.
Es increíble como un buen diálogo puede cambiar absolutamente todo, como el perdón puede sanar almas y corazones.

A pesar de estar en casa la mayor parte del tiempo, adoro mis días.
Niall viene por las tardes, cuando sale de la universidad.
Vemos películas, series, charlamos, comemos golosinas poco nutritivas y si estamos lejos de los ojos de mi madre, nos besamos. Simplemente nos besamos, toda la tarde.

Cada día lo amo más. Él es mi luz, es quién me hace brillar, es quién guía mis pensamientos a momentos alegres.
Niall aleja la oscuridad, aleja aquellos recuerdos dolorosos que intentan arrastrarme al pasado. Sobre todo hacía aquél lugar donde las tonalidades rojizas, el frío mármol y aquellos ojos vacíos continúan mirándome.

-Hola —Escuchar su voz me devuelve a la superficie. Él está parado en el umbral de mi puerta mirándome con aquellos preciosos ojos azules que posee.

-Hola, me encanta que estés aquí —Me levanto de la cama y voy inmediatamente hacia él —¿Mi madre te dejo entrar?

-Sí. Me dijo que estabas organizando cosas... —Dice mientras me abraza y observa a su alrededor —Tiene razón.

Sonrío mientras recibo su dulce beso.

-Ya estoy terminando. Estaba organizando mis libros del instituto.

-Eso es genial, preciosa.

Juntos caminamos hasta mi cama y me siento en su regazo.

-Soy tan feliz que estés aquí, me sentía muy ansiosa.

-Hey, cuidado —Sus labios besan mi mejilla.

-¿Porqué?

-No quiero que te sientas así.

-Es que, me acostumbré a que vengas todos los días —Susurro abrazando su cuello —Te echo mucho de menos cuando no estás conmigo.

-Emi —Dice mirándome —Habrán días en que quizás no pueda venir. Estoy dando exámenes en la universidad y tendré que enfocar mi tiempo en ello. No quiero que te sientas ansiosa... O dependiente de mí.

Sonrío.

-Está bien, solo te echo de menos. No tienes que darme un diagnóstico, aunque estés a casi nada de ser un excelente psicólogo.

Él se ríe.

-Es por este mismo motivo que lo hago. Porque he estudiado mucho sobre la dependencia emocional y no quiero que te pase a ti —Me explica —Te amo, te amo demasiado. Es por eso que debes enfocar tus tiempos en otras actividades, quizás tomar algún curso de lo que sea... Baile... Talleres de fotografía... Hay mucho para elegir.

-Niall —Susurro aferrando mis brazos en su cuello —Gracias, te amo mucho. Lo pensaré.

-Bien, me parece excelente. Ahora hablemos de Olivia, debemos ir a verla.

Suspiro ruidosamente.

-¿Porqué? Ella ya no está aquí, quiero seguir adelante.

-Yo también quiero que sigas adelante, pero para poder hacerlo debes enfrentar algunas cosas de tu pasado. Sé que las pesadillas no han sido recurrentes, pero están —Dice —Al igual que tu rencor. Cariño, hay que ir.

-¿De qué serviría? No me dará respuestas, seré yo hablando, llorando, gritando sola en el cementerio —Le explico —volveré a revivir recuerdos dolorosos que estoy intento olvidar.

-Por supuesto que servirá, te servirá a ti. Cariño, debes comenzar a sanar y lo ideal es comenzar con hablar. Ambos sabemos que no tendrás respuestas, pero hablar, solo hablar aliviará esa carga que existe en tu corazón.

Un nudo se forma en mi garganta. Hablar de Olivia siempre es doloroso.

-Prefiero decírtelo a ti —Murmuro —Decirte que estoy odiándola mucho. Por no hablarme, no decírmelo.

-Emi, quizás no quería que fueras parte de esto.

Apoyo mi cabeza en su pecho y cierro los ojos.

-Pude haberla ayudado.

-Lo sé. Pero lamentablemente las cosas no fueron así y no puedes cargar con la culpa o culpar a Olivia.

-Tengo tanta rabia. Me cuesta creer que cada vez que sonreíamos y nos divertíamos, ella realmente lo estaba pasando mal. Eso me hace sentir como si ella me hubiera mentido todo el tiempo.

-Ella te quería Emily, lo sé porque hay veces que la gente prefiere vivir sus tormentos en silencio, que ver a la gente que quiere sufrir por ellos —Dice suavemente mientras acaricia mi cabello.

Aferro mis brazos al rededor de su cintura y me quedo pensando en sus palabras. ¿Y si tiene razón? ¿Y si olivia me quería tanto como para ocultarme esto para evitar que sufriera por ella?

-¿Qué piensas? —Me pregunta.

-Quizás tienes razón.

-¿Quieres ir?

-No sé —Susurro confundida.

-Vamos, di que si.

-¿Tiene que ser hoy?

-Puede ser cuando tú quieras.

-Vale. Quizás otro día, ahora quiero quedarme aquí contigo, besarte y amarte.

Él sonríe cuando me observa.

-¿Me prometes que irás?

-Solo si vas conmigo.

-Iré contigo, preciosa.

-Te amo demasiado.

-Y yo te amo demasiado a ti.

+ 𝐐𝐔𝐄 𝐖𝐇𝐀𝐓𝐒𝐀𝐏𝐏 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Where stories live. Discover now