34.

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Capítulo 34.

Intento que todas las películas, series y programas de televisión que he visto con mamá no vengan a mi mente. Esos programas de crímenes y asesinatos.

Emily, basta.

El día está nublado y sombrío cuando salgo de casa y tomo el autobús. No me siento lejos del conductor ya que le he pedido amablemente que pueda decirme cuando lleguemos a la calle donde vive Niall.
Intento que mis nervios y el pánico que siento dentro de mi desaparezcan mientras observo las calles. Niall me envía algunos mensajes, preguntándome que deseo hacer el día hoy y rápidamente le respondo que me da igual. Que podemos hacer lo que él desee.

Niall: Besarte es lo primero que deseo hacer.

Gracias Niall, gracias por aumentar mucho más mis nervios. Como si ya no me sintiera realmente aterrada y nerviosa por lo que vaya a pasar dentro de los próximos minutos.

—Chica, es aquí. —Me dice el conductor deteniéndose en la parada del autobús.

Le doy las gracias y desciendo. Busco nuevamente la dirección en Google Maps y comienzo a caminar. Durante algunos minutos avanzo por la calle donde él debería vivir mientras observo los números de las casas.
No me lleva mucho tiempo localizarla.

—Bien, ya estas aquí. —Susurro mientras avanzo hasta la puerta. Durante varios segundos me debato en si debería hacer esto o no. Pero cuando escucho desde el interior la risa de un pequeño niño, comprendo que no estaba mintiendo.

Los latidos de mi corazón aumentan mientras toco el timbre y retrocedo varios pasos hacia la calzada solo por precaución.
La puerta se abre y una mujer baja, rubia y de ojos azules me escanea rápidamente antes de sonreír. Es su madre, Maura. La vi en las fotos.

—Hola ¿Tú eres Emily? —Me pregunta. Su voz está cargada de afecto y cariño.

—Hola, sí. Soy una amiga de Niall. —Le explico y sonrío con nerviosismo.

—Adelante, él me dijo que vendrías. —Dudo una fracción de segundos. Aquí podría terminarse todo, mi vida, mis sueños. Un niño llora y ella sonríe. —Es mi nieto, debo ir a verlo.

Entro en su casa para que ella pueda cerrar la puerta e ir donde el pequeño. La casa de Niall es enorme, muy bonita. Las paredes son blancas y la mayoría de los muebles y sofás son de época antigua. Un pequeño niño está sentado en la alfombra, al verlo es increíble el parecido que tiene con Niall.

—¿Él donde está...? —Le pregunto mientras la veo acercarse al pequeño y tomarlo en sus brazos.

—En su habitación. No puede bajar debido al yeso. —Responde y niega con la cabeza. —Es tan testarudo, le dije que no juegue con sus amigos, son brutos. Todos. —Ambas sonreímos. —Sube las escaleras. La última puerta de la derecha.

La tranquilidad momentánea que había sentido al notar que no he entrado en la casa del lobo desaparece y los nervios vuelven a florecer dentro de mi. Esto que siento, en este momento es totalmente diferentes a lo que sentí cuando venía en el autobús.
Todo esta centrado en mi estómago, como si las mariposas que siento al hablar con él se multipliquen por mil.

Por cada escalón que subo, siento mis piernas como gelatina, pero no me detengo. Estando en el pasillo avanzo hasta la puerta donde debería estar su habitación y con dedos temblorosos toco la puerta.

+ 𝐐𝐔𝐄 𝐖𝐇𝐀𝐓𝐒𝐀𝐏𝐏 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Where stories live. Discover now