20, Day two

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—Shank, ¿estás dudando de Thomas? Porqué eso de allá me dice que sí.

Entré en la intensidad del bosque. Mis pies se hundían en las hojas secas y en la humedad de la tierra. Él adelantó su paso quedando frente a mi y deteniéndome.

—¿No estás asustado, Minho? ¿No sientes ni una pizca de terror?

—No... No en realidad— dijo mirándome como si se tratase de una tonta

—Pues yo lo tengo. No voy a correr tras de él. No quiero morir, Minho. Me prometí salir de aquí con vida y con una banda de Habitantes tras de mi, ¿qué sucedió a cambio de eso?— sentí que me iba despedazando de a poco. Yo quería un poco de cariño y seguridad, pero simplemente no lo merecía. —, a cambio murieron más de la mitad, llegó un novato que los ha metido a todos en su bolsa en la espalda, todo lo que éramos quedó destruido, Ben me ha dejado. Y era el único que me quería realmente, él era mi amigo, Minho. ¡Mi amigo se ha ido y por culpa de Thomas!

No lo había notado. Mis ojos estaban echando lágrimas desesperadas por tocar mi piel. Frente a mi había un Habitante escuchando atentamente y en mi interior había un corazón apretado. No decía palabra alguna, como cada vez que hablábamos en serio. Lo hice a un lado, simplemente seguí caminando. Sequé mis lágrimas para quitar la vista borrosa y ser la persona fría y calculadora que había sido en el instante en el que salí de la Caja.

        —______— llamó tras mi espalda. Sus fuertes manos habían atrapado mis muñecas, tirando de ellas hasta pegarme a su cuerpo. Su respiración chocaba y se deshacía en mi cuello dejando una leve sensación cosquillosa.  Sus manos se deslizaron por mi estómago y me voltearon, mi nariz rozaba la suya, nuestras respiraciones se mezclaban. Mi estómago se había contraído y mis manos habían comenzado a temblar repentinamente, como una reacción propia de los nervios que había comenzado a sentir por primera vez.

   Nuestras miradas estaban conectadas. Minho se acercó más a su cuerpo y subió una mano hasta mi mejilla.

        —Vamos a salir juntos, ______. Me lo prometiste, y tome el tiempo que tome, vamos a salir de esta.

        —No quiero más... No quiero seguir con esto— estaba asustada, me había reprimido un buen llanto. Escondió su rostro entre mi cuello y mi pecho, abrazándome con fuerza. Había recibido ese abrazo con ganas, nunca habíamos tenido tanta cercanía.

   El ruido de los Habitantes había comenzado a puede con fuerza. Al parecer, ya sabían como comenzar a moverse.

        —Eres mía, Shank— dijo él retomando el contacto visual. Pasó sus manos por mi cadera y las dejó pasar mi espalda hasta tenerme de nueva contra su cuerpo. Su rostro se acercaba al mío lentamente. Si iba a suceder aquello, lo deseaba con más rapidez. Comencé a sentir nuevamente una pequeña brisa de nervios y emoción. Juntó nuestras frentes. Su aroma invadió mis sentidos obligándome a cerrar los ojos y a disfrutar el momento. Y luego, sin más rodeos, Minho juntó nuestros labios fundiendo un delicado beso.

    Corría por el Laberinto, Minho de mi lado sin soltar el agarre de nuestras manos. Hoy, habíamos vuelto a la pesadilla. Recorrimos las secciones del laberinto en busca de un cambio importante, pero todo continuaba igual. Habíamos decidido no volver a la sección 7. No queríamos arriesgarnos, las secciones se encontraban vacías. No habían penitentes rondando.

   Los muros estaban abiertos. No habían vuelto a cerrar desde esa noche. Sólo dos días para que comenzara el caos psicológico.

        —Pero que...— dijo Minho. Me detuve observando a los dos bandos que se habían comenzado a formar. Gally discutía con Newt, y Sartén se encontraba con ellos. Los demás habitantes sólo observaban encontrando la razón a alguno de ambos chicos.

        —¡Hey!— grité. Corrí rápidamente hasta los brazos de Gally separándolo de Newt —¿Que sucede? ¡Que es todo este lio! 

        —Gally quiere que abandonemos. Quiero tomar el mando.

        —¿Qué?— intervino Minho

        —Tendrán que decidir. O se quedan con él al mando y mueren uno a uno. O se quedan conmigo aquí en el Área, y nos mantenemos a salvo donde pertenecemos.

        —Oye viejo, ¿de qué trata todo esto? Es algo así como una ¿rebelión? Porque debo decir que luces patético.

        —Ustedes deciden, ______. Pero no, ¿saben que? Ahora yo estoy al mando. Y ustedes es decidirán. Quedarse aquí bajo mi control, y volver a retomar la calma sin Thomas, o quedarse con él, pero en el destierro.

        —¡¿Destierro?!— exclamé poniéndome frente a él

        —Gally, todo esto es una Miertera estupidez. Nada de lo que ha sucedido habría pasado sin Thomas. Él encontró la manera de sacarnos de aquí, tu puedes y todos pueden venir con nosotros.

        —Shuck, Gally. Eres un completo idiota. No puedes quitarle el puesto a Newt. Contigo nos iríamos directo al hoyo de los penitentes. Prefiero morir y ser desterrado que quedarme aquí contigo.

        —Gally, escúchame bien, no estas pensando bien. Podemos solucionar esto.

       —No. ¿Ya olvidaste a Ben, ______? ¿Alby? ¿No te dice algo? Ya hemos hablado sobre eso ¿no?

        —¡Oye no la metas en esto!— saltó Minho. Los ojos de Newt me habían observado. Bajé la cabeza, sentí la traición a la que me estaba uniendo.

        —Esto acaba aquí— dijo Newt —. Y creo que ______ tiene algo que decirnos.

   Todos me observaron. Di la media vuelta pasando ambas manos por mi cabello. No había nada que tuviese que decir en estos momentos.

   La tarde pasó nuevamente. Newt y los demás se encontraban con Thomas, quien aún dormía. A pesar de haber mejorado un poco el Área, el ambiente continuaba tenso. Gally había encendido algunas antorchas cerca de los muros para evitar la entrada de penitentes, si es que estos venían.

   Minho me mantenía abrazada. El cuarto oscuro se hacía pequeño con Chuck, Teresa y Thomas dentro de aquel.

        —No se ha movido— respondió Teresa acariciando la cabeza del Thomas.

        —Gally esta loco. Esa cabeza llena de Plopus esta loca. No se lo llevaron los penitentes porque no siquiera ellos lo quieren.

   Giré la cabeza. Estaba él parado con ambas manos en su cintura dándome la señal. Me solté de los brazos de Minho.

        —Hey, ¿a dónde vas?— preguntó. Newt me observó inmediatamente, al igual que todos.

       —Enseguida vuelvo— los ojos azules de Teresa chocaron los míos. Le eché un vistazo a Thomas antes de marcharme.

   Seguí los pasos de Gally, que había pasado su brazo por mi hombro. Volteé y noté que los chicos me miraban, sobre todo Newt y Minho, quienes se encontraban atentos.

        —Mañana es el destierro. ¿Qué harás?

        —Ya sabes, no lo preguntes.

        —Esto es por nosotros. Él vino aquí e hizo todo lo que le pidieron, lo tienes claro.

        —¿Cómo estas tan seguro? Gally, ¿Qué fue lo que viste?

        —Estoy lo suficientemente seguro. Él me envío aquí. Lo recuerdo, ______. Él me envió aquí y ahora, yo lo enviare de vuelta a donde proviene. Él no es uno de nosotros. Le pertenecemos al Área. Esta es nuestra vida.

        —Está bien— el silencio embargó entre nosotros. Gally se había puesto nervioso, lo supe por su forma de actuar.

        —Quiero que estés a salvo. Vas a estar a salvo aquí, conmigo y los otros habitantes. No necesitas que un corredor te salve.

        —Está bien. Ya entendí— acepté su abrazo. Mi cabeza pensaba y procesaba a una velocidad increíble.

   Pasamos la noche en calma. Sin pedir y dar explicaciones. Sin saber lo que venía por el día siguiente.
       

She's My Runner | Minho | TMRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora