11, Good job, you just killed yourself

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Durante varios segundos nos quedamos congelados. Luego del gran estruendo del cierre de las puertas se pronunció un gran silencio y el cielo se había oscurecido por completo. Nuestro alrededor parecía un aterrador cementerio con enormes tumbas abandonadas.

Un quejido agudo de Alby me hizo tomar conciencia y empujar a Thomas hacia un lado, que se mantenía sobre mi cuerpo. Minho había pasado sus manos por su cabeza sin quitar la mirada aterradora de su rostro. Cerró los ojos con fuerza y luego al abrirlos, se pronunció contra nosotros

-Buen trabajo, acaban de matarse- se puso de pie con mucho esfuerzo y pude ver en la oscuridad que se encontraba sucio, sudoroso, lleno de rasguños y su aspecto era horrible.

Me puse de pie directo hacia él dándole un empujón. Alby estaba en el piso estirado y lucía mucho peor, con sus ropas desgarradas y los brazos cubiertos de cortadas y moretones. Me recorrió un escalofrío

-______, eres la Larcha más tonta que he conocido- dijo Minho -. Si creyeron que al venir acá eran valientes, entonces escuchen lo que estoy por decir. Son los garlopos más mierteros que conozco. Ya están muertos, igual que nosotros.

—¿Qué dices?— miré a Thomas. Estaba rojo y entendía, necesitaba aunque fuese un poco de gratitud —¡Minho estamos aquí por ustedes!

Iba a darle otro empujón, pero logró agarrar ambas manos y acercarme a él enojado

—¿Y de que nos sirve a nosotros?— prosiguió irritado. Soltó el agarre tirando mis brazos hacia abajo —Como quieran. Rompe la regla Número Uno. Mátate, no me importa

—Sólo trataba de ayudar— susurró Thomas. Tenía ganas golpear a Minho en la cara, sin embargo, me acerqué al Novato y le tendí la mano. Miré a Minho, que tenía una sonrisa forzada en la cara.

Se arrodilló junto a Alby. Thomas observó las cosas y se dio cuenta de lo mal que estábamos todos ahora.

Alby parecía estar al borde de la muerte. Su piel oscura estaba perdiendo color velozmente y su respiración era rápida. Estaba desesperanzado.

—¿Qué pasó?— preguntó Thomas

—No quiero hablar de eso— lo miré al borde de la locura. Me puse de pie mientras Minho le tomaba el pulso al líder y se inclinaba para escuchar el corazón. Antes de que lograra soltar una palabra lo tiré a un lado del brazo y lo acorralé contra la muralla.

—Que pasó ahí— dije exigiendo una buena respuesta.

—Digamos que los Penitentes saben hacerse muy bien los muertos

—Entonces estaba vivo, ¡Sabía que eras un mentiroso!— grité en un susurro. Thomas nos observaba atento, él quería saber que pasaba también.

—Entonces... ¿Lo... Picaron? ¿Lo pincharon? Como sea, ¿está pasando por la transformación?

—Te queda mucho por aprender— respondió Minho haciéndose a un lado. Caminó hacia Alby y lo tomó por los brazos haciéndole un gesto a Thomas para que tomara las piernas.

—Sujeta esas cosas. Tenemos que llevarlo hasta la puerta. Démosles un cuerpo que sea fácil de encontrar en la mañana.

No pude creer que Minho había lazado ese comentario tan Morboso. Sin corazón. Larcho miertero.

—¿Cómo puede ser que esto este sucediendo?— preguntó Thomas mirando a su alrededor. Me encontraba apoyada en el muro con ambas manos sobre mi cabeza. Sería una noche larga. Muy larga.

She's My Runner | Minho | TMRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora