Capítulo 4

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—Pensaba que era de gustos dulces Hyung.

Habían decidido por una cafetería muy elegante de por ahí cerca, Jin había pedido una ensalada, mientras que Tae unas donas con un capuccino.

—Digamos que me gusta comer algo liviano para comenzar el día. Pero si hablamos de cosas dulces, me encantan todo tipo de cosas así.

—Que mono es usted Jin Hyung.

Jin le sonrió mostrando los dientes, formando esas rayitas en sus ojos que lo hacían ver adorable.

Poco después la comida llegó a sus mesas. Al terminar decidieron irse a pie al departamento, disfrutando de la lluvia, de las pequeñas gotas de agua que les empapaban los rostros, de el cálido y humedo clima que hoy hacía.

—Sabe Jin Hyung, me encanta la lluvia.

—Pues a mi me desagrada.

—¿Porque? — Tae hizo una pausa para tragar saliva. —Si es que puedo saberlo.

—Porque pienso que el cielo esta triste.— Jin miraba las nubes, su rostro estaba levemente sonrojado, sus largas pestañas se resaltaban mejor, hasta sus labios se veían mas bonitos húmedos —Que llora porque está triste, y es injusto porque pienso que debería ser feliz.

«Jin se expresó a si mismo» Pensó Tae, «El es el cielo; es intocable, es salvaje, pero a la vez débil, y dócil, tan delicado, que llueve en cualquier momento.»

—Pero... Sabe Jin Hyung, la lluvia es delicada, en algunos casos hasta cálida, con tanta fuerza como para derribar una casa, pero tan frágil como para hacer crecer una planta.

Una sonrisa iluminó el rostro de el castaño.

—Tienes toda la razón —Miró directamente a los verde chocolate de Tae.— Ella no sabe la fuerza que tiene.

«Si, definitivamente es un hermoso día», fue el ultimo pensamiento claro que tuvo Taehyung antes de perderse en los profundos ojos negros de su Hyung, eran hermosos.

—Jin...

—Dime.

—N-o es n-nada Hyung.—Tae decidió mirar al piso, sonrojado hasta las orejas.

—Tae, ¿estás bien?, estas muy rojo —Jin alzo la mano para tocarle la mejilla al menor. —Y estas ardiendo.

Tae retiró la mano de Jin con delicadeza.

—No pasa n-nada Hyung.

Mas pronto de lo que desearían llegaron al departamento, Jin decidió irse a su habitación mientras que Tae buscaba a Namjoon.

—NamJoonie, ¿puedo hablar con usted Hyung?. —Le habló Tae desde la puerta de el estudio.

—Claro pasa.

Tae se acercó, estaba nervioso, se cercioró que no hubiera nadie que los escuchara, y cerro la puerta con seguro. Se sentó en la silla desocupada enfrente de el escritorio de Namjoon.

—Hyung, ¿usted sabia de la verdadera personalidad de Jin Hyung?.

—¿A que te refieres?

—Es que... Hoy desayunamos juntos, descubrí que es un ser de pura dulzura. — Un sonrojo que Tae no pudo controlar apareció. —Es tan tierno Hyung.

—Esto es increíble.— Namjoon cepillaba su pelo con los dedos en señal de alegría.

—¿Porque?

—Es que, no había conocido a nadie quien pudiera sacarle ese lado a Jin. Muy bien sabia que era mas tierno que una mota de algodón, ni siquiera yo había conseguido que desayunara conmigo.

Tae abrió los ojos de pura sorpresa.

—¿Ha-habla encerio Hyung?.

—No podría mentirte con algo así. Si ha decidido abrirse contigo, aprovechalo, que sera una oportunidad única.

Taehyung asintió eufóricamente.

» Por cierto, Tae, me gustaría que le llevaras esto a YoonGi. — Namjoon le extendió una pila de papeles — Por favor. Dile que la pista ya esta echa.

—Muy bien Hyung, adiós.

Tae se inclinó levemente y tomó los papeles. Tuvo que hacer un gran equilibrio para llevárselos a Suga. Luego se fue a su habitación, en esta lo esperaba el dulce maknae cepillándose el cabello.

—Hola Kookie.

—¡Oh!, Hyung, hola.— Le sonrió el maknae.

—¿Me dejas ayudarte?

—Claro Hyung.

Tae se sentó detrás de el en la cama, cepillándolo los suaves mechones negros.

—Tae, le puedo preguntar algo.

—Claro que si pequeño.

—¿A-a usted le gu-gusta Jin Hyung?

«¿Que?, ¿Encerio me gusta?. No, no puede ser, el es un hombre, no es correcto». Pensó.

—¿Que te hace pensar eso?

—Es que... Pasa mucho tiempo con el... Y... No lo se, son muy cercanos.

«¿Acaso tiene envidia?»

—Para nada, Kookie.

—Es que... — El maknae se volteó para mirar a los ojos a Tae. — Usted me gusta m-mucho Hyung.

—¿Q-que?

—Lo siento.— Jungkook se tomo la cara con ambas manos — Se que es muy apresurado, que mis sentimientos no son correspondidos, que usted gusta de las mujeres y eso... Pero, aun así, me gusta mucho.

—L-lo siento galletita... Te quiero, pero como un donsaeng, no te puedo ver de otra manera...

—Losé Hyung.— Jungkook tomo las manos de el pelimorado entre las suyas — Pero... No lo se, es doloroso, y se que no puedo hacer nada mas respecto a lo que siente.

—Lo siento tanto Jungkook.

—No lo sienta — El pelinegro le dio un fugaz beso en la mejilla. — Creo que tendré que aceptar la propuesta de Namjoon.

—¿He?

—Ayer me propuso salir a tomar un café.

—Creo que deberías aceptar.— Taehyung besó la suave frente de el menor delante de el —Tienes que ser feliz galletita.

Jungkook asintió euforicamete.

—Creo que deberíamos dormir, buenas noches Hyung.

Tae caminó hasta su cama y se despidió de su maknae. Pero, la inquietud estaba ganándole, pensaba que era improblable que le gustara Jin, aunque por otro lado era mas que probable por las ganas que había tenido hoy de besarlo abajo de la lluvia.

¿Eso era normal?

Claro que no.

Mi pequeño príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora