26 de Junio 791 9:20pm

Start from the beginning
                                    

- Mi deber es acabar con Kakarotto... ¡ustedes chatarras caminantes no se metan!

- ¡Es Vegeta! – dijo alguno de los insectos retenidos por el otro androide-

Ahora era obvio lo que había pasado, solo yo que conocía los secretos de un súper saiyajin podía entender lo que ocurría dentro del cuerpo de Kakarotto. Al transformarse el metabolismo se altera para compensar la descarga repentina de energía, naturalmente el corazón late mucho mas rápido, aun sin saber exactamente como afectaba su enfermedad a su organismo comprendí que el esfuerzo y la carga supuesta por la transformación habían detonado los síntomas. – Kakarotto, acabo de ver todo. A pesar de que te habías percatado de tu enfermedad te convertiste en súper saiyajin... ¡imbecil! Por haber hecho eso tu enfermedad avanzara mucho mas rápido de lo que pensabas – respire profundo y me tranquilice un poco, la estupidez de este insecto casi me cuesta mi venganza – tu sabes que mi objetivo siempre ha sido destruirte.

Viéndolo ahí tirado como un muñeco de trapo me causaba repulsión, había estado esperando este día con ansias y el muy idiota me lo echaba perder... pero no iba a dejarlo morir, no así, el debía perecer por mi mano.

Mire a Piccoro que se había incorporado de nuevo, ya me lo esperaba, un ataque así no podría haberlo matado. De una patada en el costado mande a volar a Kakarotto como un costal de estiércol, aun puedo recordar la sensación de un par de sus costillas rompiéndose bajo mi pie; el Namekuseijin lo atrapo sin decir una palabra. Luego de ordenarles que se lo llevaran y le administrasen la medicina centre mi atención en los armatostes. Se sentían muy confiados, balbuceaban acerca de lo invencibles que eran y de cómo matarían a Kakarotto una vez que nos aniquilaran a nosotros... Ilusas bolsas de tornillos, estaban a punto de llevarse una sorpresa al igual que los demás. De pronto el androide gordo y pálido se encaro contra mi mostrándome su mano derecha, un enorme "lunar" rojo se ubicaba en el centro de esta.

- Por lo que pude ver no debo dejarme tocar por ustedes ya que por sus manos absorben la energía.

- Vegeta, sabemos que haz incrementado mucho tu nivel de pelea – dijo al tiempo que acariciaba la arracada en su robusta oreja.

- Si, también supe que a partir de la batalla con Freezer ustedes hicieron sus deducciones... Pero la fuerza de nosotros los saiyajin no se puede saber haciendo cálculos.

- Ju ju – el pobre idiota aun se sentía confiado.

- Estoy interesado en saber si ustedes pueden sentir el miedo ¡aunque sean unos robots!

Concentrando mis fuerzas y ejerciendo presión en mi cavidad toraxica dispare la transformación, después de mucho practicarlo logre controlarlo a voluntad. Senti como el torrente de adrenalina inundaba mi cuerpo mietras, sentí las palpitaciones de mi cuerpo aumentar hinchando las venas de mi frente. La sorpresa en los ojos de los androides y de las demás sabandijas era mucho mejor de lo que esperaba, había valido la pena mantenerme de incógnito todo este tiempo.

- No puede estar pasando esto, ¿Cómo puede Vegeta convertirse en súper saiyajin? ¿a caso no debía ser tranquilo y de corazón puro?- dijo Krilin con nerviosismo, ¿Qué iba a saber ese enano pelón sobre ser un súper saiyajin?

- Yo soy tranquilo- empecé a contestar – y mi corazón es puro... ¡mi corazón es pura maldad!

Me sentí con el derecho de alardear sobre mi logro, así que resumidamente les conté la crónica de mi entrenamiento. Remembrando los días de duro entrenamiento, los sentí como viejos y añorados. Intentando sorprenderme durante mi monologo el androide obeso me disparo rayos de sus ojos, no hubo necesidad de esquivarlos, durante los meses posteriores a mi primera transformación analice a conciencia las capacidades de este estado. El aura emitida podía disrumpir ciertos ataques basados en energía; repitió su ataque sin efecto alguno. Y luego se lanzo a golpearme. Quería comprobar que tan fuerte era así que recibí sus ataques de lleno, la adrenalina que corría por mi cuerpo era tanta que el dolor era neutralizado, no cabía duda de que el cuerpo de un súper saiyajin era un arma perfecta, deje que me golpeara a su gusto hasta que me hizo retroceder un par de pasos, sentí un hilillo de sangre correr por mi barbilla y a penas una ligera picazón en mi rostro, decepcionante... pero ahora era mi turno.

Ya no podía contener la agresividad generada por mi transformación, mis genes de saiyajin ardían tanto que casi podía sentirlos y la sed de sangre característica de mi raza me quemaba por dentro. Lo ataque si piedad desde el principio, hacia 3 años que no tenia un combate y estaba ansioso por romperle la cara a alguien. Después de una gratificante paliza lo deje hundido en un cráter, sabia que no había muerto y me estaba tendiendo una trampa, aun así baje al fondo del cráter y me acerque a el. Tal como lo esperaba se alzo rápidamente para sujetarme las manos, obviamente intentaba absorber mi energía, su sonrisa de triunfo hizo que mi sadismo se apoderara de mi; sabiendo que no me soltaría empuje con mis pies contra su cara de cerdo y empuje, empuje cada vez mas fuerte hasta que sus manos se desprendieron del resto de su cuerpo. La mirada de miedo en ese robot era como droga en mi torrente sanguíneo, cuando empezó a huir despavorido ante la incredulidad de su compañero supe que no podría traerme mas satisfacción.

¡Ah, demonios!, Bulma quiere que me vaya acostar ya; justo cuando estaba llegando a la mejor parte, bueno, creo que me desquitare "jugando" un poco antes de dormir, así continuare fresco en la mañana.


Las Memorias de VegetaWhere stories live. Discover now