4 de Diciembre 791 12:50pm

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En pocos minutos llegamos a la ubicación de aquellos poderes de pelea y para nuestra sorpresa había tres individuos ahí reunidos; un enano calvo y sin nariz, un niño tembloroso de cabello largo y un sujeto de piel verde y orejas puntiagudas casi tan alto como Nappa. Alcance a escucharlos hablar sobre nosotros y me sorprendió que estuvieran al tanto de nuestra llegada, al descender al suelo note como los dos más pequeños se tensaron, mientras el tipo de la cara verde permaneció inmutable.

- Parece que nos han esperado impacientemente... - les dije hablándoles en la misma lengua que ellos estaban hablando, confirmando que el sistema de inducción lingüística había funcionado a la perfección.

- Así es... - respondió el sujeto alto con un grave voz - ... solo quiero preguntarte esto saiyajin ¿Qué es lo que vinieron a hacer a este planeta? – mientras más hablaba más familiar me parecía.

- Esa voz... ¡Ah ya veo! Conque tu derrotaste a Raditz ¿no es así? – le pregunte dándome cuenta de quien se trataba.

- ¿Mi voz?

- ¿Acaso no te lo dijo Raditz? Esta máquina también sirve para comunicarnos entre nosotros.

- ¿Uh? Él es un namekuseijin... - dijo Nappa, haciéndome reconocer su especie.

- Así parece, por eso no me extraña que haya derrotado a Raditz – los compañeros de este parecieron sorprenderse al enterarse - ¡Ya entendí! Escuche que los namekuseijin tienen un poder increíble y habilidades extraordinarias... y también me entere de que algunos de ellos pueden hacer trucos sorprendentes... como si fueran magos. Así que el creador de las esferas del dragón debes ser tú.

- ¡¿Qué?! ¿Ustedes saben sobre las esferas del dragón? – pregunto el enano calvo.

- Nuestro principal objetivo es apoderarnos de las esferas del dragón – aclaro Nappa respondiendo a su primera pregunta – así que es mejor que nos las entreguen; aunque seas un namekuseijin no podrás derrotarnos, ¡eres como una mosca para nosotros!

- ¡Gracias! – dijo el Namekuseijin de pronto – por ustedes ahora se un poco más sobre mi origen, pero lamento decepcionarlos, yo no soy el creador de las esferas... y déjenme decirles que mi especialidad es la pelea – agrego con notable seguridad en su voz mientras afianzaba su postura para pelear - ¿Por qué no pelean conmigo? ¡Así comprobaran si soy una mosca o no!

En ese momento un montón de máquinas voladoras aparecieron, en ellas había terrícolas que llevaban distintos aparatos desconocidos, algunos se asemejaban a los rastreadores antiguos que solíamos utilizar. Sin advertencia alguna Nappa los ataco disparando con su energía contra una de las naves, causando que las demás emprendieran la huida. En respuesta los otros dos enanos junto al namekuseijin se pusieron a la defensiva. Dándonos cuenta que no cooperarían para darnos la información, Nappa decidió tomar la iniciativa y prepararse para sacarles la verdad; activo su rastreador para escanear sus poderes de pelea, solo para desilusionarse al ver que juntos no sumaban ni siquiera cinco mil. Pero entonces le recordé que estos sujetos podían cambiar su poder de pelea mientras peleaban, por lo que el rastreador no nos serviría con ellos, así que le ordene que se lo quitara.

- Tengo una idea – Anuncie – porque no vemos las habilidades de estos sujetos... Oye Nappa ¿Todavía tienes contigo esas seis semillas de Saibai Man? Sácalas ahora.

- ¡Ah! A ti te gusta jugar mucho Vegeta – Nappa rebusco entre los pliegues de su armadura y saco un pequeño frasco con semillas, los modelos que usábamos en aquel entonces contaban con bolsillos utilitarios discretamente escondidos – Quedan justamente seis.

Las Memorias de VegetaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum