Epílogo.

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No me voy, me alejo para ver mejor. Es hora de enfrentarlo, ya no hay vuelta atrás.
Náufrago, es hora de pedir perdón.
Es hora de olvidarte, de la búsqueda de aquello que pudo ser.

~Siddhartha / Náufrago





La discusión con Santi había sido menos traumática. Simplemente me había dicho que teníamos que hablarlo con calma y que lo esperara, estaba en una junta importante. Lo tomé con calma, no era algo que me importara ya. Seguro eso significaba dos o tres meses más de soledad antes de que decidiéramos que terminar era lo mejor para nosotros.
Tomaba una taza de café por la noche, torturándome con las canciones que escuchábamos y nos habíamos dedicado Mark y yo... O más bien Mark y Scarlett.

Al final me había acobardado al saber que no era lo que él esperaba y había tomado la primera salida que había visto disponible. Tampoco quería robarle la oportunidad a Miranda de salir del horror de su familia. Si debía dejar a Mark por eso, lo iba a hacer de buena gana.
Hoy se suponía que nos íbamos a ver. A esta hora probablemente ya nos hubiéramos escondido en algún lugar para dar rienda suelta nuestros deseos. Sonreí con ironía al reloj de la laptop, presionando el botón de encendido. Miré mi reflejo en el monitor de fondo negro.

«Mis ojos aún son un desastre»

Me levanté dirigiéndome a la recámara. Una a una tomé las prendas de mi closet, era triste para mí que una vez más toda mi vida cupiera dentro de un par de maletas.

Debía salir de la ciudad, buscaría a Alexa (Una de mis pocos amigos cercanos) y me refufiaría en su sofá contándole lo que me había pasado. Es decir, ella no me juzgaría nunca, y ansiaba un poco de calidez que no podía encontrar. Necesitaba sentirme en casa urgentemente y por mi cuenta corría encontrar mi lugar para llenar esa necesidad.

Cerré la puerta tras de mi y subí al taxi. No iba a mirar atrás hacia lo que me había lastimado. Estaba harta de sentirme utilizada y era hora de hacer algo al respecto, por mí misma, y para mí. Tomé mis audífonos por inercia y cuando caí en cuenta, me detuve antes de presionar "play". Me los quité de nuevo e inspirando profundamente, dí la bienvenida al silencio, observando por la ventana.
Era hora de purgar todo.
No más contemplaciones. No más preocuparme por quien no lo mereciera. No más doblegarme por mis propios sentimientos.
No más "Él".

Confesiones de una catfishWhere stories live. Discover now