Capítulo 6

155 16 7
                                    

Es peligroso enamorarse, pero quiero quemarme contigo esta noche, lastímame.
Así que enciende la cerilla ahora, somos perfectos para nosotros, perfectos de cierta manera.
Es una mala apuesta, muerte segura. Pero quiero lo que quiero y tengo que obtenerlo. Cuando el fuego muera, oscurecerá el cielo. Ardiente como mecha, sólo quedará humo.
Arde conmigo esta noche.

~ Fire meet gasoline / Sia










- ¿Sabes?, no eres tan malo en esto.
- Si, no lo supe hasta hoy, pero creo que yo soy más de acción que de narrativa. Pude haberlo hecho mejor, me puse nervioso, y tenía más cosas en mente.
- Bueno, pues no noté lo inexperto que eras, tomaste por completo el control de la situación. Y lo sé, siempre es mejor vivirlo que narrarlo.
- Si tan sólo pudiera tocarte...
- Y sin tan sólo estuviéramos en otra situación... Tal vez te dejaría entrar a mi vida - Dije, con toda la sinceridad que podía albergar en mi respuesta.
- Pero yo te gusto, ¿no es así?
- Es... Algo complicado.
- Ilumíname entonces.
- Es algo parecido... - Me asinceré - pero... Mira. Te daré un claro ejemplo. A mí me gusta el queso, me gusta la pizza, me gusta la lasagna. Lo que se siente de una persona a otra es "atracción".
- Entonces estás diciendo que te atraigo.
- No es algo intenso, no te emociones... Sé que eres un buen chico...
- Bueno, no me quieras revolver. Me dijiste que no te gusto, y técnicamente me estás diciendo que "te atraigo".
- Vaya, estúpidas deducciones tuyas.
- ¿Qué tienen mis deducciones?
- Son buenas, y eso es malo.
- ¿Malo para quién?
- Para mi. Sabes que estamos en un juego, en el que seguro eres un experto, y como siempre, estás ganando.
- ¿Te podría enamorar?
- No seas tan exagerado.
- Entonces voy perdiendo...
- Me estoy encariñando, dramático.
- Bueno. Por algo hay que empezar, Roma no se contruyó en un día.
- Llevamos hablando más que "días", Mark.
- Por eso confío que cambiarás de parecer con el tiempo.
- ¿Porqué no eres como los otros chicos que se conforman con la "Cariño-zone"?
- ¿Porqué tendría que hacerlo, y porqué tendrías que hacerlo tú?
- Porque tienes todo qué ganar en este juego.
- ¿Y qué puedes perder tú?
- la pregunta es: ¿qué no podría perder? - Me dije, contestándo a ambos - Sólo dejemos las cosas así.
- ¿Segura que quieres dejar esto inconcluso?, no soy de las personas que dejan las cosas a medias.
- No es dejarlo inconcluso, es ponerle un alto.
- No me explico a qué es lo que le temes.
- No sabes nada Mark, absolutamente nada de mi. Mi cabeza no funciona de la misma manera que la de las demás personas. Ni siquiera puedo conciliar el sueño por las noches como la gente normal, ¿Crees que puedo manejar algo más complicado? Cartas de amor, flores, chocolates, desamores, ilusiones, engaños... Tal vez el romanticismo es lo tuyo, pero no es una mierda con la que quiero lidiar alguna vez personalmente.
Aquel discurso lo tenía preparado anteriormente por si se ponía romántico, todo parte del personaje.
- ¿Porqué no lo intentas? Yo podría ser de gran ayuda para ti, si tu me lo permitieras.
- ¿Porqué intentarlo? Ver de lejos... Así es mejor, es más seguro, no perderé la poca seguridad que me queda.
- Dime... ¿Me quieres como tu pareja?
- No estoy diciendo nada remotamente parecido a eso.
- Sólo respóndeme.
- Tal vez algún día, no exactamente tú, pero sería lindo tener algo así.
- Entonces alguien como yo... Si te estoy haciendo dudar de todo esto, y no me conoces... Imagina lo que pasaría si lo hicieras.
- Jajaja - Reí casi sinceramente ante ese pequeño ápice de vanidad - Ni siquiera eres mi tipo, ¿No lo entiendes? suponiendo que fuera así, habría que clonarte o buscar a alguien parecido a ti, en todo caso.
- Nunca me he topado a nadie como yo. Buena suerte con ello. Conozco gente con cualidades o defectos míos, pero no son lo que yo soy. No podrían dar lo que yo, ¿Porqué no soy tu tipo, porque tengo una relación ahora?

Bueno. Al menos había pasado de ser la que se exponía, ahora el estaba pidiéndo una oportunidad de manera implícita. Lo iba a desarmar, podía hacerlo.

- ¿Qué quieres de mi, Mark?
- Nada.
- ¿Nada?
- Así es. Esperar algo de una persona es ilusionarse, yo sólo quiero que me des lo que tú crees que debo tener de ti, así lo apreciaré más.
Bueno, esa había sido una respuesta que no esperaba. Me había quedado sin palabras.
- ...Por más que yo insista... - Siguió hablando con su grave y aterciopelado tono, en un hilo, casi un suspiro de voz - Si tu no quieres nada, no trataré de hacerte cambiar de opinión. Sólo te aconsejo que nunca reprimas lo que sientes, podría destruirte. Y si crees que no debes darme nada, estoy bien con ello. Sólo... Sólo dejame estar cerca de ti.

Mis pulmones ardían por la necesidad de aire. En algún momento de la conversación había comenzado a dejar de respirar, en cambio su respiración era lenta y suave a través del silencio. Quería tocarlo, sentir su olor, abrazarlo ¡maldita sea!. Este chico era... No, no podía seguir siendo tan hija de puta con él. Debía dejarlo en paz.
- Está bien.
Sonreí ante esa respuesta, olvidando como siempre que no estaba en posición de prometer lo que decía.
- Ahora dime, ¿Porqué no soy tu tipo?
Bueno, alguien estaba tratando de desarmarme también. Pero si puedo presumir de algo, es que puedo ser astuta en los momentos más desesperados, lo suficiente para salir bien librada en el momento.
- Jajaja, toda esa plática que tenemos y te estás centrando en ESO?, eres increible.
- Lo siento, así soy. Lo que me interesa, lo persigo hasta el fin del mundo.
- Bueno, a tu pregunta sólo diré que uno tiene lo que cree merecer.
- Si. Lo he escuchado por ahí en alguna película, pero también te diré que las cosas no pasan sólo porque sí. Y estoy seguro de que esto no es una casualidad.
- Supongo.
- Y sé que te importo.
- No entiendo.
- Te preocupas por mi... No sé si así eres tú con todos, o sólo conmigo, pero no es posible que una persona se preocupe por alguien que no le importa. Siempre estás al pendiente (aunque no lo demuestres) de si ya he comido, sobre todo de si duermo... Es un detalle... Sé que eres buena.
No podía darle la razón a voz alta, pero la tenía. Era mejor darle la vuelta de nuevo a la situación.
- ¿Tan poca atención recibes? - Silencio - ¿Tan poco se preocupan por ti?
- No estamos hablando de mi en este momento... Pero si es cierto de que si alguien lo hace, no lo demuestra.
- ¡Lo sabía!, si no fuera algo que no tienes, no te impresionaría.
- Sin embargo, no es eso. Dime ¿Qué persona se preocupa por alguien que no conoce? llegar al extremo varias veces de amenazar bloquearme si no cumplía con tus demandas. Bien podias sólo ignorarme y lo sabes; pero no lo hiciste. Ahora dime, si no lo hacía, ¿Me ibas a bloquear?
- Si...
Debí de decir la verdad. Maldita sea.
- Tienes un buen corazón, eres noble.
No podía. El estaba aferrándose a eso como si fuera una acción que mereciera un maldito Novel. Así era esto; dijera lo que dijera, él no iba a cambiar su opinión.
- ¿Cuál es el punto de esta conversación entonces?, no lo entiendo.
- Veo tu inseguridad, Scarlett. Veo lo que eres. Necesitas ayuda, y yo puedo dartela. Sé que puedo ser de utilidad para usted, señorita.
- Realmente quieres ser mi amigo, ¿verdad?.
Lo friendzoneé. Esperaba que funcionara.
- ... Si ...
Suspiré, cansada y derrotada. El iba a tomar lo que pudiera. Por ahora.
- De acuerdo. Veo que no sirve de nada que proteste, y no se tampoco de qué te sirve mi amistad, pero está bien.
- Gracias.
El resto de la noche hablamos cosas vagas, ambos nos caíamos de sueño. Había sido un día exahustivo, acordamos dormir. Cuando noté que no siguió contestando le dejé un último mensaje.

"Creo que ya dormiste, esperaba ver contigo el amanecer, pero no quise pedirtelo, sé que estás cansado, y no podía agregar ese pecado a mi conciencia. Descansa, sueña lindo... ¿Y qué te digo?, calladito te ves más bonito".

Abrí youtube y le envié la canción con la que comenzaba a relacionarlo.
Me quedé dormida con el celular en la mano, cargando.

Desperté a las 10:00 am con esa estúpida sonrisa en mi cara. Yo levantándome antes del medio día era un suceso digno de conmemorarse como día festivo. Después de aquel momento bastante íntimo entre nosotros, esperaba que no cambiara demasiado nuestra relación.
Encendí la música y al compás de 'Girls/girls/boys' preparé mi desayuno a base de waffles y café. Afuera, el día se antojaba esplendoroso y cálido.
Apenas saboreé el primer mordisco de mi desayuno cuando escuché que sonó el timbre. Rodé los ojos y metí mis pies en las pantuflas de nuevo.
Abrí la puerta y un abrazo me aprisionó. De pronto no tenía hambre.
- Hola, amor.
- Hola... Tu... ¿Qué haces aquí?
- ¿Qué manera es esta de recibir a tu casi esposo? salí dos días antes para sorprenderte y pues... ¡Sorpresa!
Mi estómago cayó hasta mis tobillos, y sentí que estaba a punto de un colapso nervioso a causa de la impresión.
Bueno, mi vida era un 300% más complicada ahora que Santi había regresado momentáneamente de su viaje.

Confesiones de una catfishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora