Capítulo 9

134 14 1
                                    

Entonces déjame poner esto en claro.
¿Dices que siempre me amaste?
¿Qué te hizo desesperar, para decirme con palabras lo que realmente sientes?
Puedo verlo en tus ojos, tus palabras son en serio. Recuerdo que desde hace tiempo me he sentido igual.
Ahora ambos tenemos vidas y parejas separadas. Insignificantemente significantes, ambos tenemos a alguien importante.
Estamos con quien estamos. Pudimos ser algo más, pero al menos sigues siendo mi amigo que llegó tarde.
Debo confesar, eres mucho más de lo que yo recordaba. No puedo evitar alimentar estos pensamientos, pensamientos de nosotros juntos.

~A day late / Anberlin










Me recosté de nueva cuenta en la enorme cama en que dormía. Pensaba en ir a visitar a mi madre, ver cómo llevaba lo de papá, o más bien vigilar que tanto ella como mi hermana siguieran vivas.
Antes de que toda mi vida girara en torno a mi pareja, había sido una buena hija, y mi relación con mi hermana era más que pocas conversaciones. Ahora las veía cada tres o cuatro semanas. Era frustrante, porque vivía del otro lado de la ciudad.
Aún con la luz filtrándose por la cortina, la música matutina natural afuera y el bello clima que se asomaba, todo se sentía vacío. La casa se sentía más fría que la semana anterior.
Tomé mi móvil. Compartí algunas imágenes al azar, comenzaba a recibir likes mientras almorzaba. Para un domingo muchos estaban activos. Después recordé que estábamos a pleno verano.
- ¿Estás?
Apareció una burbuja de conversación en mi pantalla. Sonreí tontamente.
- Sip.
- Estoy aburrido.
- Bienvenido al club.
Me recosté en la sala y encendí el televisor para que hiciera algo de ruido. Comencé a teclear.
- Oye, ¿Esto es alguna indirecta?
Envió una imagen que había posteado hacia unos minutos mientras comía. Era una imagen en blanco, con texto que decía: "Tantos lugares en el mundo y yo solo pienso en llevarte a mi cama".
- Sacaré un comodín para no contestar.
Pasaron unos segundos antes de que entrara una llamada. Me puse mis audífonos.
- Tengo ganas de ver películas.
- ¿Qué película vemos? - Le contesté.
- No tengo idea, sólo quiero recostarme en cama, acurrucarme contigo y pasar mi domingo viendo películas, pero por otro lado, quisiera saber... ¿La imagen era una indirecta para alguien?.
- Si, algo así - Sonreí, sabiendo que se estaba deshaciendo de celos.
- ¿Puedo saber para quién?, sé que obviamente no es para mí, pero...
- No creo que conozcamos las mismas personas ¿o si?, aún si te lo dijera...
- Es sólo curiosidad, sólo quería saber.
- Ah, es para un tipejo.
Ahora sí que pensaba que era perfecta para él. Cuando comencé a compartir lo hice al azar, lo primero de mi inicio, para rellenar el vacío de actividad.
- Scarlett, ¿Para quién es?
Comencé a notar un tono extraño en su voz, no era cansancio, no era enojo, parecía decepcionado en verdad. Me sentí mal, no quería escucharlo así. Quería su risa explosiva de niño. Quería escuchar su tersa y grave voz como si me dijera cosas traviesas, pero ese tono me estaba matando. Lo que le había dicho (que era una promiscua sin remedio) se le había metido en la cabeza. Si supiera que sólo había dos en mi historial... Pero tampoco podía decirle eso, era parte de mi personaje y si ya estaba estructurado, no podía mover las cosas o se vería sospechoso.
Hice la voz más traviesa y adormilada que pude. Iba a hacer que olvidara ese tema. Seguido me decía que lo mataba cómo hablaba con él. Con un poco de diversión lo trataría de animar. No podía lastimarlo ahora... Esto era estúpido a tantísimos niveles.
- ¿Porqué, tienes celos?
- No, claro que no... - Hizo una pausa ligeramente larga - Está bien, sólo un poco.
Sentí mariposas en mi estómago. Como una puberta.
- Oye, tu no tienes derecho a celarme, yo no te celo con tu novia.
- Porque no quieres, yo no te he dicho que no lo hagas...
- ¿Y qué sentido tendría eso? Ella es tu novia, mis celos estarían fuera de lugar, tanto como los tuyos.
- Bueno, no son celos... Es curiosidad. Podría ser tu vecino que a veces mencionas, o... no lo sé.
Ahora trataba de ocultarlo.
- No me acordaba de él, aunque ahora que lo mencionas, podría ser...
- ¿Nublado o soleado?
Me había interrumpido, estaba celoso. Sonreí satisfecha.
- ¿De nuevo el nuevo de preguntas?
- ¿Porqué no? El juego nunca termina.
- Nublado. Si pudieras viajar a cualquier lugar del mundo, ¿A dónde irías?
- A Japón. Es decir, siempre quise ver esos parques llenos de cerezos. Se ven hermosos. En una cita ¿Cena o películas?
- Bueno, amo las películas. Pero si saliera, preferiría un parque de diversiones. Los juegos de alturas, de velocidad... la adrenalina que se siente es increíble.
- Yo muero de un ataque en esas cosas.
- ¿Manejas motocicleta y te dan miedo los juegos del parque?
- Si, bueno... Jajaja no lo sé. Puedo competir en carreras, hacer piruetas... Pero no me pidas que me suba a la endemoniada rueda de la fortuna, las alturas me dan pavor.
- Jajaja, marica. - Reí ante la ridícula idea de verlo asustado por eso - Entonces dime... ¿Alguna vez has tenido un accidente?
- Bueno, he tenido varios, pero nada serio. Una vez estaba ayudando a un amigo, yo estaba desvelado. El prendió la marcha de la moto y yo estaba agarrando la estrella de la parte trasera... Terminé con mi dedo pulgar partido a la mitad. Pero actuamos a tiempo, fuímos al hospital y pudieron regresarlo a lo que era.
- Demonios...
- Y una vez tuve un accidente un poco más grande.
- ¡¿En la moto?!
- Si... Estaba calibrando la tensión de mi moto. Y cuando creí que había terminado, la probé yendo a dar un paseo. Estaba regresando, tres niños corrían detrás de un perro que se les había escapado. Uno de ellos por perseguirlo y no voltear terminó atravesándose en mi camino. Para esquivarlos jalé la moto y frené. La moto se barrió y me caí de ella, rodé unos cuantos metros - Una pequeña risa en su voz, sí que estaba loco - terminé con el brazo y la pierna izquierdos rotos... Pero sólo fué eso, creo que tuve suerte, ya que no llevaba casco.
Estuve en silencio, lo estaba imaginando. Carraspeó y salí de mi trance.
- Pues sí fué algo fuerte. Creo que casi ni llego a conocerte. Bueno, te toca preguntar.
- A ver... - suspiró - ¿Sabes conducir?
- Si, pero sólo automático. ¿Tu película romántica favorita?
- Se llama "Todo sucede en Elizabeth town" ¿La has visto?
- ¿Es esa en donde los protagonistas se la pasan hablando por teléfono, y al final se encuentran de frente?
- Sip, jajaja. Nunca la conocen.
- Bueno, ¿Qué te digo? Me gustan las películas. Tu turno.
- ¿Piensas casarte?
Me cambié de posición. Tenía los pies en el respaldo del sofá. Mi cabeza colgaba hacia abajo.
- Jajaja, no creo en los novios ¿y me preguntas eso? ¿De blanco, con ramos, invitados, una iglesia...? - Lo pensé. En realidad era lindo. Abrí la imagen del hermoso vestido que había elegido hacía mucho tiempo. Se me cayó el celular en la cara. - La respuesta es no... No lo creo.
- Yo creo que sí lo harías... Al menos con la persona correcta.
- Ves demasiadas películas románticas.
- Bueno, no tantas, pero si soy algo romántico.
- Se nota - Quise cambiar de tema - Si pudieras tener relaciones con una artista ¿Quién sería?
- Mmmm... Meghan Fox
- ¡Oye, no! Ella es mía.
- ¿Te costarias con una mujer?
- No es que no sea hétero. Soy MUY hétero, pero hay mujeres tan guapas que no lo pensaría ni un segundo si me lo propusieran... La primera vez que tuve esa sensación fué cuando salió la película "Diabólica tentación", con Meghan Fox. Fuí a verla con un chico esa vez. En una escena tiene un beso con su mejor amiga... A partir de ahí dije "Meghan, te amo".
Esa historia era cierta.
- Bueno, si ése fuera el caso y pudiera hacerlo con ella, podríamos compartir...
Sin querer habíamos vuelto a ése punto.
- No veo porqué no...
Bromeé. En la vida real, ni loca probaría eso.
- ¿Alguna vez has visto porno?
- Jajaja, Si. Y la mujer que te diga que no, está mintiendo. Todas lo vemos alguna vez, al menos por curiosidad.
- ¿Te gusta?
- Oye, esa es otra pregunta... Pero responderé de todos modos. En realidad prefiero el acto en si. Ver porno es como tener hambre y que te pasen un comercial de Pizza Hut en TV: Se ve bien, pero no es lo mísmo.
- Jajaja, es cierto. Iré a la tienda, ¿me encargas algo?
- Unos nachos y una pepsi.
- Sólo a tí te gusta la pepsi.
- Me gusta más que la Coca-Cola.
- A nadie le gusta más la pepsi que la Coca-Cola, pero de acuerdo.
Subí a mi recámara. Nuevamente me percaté de que la casa estaba silenciosa. En un par de minutos volvió a soñar mi timbre de llamada.
- Regresé.
- Bienvenido.
- Gracias...
Escuché su sonrisa. Se notaba en su tono de voz.
- ¿Qué comes?
- Un gansito*
- No me sorprende... Se nota que te gusta mucho azúcar.
- ¿Porqué lo dices?
- No lo sé, me imagino.
- ¿Me analizas?
- Así como yo soy más salada, tu eres de dulces... Y no es que no lo hayas tratado de hacer antes conmigo.
- Jajaja, si. Eso me gusta.
- ¿Qué?
- Que seas así
- ¿"Así" cómo?
- Que me analices. Soy un mente difícil. Me sorprende que puedas leerme, nunca saben que pienso o que hago...
Quería decirle que en realidad era muy fácil de leer. Al menos para mi lo era. Pero insistía.
- No lo creo. Eres un cabezota, pero creo que eres transparente.
- Sé que tengo costumbres que me delatan, pero es difícil que vean lo que hay dentro de mi mente sin que yo los deje.
- ¿Y me estás dejando hacerlo?
- Jajaja, no. Por eso se me hace curioso.
Mi celular se quejó.
- Me queda un 4% de pila.
- A mi 0%, estoy pegado al cargador.
- Eso es malo para tu celular.
- No importa, si es contigo, quiero seguir haciéndolo. Me encanta escuchar tu voz, me encanta hablar contigo...
Sentí como me sonrojaba y escondí mi cara en mi almohada. Totalmente estúpido, porque el no estaba ahí para verme. Cambié el tema.
- Describe cuatro aspectos míos.
- A mi manera, supongo...
- Si, ¿cómo crees que soy?
- Hmmm... Sé que eres poco tolerante, tienes poca paciencia. Eres sexy como el infierno, y no sólo tu físico... Toda tú. Y aunque trates de ocultarlo, te preocupas mucho... Eres preocupona.
- Tu turno de preguntar.
- Tu comida favorita.
- ¡Pizza! Sober todo me gusta mucho que lleve ingredientes picantes.
- Hmmm... Justamente hace unos días comí una pizza muy buena. El día que vengas te llevaré... Y hablando de eso... No es que sea stalker ni nada, pero estuve viendo que entre tus amigos tienes a una amiga mía de hace años... ¿La conoces?
«Mierda... Mierda... Mierda...»
- ¿A quién te refieres?
- A Isabelle.
- Ah, ya se quién dices... Si, si la conozco - «No idiota, tenías que decir que no ¡¡¡¿¿¿QUE ESTÁS HACIENDO???!!!» - ¿Porqué?
- Porque es una buena amiga mía.

Confesiones de una catfishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora