Vecinos (parte 2)

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Mitch siempre ha sido el tipo de chico que disfruta su sexualidad libremente, pero uno de sus principios más sagrados y que nunca quebrantaba era: Nunca tener una aventura loca con alguien que conoces o que debas volver a ver. Sin embargo, estaba desnudo contra la puerta de su nuevo vecino.

La primera impresión de Mitch acerca de Scott se basó en que, al parecer, iba a tener al vecino más sexy de la historia. Cuando hablaron más, supo que Scott era una persona tranquila, muy diferente a como estaba aprovechando él su juventud y notó como Scott se ponía nervioso cada vez que le coqueteaba.

Se dijo a si mismo que iba a dejar al joven tranquilo, después de todo las aventuras de una noche eran lo suyo, pero nunca con alguien que formara parte de su vida y Scott viviría en el departamento de al lado, obviamente lo iba a ver a menudo.

Así que cuando le ofreció que lo follara contra la puerta al salir, fue más para medir su reacción, no pensó que se atrevería a hacerlo realmente. Pero una vez que sus labios tocaron los de Scott, ya no pudo detenerse más. Lo sorprendieron dos cosas: la actitud de Scott, porque para verse tan tímido besaba como los dioses; y la forma en que él le respondía, como si necesitara con todas sus fuerzas tener más de ese hombre. No recordaba haber sentido tal ansiedad por llegar más lejos con alguien...y eso que experiencias tenía de sobra.

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Scott tomó su mano, para guiarlo a su habitación. Estaba ordenada, pero aún quedaban unas cajas aquí y allá en el piso. Aún de pie, Scott se inclinó para besar profundamente al chico de cabello violeta. Enredó sus brazos en su cuerpo y dejó que su lengua explorara lentamente su boca, sin prisa.

Cuando sus labios se separaron, Mitch estaba otra vez con la respiración agitada. Podía sentir el duro miembro de Scott contra su abdomen, como un recordatorio de que lo acababa de follar sin piedad contra la puerta y, al parecer, pensaba volver a hacerlo justo ahora.

−Eres tan hermoso, Mitch− La voz de Scott era un susurro muy grave.

E hizo algo que dejó a Mitch fuera de combate al instante y no puedo evitar sonrojarse. Scott dejó que las yemas de sus dedos viajaran por todo el cuerpo de Mitch, solo rozando su piel, por encima de cada uno de los tatuajes que adornaban el esbelto cuerpo del chico. Uno por uno, trazó las figuras, enviando corrientes eléctricas por todo el cuerpo de Mitch. Lentamente, las manos de Scott se fueron acercando a su entrepierna, rozando su trasero y la cara interna de sus muslos, tentándolo. Así que cuando alcanzó por fin el miembro de Mitch, ya estaba duro otra vez.

Mitch no pudo esperar más y volvió a sorprenderse de sí mismo, por desear con tal intensidad a su nuevo vecino. Llevó las manos a su torso desnudo y lo empujó hasta que cayó sentado en la cama. Inmediatamente, Scott se acomodó contra el respaldo de la cama y Mitch gateó por el colchón hasta sentarse a horcajadas sobre el regazo de Scott.

−Es mi turno de hacerte sentir bien, Daddy−

Buscó su boca y lo besó con suavidad mientras guiaba con una mano la longitud de Scott a su entrada.

Bajó sin dificultad, pero lo hizo muy despacio solo para permitirse sentir cómo Scott llenaba su interior. El hombre más grande gimió en su boca y sus manos volaron a sus caderas, lo sujetó firmemente, pero aun así, procurando no hacerle daño.

Cuando llegó hasta el fondo, sus lenguas seguían danzando juntas. Scott levantó las caderas para hundirse aún más en él y Mitch abrió la boca desmesuradamente cuando lo sintió volver a rozar ese punto en su interior, que ahora estaba mucho más sensible. No pudo evitar empuñar sus manos en el pelo de Scott y arquear la espalda, separándose de su boca.

Se levantó hasta que sólo la punta de de Scott estaba en su interior, y volvió a repetir el movimiento, decidido a devolverle el favor a Scott por darle tanto placer.

Bajaba lentamente con su torso desnudo rozando el de Scott, pero cuando llegaba al fondo se inclinaba un poco hacia atrás, era cuando la magia sucedía y la fricción en su interior le hacía hacerse más pequeño cada vez, luego salía casi por completo para volver a repetir la operación. Sus caderas seguían el mismo movimiento circular que una rueda de la fortuna. Tenía los ojos cerrados, pero por los calientes gemidos y la forma en que sujetaba sus caderas, suponía que Scott lo estaba disfrutando tanto como él.

Poco a poco fue apurando del ritmo, en sincronía con los gemidos de Scott y los quejidos que salían involuntariamente de su boca. Pronto sintió la cercanía de su orgasmo, pero respiró profundo y se obligó a esperar la liberación de Scott, asombrado por la destreza del hombre en la cama.

Afortunadamente, Scott también estaba cerca. Con un fluido movimiento, los giró por la cama, para ser él que estaba ahora arriba de Mitch. Puso una de sus grandes manos en el muslo izquierdo del chico, el que al instante lo rodeó con las piernas, y la otra en su nuca, para sellar su boca con la de Mitch, mientras empujaba en su interior de una forma frenética.

No dijeron una palabra, pero los dos se liberaron al mismo tiempo. Scott aturdido por la maravillosa sensación del estrecho interior de Mitch, se permitió gemir repetidamente su nombre contra su boca.

Mitch por otra parte, se sentía tan débil y agitado que le tomó siglos recuperar el aliento y, cuando por fin lo logró, el cansancio lo venció y se quedó dormido entre los brazos de Scott.

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Mitch despertó con la luz de la ventana, le tomó un par de segundos recordar donde y con quien estaba. Miró el relajado rostro dormido de Scott. Maldición! Había roto otra de sus reglas inquebrantables, con el mismo hombre y en la misma noche.  NUNCA  quedarse a dormir con una de sus aventuras, no importa lo cansado o lejos que estuviera.

Pero aquí estaba, increíblemente cómodo entre los brazos de Scott, el que se movió atrayéndolo más a su cuerpo mientras abría los ojos lentamente.

−Buenos días, Mitch− dijo Scott con la voz rasposa.

Mitch esperó que la situación fuera incómoda, deseó que así fuera para tener una excusa, para decir que Scott no era el hombre perfecto. En cambio se encontró sonrojándose ante la voz-de-mañana de Scott y hablando con su voz más dulce.

−Buenos días, vecino.

−Si no te hubiera escuchado gemir mi nombre anoche, en serio pensaría que lo olvidaste.

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Luego de ducharse (juntos) y vestirse, Mitch debía volver a su apartamento para ir a trabajar luego. Scott lo acompañó hasta la puerta, todo un caballero! Se detuvieron en la entrada, con la puerta abierta, Mitch en el pasillo y Scott en el umbral.

Antes de poder pensar en lo que estaba haciendo, Mitch se abalanzó hacia Scott y lo besó dulcemente durante unos segundos, como una promesa de lo que estaba por venir.

Qué?! Ahora un beso de despedida?! Demonios Mitch, tienes que dejar de romper tus propias reglas!

Apenas se separaron, oyeron una voz que rompió todo el encanto de la escena.

−Necesitan a Jesús!!! – dijo descaradamente la anciana del departamento de al lado, que iba pasando por el pasillo.

Ooops, Scott tampoco se llevará bien con su vecina de junto.

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Hoooolas 

Encuesta importante!!!

¿No se aburren con tanto sexo? Escrito claro, no sé...a veces siento que es demasiado juju

Estuve leyendo  mi actividad hoy, como llevo poco en wattpad no es mucha y descubrí que, oficialmente samg15  fue la primera persona a la que seguí, porque Duuh es la reina <3

recuerden que tengo una nueva historia, se llama PROHIBIDO,  por si quieren pasarse por ahí.

Como siempre gracias por leerme, sean libres de votar y comentar si quieren, besos!

scomiche One Shots (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora