Pintor Amante (P2)

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Mitch/


Estaba literalmente temblando. De pronto sentí un deseo tan obscuro y desenfrenado que me asusté de mí mismo. Jamás había sentido algo así, jamás se me habría ocurrido verme en esta situación. Ciertamente, cuando desperté esta mañana no pensaba que un pintor desconocido estaría devorándome con la boca y las manos, en mi cocina a medio pintar. Pero sorpresas te da la vida, no?

Todo mi ser estaba tan disfuncional que no sabía que hacer con mis manos, mientras me regalaba el beso más hambriento que jamás me han dado. Enredaba mis dedos en sus sedosas hebras rubias, pero no era suficiente, entonces bajaba por sus hombros hasta sus fuertes brazos, pero aun quería más. Como ya me había olvidado de todos mis principios, fui por todo y bajé lentamente mis dedos temblorosos por sus abdominales y más abajo. Hasta que pude invadir su ropa interior y tomar su miembro.

La maldición que se formó en su garganta se perdió en mi boca, y sus manos apretaban tan fuerte mi trasero que los músculos de sus brazos se contraían y me acercaban más a él, aunque no era físicamente posible tenerlo más cerca. Creo que en algún grado, para ese momento ya habíamos pasado la barrera del deseo físico, era algo más, una necesidad que no sabía que tenía. Y la barriga se me llenó de mariposas.

Apreté su dureza con ambas manos, entonces comprendí que era increíblemente grande. Fui yo el que rompió ese tortuoso y majestuoso beso, porque simplemente tenía que verlo. Mientras sentía su respiración jadeante, bajé mis ojos a esa dura longitud que tenía mis dos manos a su alrededor y aún le quedaba una buena parte al descubierto.

Una perla de líquido preseminal se asomó en la punta y con la yema de mi dedo índice la esparcí por todo el aterciopelado glande, humedeciéndolo, mientras mi otra mano lo sujetaba firmemente de la base.

-ah! mmm aarrgg!! Mi-Mitch!!- gruñó con la voz cortada.

Estábamos tan cerca que tuve que mirarlo hacia arriba, con ojos muy abiertos. Tomó mis manos y las alejó de su miembro. Puso las suyas en mis mejillas y pensé que me besaría de nuevo, pero no lo hizo. Sólo me miró por largo rato y yo hice lo mismo, memorizando sus rasgos. En ese momento sentí tan natural estar viéndolo así, como si él fuera también parte de mi, una parte que no sabía que me faltaba.

Rompió mi trance cuando bajó sus manos para quitar mi camiseta, sin decir una palabra, pero con una comunicación directa entre nosotros. De la misma forma bajó mis pantalones y mis boxers, sin quitar sus ojos de los míos. Me sujeté de sus brazos mientras pateaba mis zapatos y salía de mi ropa.

Me desnudó increíblemente lento y cuando estuve desvestido por completo hice lo mismo con él, aunque ya estaba a medio camino. Terminé de bajar el overol por sus caderas y cayó a sus pies. Se inclinó para sacar sus zapatos, mirando hacia arriba para no perder el contacto visual, como si escarbar en mi alma fuera más importante que nuestros cuerpos... Y en ese momento, lo era.

Cuando ambos estábamos desnudos en medio de la cocina, se inclinó a mi boca, quedándose cerca pero sin tocar mis labios, como pidiendo permiso. Cerré la distancia para que nuestros labios abiertos se juntaran nuevamente, en un beso profundo y desordenado.

Fue un relámpago de placer simultáneo, al mismo tiempo enrosqué mis manos en su cuello y él en mi cintura y nuestras partes bajas tocándose en una danza dura, con una fricción abrumadora.

Nos hizo retroceder enredados hasta el mesón de la cocina americana. Me levantó por la cintura para sentarme con él entre mis piernas. Se separó repentinamente y puse mis palmas en el largo mesón a mis costados como soporte.

Y ahora si me miró, centímetro a centímetro. Desde mis mejillas encendidas, bajando por mi cuello y mi torso, hasta mi erección que tocaba la parte baja de mi abdomen. Seguí la línea de su mirada para ver todo mi cuerpo con rastros de la pintura azulina que tenía antes en sus manos y que difuminada en mi piel se veía del mismo color que sus ojos, éstos volvieron a los míos antes de hablar en un susurro.

scomiche One Shots (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora