¿Enemigos?

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Mitch / 

Nos detestábamos. Hemos estado juntos en el coro de la escuela por años y en vano todos nuestros amigos y hasta el profesor habían intentado que nos lleváramos mejor. Era simple: no lo soportaba y sabía que él tampoco a mi.
Ambos éramos parte importante del coro, se lo tenía que reconocer, tiene una voz de ensueño que noquearía a cualquiera, excepto a mi, claro. Siempre había odiado su actitud segura y confiada. Y su sonrisa encantadora, esa que le daba a todo el mundo, menos a mi ¿Qué demonios tenía conmigo? Ni siquiera entendía porque le desagradaba tanto, seamos honestos, soy genial.
Siempre me lo topaba por la escuela, relajado y sonriendole a todo lo que respirara, pero cuando sus ojos caían en mí, esa perfecta sonrisa desaparecía al instante y su cuerpo se tensaba. Su cuerpo esculpido a mano por los dioses se tensaba en mi presencia, desbocando las más obscuras y salvajes fantasías en mí. Entonces, hacía lo primero que se me venía a la mente, pelear con él. Todas nuestras interacciones consistían en miradas fulminantes y comentarios sarcásticos. Era lo único que podía hacer para no gritarle por fin:¿por qué mierda le sonríes a todos menos a mi?!!! Me volvía loco.
Como ya era rutina, los demás en el coro hacían caso omiso de nuestra mala relación y nos dejaban discutir en paz. Hasta un día que se me pasó la mano, cuando dijo algo acerca de que yo era insoportable, y le arrojé una carpeta llena de letras de canciones, haciendo que las hojas de papel volaran por el aire.

-Ya fue demasiado, chicos. Dejemos la clase hasta aquí. Grassi y Hoying quiero esta sala impecable cuando vuelva mañana. - dijo el profesor. Era el último periodo, por lo que tendría que pasar mi tarde libre ordenando el salón, con él.

Ninguna de mis suplicas sirvió y cuando finalmente el profesor se fue, ignorando mis quejas, me quedé a solas con Scott.

-mira lo que conseguiste, Hoying!! - dije, volteandome para encararlo.

-yo?! Fuiste tú el que me lanzó una carpeta... Grassi.

-porque tú me provocaste!!! - lo vi sentarte sobre una mesa lejos de mi- no te soporto- dije más bajo.

-será mejor que empieces a ordenar, Grassi. Ya quiero irme. - me dijo, mirando por la ventana.

-¿no piensas ayudarme?! - casi le grité.

-mmm lo pensaré - tenía una mirada divertida en el rostro- pero ya que todo esto ha sido tu culpa... - se encogió de hombros.

Solo quería seguir gritándole y volver a lanzarle algo, pero la idea de irme pronto fue más tentadora, así que solo le dediqué mi mirada más mordaz y empecé a recoger los papeles desparramados por todo el piso.

Era terriblemente incomodo estar ahí.

Luego de un rato sentí su mirada clavada en mi y cuando me giré me estaba mirando con una hermosa sonrisa en su rostro. Mis ojos volaron a sus labios y se quedaron ahí. Sentí la necesidad de averiguar si su boca era tan suave como se veía. Poco a poco su sonrisa fue desapareciendo, cuando subí la mirada a la suya sus ojos azules me quemaron, me giré rápidamente y seguí recogiendo papeles, con el pulso acelerado.

Cuando me atreví a volver a mirarlo estaba de perfil, con la mirada perdida en la ventana, se veía confundido. Me dedique a observar su figura, su ropa se pegaba a su cuerpo de una manera deliciosa, estaba adorablemente despeinado y la luz de la tarde iluminaba sus ojos claros. Me regañé mentalmente por mi linea de pensamiento.

Se giró y nuestras miradas se volvieron a encontrar, por un instante me perdí en el azul cielo de sus ojos. Sacudí la cabeza como saliendo de un trance y miré a otro lado.

scomiche One Shots (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora