Capítulo uno: Clóset

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A mis 18 años soy una persona bastante solitaria. Mi autoestima lo perdí de vista hace muchos años, quizás cuando estaba en quinto básico, por ende me cuesta mucho relacionarme con la gente, en especial en lugares donde no frecuentó mucho. Mentira, en todos los lugares me cuesta bastante.

Mi familia también se a encargado de eso, fijándose siempre en los pequeños detalles sobre mi cabello, cuerpo o nariz.

Mi nombre es Nicolás Gaulle, tengo 18 años y soy homosexual de clóset, mi vida se basó siempre en ocultar lo que sentía, intentar ser más hombre y hacer amigos, cosa que nunca me resultó. No soy una persona afeminada, claro que no, pero tampoco soy un chico agraciado, tengo el cabello castaño oscuro tirando a negro, los ojos café y una nariz horrible a mi punto de vista y el de los demás.

Hoy cumplo la mayoría de edad, como siempre mi cumpleaños se basará en mi familia frente a la torta pero, hoy quiero hacerlo distinto, hoy saldré del clóset como se dice, en simples palabras les contaré a todos que soy gay. Creo que es momento de amarme a mi mismo un poco y ver si logró conseguir algo o alguien para compartir por fin mi vida.

Al despertar me di cuenta que estaba solo, mis tres hermanos y mis padres tienen que haber salido temprano. Al revisar mis redes sociales nadie me había saludado aún, eran las 12 p.m. pero no era de extrañarse, tenía sólo familiares y ellos vendrían hoy. Mi whatsapp nunca sonaba así que un poco aburrido decidí ir a la ducha. A las 5 de la tarde vagaba en mis pensamientos tirado en el sillón, tenía un poco de miedo de lo que pasaría pero, ya estaba aburrido de mi monótona vida. Al dar las 8 p.m. los primeros en llegar fueron mis tíos, mis hermanos y mis padres aún no llegaban, así que, mientras mi tía los llamaba yo hablaba de mierdas con el raro de su marido y su hijo de unos 16 años, a las 10 de la noche estaban todos en casa. Facebook se había encargado de avisarles a todos de mi cumpleaños y habían llegado la mayoría, algunos me habían llamado con la excusa de que los niños debían asistir al colegio o que alguno se sentía mal, no los juzgó, sinceramente yo tampoco vendría a verme.

A las 11:23 p.m. estaba soplando las velas de una torta típica de supermercado, esas de mil hojas con poco manjar y cuando tenía que pedir los deseos lo solté.

– Deseo que me acepten – dije en voz alta viendo la cara de extrañeza de todos – tengo que contarles que soy gay – solté con rapidez antes de arrepentirme, me costaba tragar y la reacción de mi familia fue inmediata, mis hermanos, mi padre y mis abuelos se retiraron de la mesa.

– Que asco – Mi madre dejó la torta en la mesa y se sentó a un lado – ¿Hasta cuándo te encargaras de cagarnos la vida? – Mis tías levantaron a mis primos pequeños.

– Lo siento mamá – sentí como mi mejilla derecha comenzaba a calentarse debido a una cachetada que me había dado sin previo aviso.

– ¡Me das asco Nicolás, nos das asco a todos, eres la maldita vergüenza de la familia y debería de haberte abortado!.

Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas sin darme cuenta al menos para retenerlas un poco más, me levanté de la mesa y caminé hasta mi habitación, sentía rabia y la pena inundaba mi mente. Agarré la mochila de la escuela, esa roñosa que tenía desde octavo quizás y metí pantalones, poleras y pantalones cortos, dos de cada uno, agregué ropa interior, un gorro, tomé mi billetera y revisé cuanto dinero tenía. La verdad es que siempre fui bueno para juntar dinero, más si no tenía con quien gastarlo, así que tenía al menos cien mil pesos, que era bastante, la guarde junto a mi mp3 en los bolsillos ocultos y salí de casa, quería irme, desaparecer y que se preocuparan un poco por mí. Así que caminé por la noche sin rumbo aparente, Santiago nunca me gusto, siempre me dio miedo y no me llamaba la atención recorrerlo. Decidí tomar la carretera en cualquier dirección, caminaba mirando las pocas estrellas y la luna, una luna que me daba la bienvenida a este nuevo camino por recorrer que me acompañaría a buscar mi destino y bailaría conmigo cuando tuviera la necesidad.

Hasta que mi cuerpo aguante [Historia Gay] (GOTH)Where stories live. Discover now