Capítulo 20

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Las palabras de Samuel no solo dejaron a Diana helada, sino que provocaron una reacción que nadie esperaba en Amalia, lo primero fue un grito de dolor, después sus manos se convirtieron en zarpas cubiertas de pelo, sus orejas se alargaron, sus dientes se transformaron en colmillos y su tamaño aumento considerablemente, la mayoría de los presentes jamás había visto a un hombre lobo, sin embargo todos la reconocieron como tal. Todos aquellos que podían hacerlo, se transformaron, no necesitaban ninguna orden, era algo que escapaba de su control, si un licántropo por el motivo que fuese se convertía en hombre lobo, cualquiera podía darle caza, representaba una amenaza para todos. Tenía que encontrar el modo para defenderle, de pronto a su espalda escuchó un grito agudo, en cuanto giro para ver de qué se trataba vio cómo su madre era alejada del lugar por su padre, mientras ella luchaba por intentar defender a Amalia, su vista se volvió rápida hasta ella, quien ya había comenzado a ser atacada por un grupo de lobos, pero ella era más fuerte y logró escapar, o al menos todos pensaron eso, que huiría. En lugar de hacerlo corrió hacía Diana a toda velocidad, sus intenciones eran claras, quería asesinarla.

Samuel se interpuso entre Amalia y Diana, impidiendo que la primera pudiese lograr su cometido, en el fondo él lo sabía, ella sería incapaz de lastimarlo y a la vez, esto le daba tiempo a la segunda para transformarse, algo que claramente hizo. Luego de un modo rápido y casi sin pensarlo se abalanzó sobre la criatura y mordió su cuello, desgarrándolo prácticamente de inmediato, pero no dejó de presionarlo hasta que estuvo convencida de que el cuerpo bajo sus patas estaba yacía inerte. El sabor metálico se expandía por toda su boca, mientras que sus sentidos se volvían cada vez más agudos producto de la excitación que este sabor provocaba, su corazón estaba agitado, se sentía como cuando estaba de cacería, pero de pronto un pensamiento vino a su mente haciendo que soltase de inmediato el cuerpo que ya no era el de una bestia, sino el de su hermana.

Dio algunos pasos hacia atrás meneando la cabeza de un lado a otro intentando que los restos de sangre abandonaran su boca, pero fue inútil, esta parecía adherirse. El primero en intentar acercarse a ella fue Samuel, intentando consolarla, pero ella se alejó aún más, para ella él era el único responsable de lo que acababa de ocurrir. Pero evidentemente su madre no creía lo mismo, en cuanto vio el cuerpo de Amalia se abalanzó hacia Diana en forma de un lobo marrón claro de ojos amarillos, intentando por todos los medios encajar sus colmillos en el cuerpo de su hija mayor. Afortunadamente un lobo marrón se interpuso entre ambas gruñendo a Samanta para que retrocediese, un lobo al que Samanta no se atrevería a lastimar, Leónidas.

Si Diana creía que para ese entonces su vida era un completo embrollo era porque no tenía idea de las cosas que le deparaba el destino. La muerte de Dante y de Amalia, era solo el comienzo de lo que venía.

Corrió al bosque lo más rápido que pudo, ignoró por completo el aullido de su padre llamándole, aunque en parte se le estrujaba el corazón al hacerlo, incluso escuchaba la voz de Samuel gritando su nombre, pero no era capaz de quedarse y esperar hasta que su padre se diese cuenta de lo que había hecho y le mirase con tanto desprecio como lo había hecho su madre, ahora sabía lo que había tenido que pasar Amalia durante gran parte de su vida. Sus patas parecían dormidas, habían comenzado a acalambrarse, pero las ignoró y después de un rato le era imposible sentirlas, su corazón latía como un pajarillo libre que ha sido encarcelado, había perdido la noción del tiempo y le hubiese sido imposible determinar cuánto llevaba corriendo inmersa en sus pensamientos, todo lo que sabía es que ya había caído la noche hace bastante tiempo, porque de no ser por su visión nocturna no habría podido ver nada y que no sentía conexión alguna con su manada. Una parte ella anhelaba la protección que esta le brindaba, necesitaba sentirse segura entre quienes le conocían de toda una vida, pero otra parte de ella necesitaba estar sola, sola y en libertad por fin, sin las ataduras que conlleva ser "El Alfa de la manada Draco" o "La hija mayor del Alfa", quería ser por primera vez solo Diana, sin tener que dar explicaciones algunas de sus actos o como ocurría la mayor parte del tiempo, teniendo que cuidar cada uno de estos porque ella siempre debía ser el ejemplo, es más, en ese momento se preguntaba hasta donde hubiese llegado su relación con Dante si no hubiese estado siempre temiendo el qué dirán, quizás todo hubiese sido distinto si ella hubiese actuado de un modo diferente.

Deber de AlfaWhere stories live. Discover now