25.

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Se quedo sobre el bote unos minutos flotando entre la isla y el muelle meditaba lo sucedido y repasaba la reacción de su madre, no quería hacerle daño pero se obligaba a hacerlo pues quería que pagará,  no la recibiría con los brazos abiertos y una sonrisa, no, tenía que sufrir con lo que mas amaba; cerró los ojos y empezó a pensar en su hermana, musitaba muy bajo  su nombre entre dientes tenía que lograr verla, sentirla, saber lo que planeaba porque Kathleen le dijo que irían por él y quería estar listo tenerlo todo bajo su control. Mantuvo la mente en blanco hasta que lo logro. Un grupo de jóvenes sonrientes, dagas de plata, estacas en el césped los rodeaban corrían y se batían a duelos amistosos la chica estaba confundida sentía sus emociones como propias al sostener entre las manos un fino arco y encajar siempre las flechas en donde se proponía.

-    Estarás lista – escucho a su costado. – eres una cazadora nata.

Leyna solo pensaba en su madre y en él también le sorprendió eso tanto que abrió los ojos y volvió al momento, la corriente lo había empujado hasta el muelle, camino con calma hasta la bodega en donde no encontró a ninguno miembro de su clan. – pedazos de idiotas en donde se han metido. – siguió su rastro que lo llevó hasta dos cuadras más atrás el grupo de vampiros atacaban a unos cuantos hombres.

-    Pero que demonios están haciendo – grito y al instante todos pararon dejando a un lado sus presas.

-    Teníamos sed – respondió Barend quien estaba mas cerca

-    Yo se los permití – hablo Tristán – es culpa mía – dio un paso mas a él – Aldous intento detenerlos pero creo que su sed también ganó.

-    Te esperamos – hablaba Aldous con temor en la voz y la mirada en el suelo como pidiendo disculpas de algo.

-    Terminen – les indicó – pero esta vez no quiero que los quemen dejen los cuerpos por ahí.

-    Pero Tudor... – intento hablarle su primo.

-    He dicho que dejen los cuerpos ahí es importante – regreso hasta la bodega y los espero uno a uno fueron llegando, Cyrene fue la primera para tener un poco de tiempo a solas con él Tristán llego al final, se veían saciados y tranquilos después de vaciar a los pescadores del lugar.

-    Aldous, Cyrene – les llamo su líder — Bertram esta muerto y su madre también – les soltó la noticia de golpe – tenían que saberlo. – la mujer se refugió en los brazos de su hermano que no perdió tiempo y la rodeo con fuerza manteniéndola muy cerca.

-    Quien fue – preguntó Aldous mientras consolaba a su pequeña hermana acariciándole el rubio cabello.

-    No lo sé – miro con complicidad a Tristán – cuando llegamos la taberna estaba vacía lo único que hayamos fueron cenizas y humo.

-    Quien se pudo atrever – sollozaba Cyrene.

-    Tengo una sospecha – siguió Tudor – subiendo a un viejo escritorio – alguien me hablo de un cazador, me hablo de Van Helsing y de que viene por mi, creo que fueron él y su séquito  los que los acabaron al no encontrarme, quizás – mentía con facilidad – me están buscando.

-    Y al parecer deseas que te encuentren no es así – comentó a gritos Assad

-    Sí, tienes razón y cuando lo hagan estaremos listos o alguien quiere tomar otro camino para que lo acabe de una vez – mantenía una mirada amenazadora, los nuevos miembros negaron de inmediato con la cabeza. – no les haremos sencillo el trabajo a esos cazadores; así que quiero que juntemos a varios Tristán tu, Assad y ese par de tontos transformarán a hombres y mujeres los traerán aquí Cyrene y Barend  tendrán un trabajo mas complicado traerán niños.

El Regreso del PríncipeWhere stories live. Discover now