My time in Auckland and Now.

Traveling.

Nunca pongo fotos mías aquí en wattpad pero esa estaba hermosa. Han sucedido muchas cosas desde la ultima vez que escribí aquí pero les contaré lo más relevante y entretenido.
Como había dicho anteriormente teníamos preparado con mi familia un viaje a la última región de mi país, la emoción me corría por las venas cuando faltaba tan poco para salir de casa, y mi novio estaba igual de emocionado que yo. El viaje sería un roadtrip con respectivas paradas obviamente, yo lo tenía bastante preparado ya que era un tanto complicado debido a que nosotros queríamos cruzar la mayor parte por Chile y no desviarnos tanto por Argentina, solo lo justo y necesario, nuestro propósito era recorrer toda la Carretera Austral. La primera parada sería en Pucón en la Región de la Araucanía, un lugar que adoro muchísimo al igual que mi familia, allí pasaríamos el año nuevo ya que saldríamos el 30 de diciembre de casa, nos quedaríamos hasta el 2 de enero en Pucón y luego seguiríamos adelante.
En Pucón fue bastante divertido, fuimos a piscinas termales, hicimos rafting, jugamos minigolf, comimos rico, y en año nuevo me junté con uno de los pingüinos, el Benja, fue tranquilo ya que no quería quedar como en navidad.
*insertar anécdota de navidad*
El día 2 de enero teníamos planeado irnos temprano y llegar a Caleta La Arena en Puerto Montt y cruzar en ferry a Caleta Puelche pero hubo un contratiempo, yo y mi hermana estábamos muriendo de enfermas y fuimos a urgencias en el Hospital de Pucón, la espera fue eterna y tuvimos que quedarnos a almorzar allí. Pero de todas maneras alcanzamos a cruzar en el primer ferry, luego llegamos a Hornopiren donde nos quedaríamos a dormir para luego tomar el segundo ferry que era más largo, unas cinco horas mas o menos, fue una tortura porque me mareo un poco en los barcos, pero ese sería el ultimo ferry largo que tomaría o al menos eso había pensado.
Cuando terminó el viaje de cinco horas seguimos hasta Chaiten y ahí comeríamos después continuaríamos hasta La Junta. Ahí fue cuando las cosas comenzaron a complicarse, cuando llegamos al último lugar que mencioné el auto comenzó a andar de manera extraña, cada vez que mi papá pasaba el cambio de 1º a 2º el auto daba un tirón, entonces mi papá decidió detenerse y revisar que tenía, se dio cuenta que había pinchado un neumático y creyó que eso era el problema, obvio que tenía un repuesto, cambió el neumático y seguimos en busca de una casa donde pasar la noche, al rato el auto seguí con el mismo problema y mi papá comenzó a alterarse, en el momento no tenía a donde llevarlo porque era domingo y estábamos en un pueblo pequeño, cuando encontramos casa hizo todo lo que pudo para arreglarlo y nada servía, al día siguiente concluyó que era ls caja de cambio la que estaba fallando.
A pesar de aquello seguimos con el viaje e intentaríamos llegar hasta Coyhaique y buscar un lugar para que le dieran un diagnóstico. Eran más de 100 kilómetros en camino de tierra, fue horrible, con el pasar de las horas el auto a penas se movía, habían subidas que con suerte pasaba a 20km/h, no había señal ni se veían casas y tampoco autos próximos, si nos llegaba a pasar algo nadie se habría enterado. Milagrosamente pudimos llegar a una automotriz y le hicieron un chequeo, no tenía ninguna manera de poder arreglar allí mismo, la mejor solución que nos dieron fue que embarcáramos el auto y nos fuéramos a Puerto Montt y de allí a la capital. Pedimos auxilio a un familiar que vive por allí cerca y nos quedamos en su casa, buscamos maneras de poder solucionar el problema sin tener que cancelar el viaje, estábamos tan cerca de llegar, solo una región más y llegábamos. Triste historia, finalmente embarcamos el auto, 24 horas de viaje hasta Puerto Montt, horrible para mí, allí, cuando llegáramos estaría un amigo de mi papá esperándonos con la Ford que también tiene mi padre para que pudiéramos seguir con las vacaciones por otras partes más al norte. Nunca pude llegar a Puerto Natales para poder ver a mi novio y visitar las hermosas Torres del Paine.
Pero ahí no termina todo, eh.
El vendría, luego de varios contratiempos nos pudimos ver, 4 días en Reñaca juntos, fui a visitarlo a la casa de sus abuelos. Fue bastante hermoso, no lo veía desde noviembre —ya estábamos en enero en el momento en que nos volvimos a ver, finalizando enero— hicimos varias cosas juntos, varias cosas... Me mimó mucho, me hacía el desayuno y me lo llevaba a la cama, en las noches se iba a la cama en la que dormía, ahí nos quedamos toda la noche y después se iba a la suya como a las 7am para que sus abuelos no se dieran cuanta, en varias instancias dormimos siesta después de almorzar, pasaron muchas cosas en esos días, algunas cosas que no sé si sean apropiadas de contar, pero claro, cosas buenas, excepto por la despedida. Las últimas horas fueron las peores, no lloré hasta que mi madre me preguntó  cuando ya iba de regreso si estaba triste, ninguno de los dos quiso llorar cuando nos despedimos sino hubiera sido como lo del aeropuerto cuando volvimos a Chile, me partió el corazón verlo así de triste ese día en el aeropuerto.
Esos fueron aquellos días de verano, los que extraño tanto.
Se despide,
The Queen of Drama.