CAPÍTULO 29

12.5K 606 93
                                    

— ¿Qué estás haciendo aquí? —Interrogo sorprendida. Él no me responde, simplemente se acerca a mí y me abraza. Su acción no solo me toma desprevenida, sino que me ofusca. — ¿Qué paso? —Inquiero, correspondiéndole el gesto. ¿Acaso no me vio con Edwin?

—Estaba preocupado. Fui a tu trabajo a verte, pero no estabas, vine aquí y tampoco, llamé a tu amiga y no me contestó, te estuve buscando por la ciudad durante horas, pensé que te había pasado algo. —Explica alejándose poco a poco. —No me asustes así. —Ruega escrutándome intensamente con la mirada.

—Lo siento. —Me disculpo apenada.

—Ya tenía a más de una docena de hombres buscándote cuando Edwin me confirmo que estabas con él, te juro que el alma me regreso al cuerpo en ese momento. —Confiesa antes de volver a darme un corto abrazo. — ¿Qué estaban haciendo usted dos juntos? —Interroga alejándose para verme. Sabiendo que tarde o temprano se iba a enterar de todas formas, le digo la verdad.

—Lo invité a cenar. —Respondo sin más.

— ¿Y por qué? No sabía que eras cercana a él. ¿Cuándo se hicieron amigos? —Curiosea acariciando un mechón de mi cabello.

—No lo somos, él no quiere, dice que mi amistad no le es rentable. —Exhalo aún resentida.

— ¿Y para qué quieres su amistad? ¿No te basta con la mía? —Cuestiona de manera jocosa al notar mi enfado.

— ¡Por supuesto! Es solo que es la primera vez que alguien me dice algo así. —Reconozco haciendo un puchero.

—Edwin es así. Franco, bromista y sarcástico, con escasa delicadeza en ocasiones, pero es buena persona. —Lo defiende. — ¿Por qué te interesa tanto? —Insiste mirándome. Solo me encojo de hombros, ya que no lo sé, solo me parece interesante. Creo que un amigo como él me hace falta, sin embargo, no iba a decirle eso. — ¿Debería estar celoso de él? —Pregunta, alzo la mirada hacia él, sus ojos celestes me escudriñan con gran intensidad, como si pudieran penetrar mi alma y descubrir si miento o no.

—Por supuesto que no. A mí quien me gusta eres tú. —Enuncio sonriente. —De hecho, Edwin solo me hizo darme cuenta aún más de ello. —Confieso acercándome.

— ¿Y es qué acaso ya dudabas de tus sentimientos hacia mí? —Inquiere dolido.

—No. —Me apresuro a decir.

— ¿Entonces?

—Nada, es solo que... Nada. —Vacilo desviando la mirada.

—Mmmm... —Pronuncia estudiándome con la mirada. —Está bien, si no quieres decirme no insistiré. —Establece, pero, aunque intente ocultarlo, puedo darme cuenta de que el hacerlo le molesta.

—Realmente no es nada. —Insisto; sin embargo, tras unos segundos de silencio y recordar las palabras de Edwin decido preguntarle ahora que tengo la oportunidad. — ¿Puedo hacerte una pregunta? Te juro que será la última vez que te mencionaré el tema o algo semejante. —Prometo. Mis palabras logran capturar toda su atención.

—Sí, dime. —Me anima intrigado.

— ¿Conoces a Carl Maximoff? —Pregunto y lo observo con atención, cada movimiento y gesto que hace.

— ¿Por qué la pregunta? —Cuestiona de vuelta con el ceño fruncido.

— ¿Lo conoces o no?

—Sí. —Responde sin más, alzo las cejas, sorprendida.

— ¡¿En serio?! ¿Y de dónde lo conoces? ¿Qué relación tienes con él? —Interrogo aún asombrada. ¿Quizás Hanna tenía razón con lo que decía?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ALÉJATE DE MÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora