Carta 25.

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El profesor se había retrasado, África y Océano compartían una conversación trivial a mi lado mientras yo miraba al centro de la sala a la espera de la aparición, para poder dar la clase o si no retirarme a mi habitación.

Pasaron los minutos de forma pesada mientras de vez en cuando añadía un "sí", a la conversación de la que hablaban y por la cual estaban tan interesadas.

Suspiré y abrí mi cuaderno para encontrarme con la carta número 25 de Zack.

Cogí un respiro y comencé a leerla, al fin y al cabo no tenía otra cosa mejor qué hacer.

"Hoy es mi cumpleaños.

Diecinueve años.

Podría decirte que me hace mucha ilusión pero tengo la corazonada de que tú no me felicitarás, porque no has contestado en todo este tiempo.

De modo que si quieres hacerlo estaré realmente agradecido, porque realmente quiero recibir tu felicitación y no la de los demás.

Con lo tal es irónico... por que... es decir, ¿Quién escribe a alguien en su día de cumpleaños? Deberías escribirme tú a mí, eso sería lo normal. Pero a mí no me importa hacerlo.

Me compraron un coche nuevo, y bueno, miles de cosas más que supongo no te interesan.

Yo quiero que te pongas en contacto conmigo, ese sería mi regalo de cumpleaños, ¿es mucho pedir?

Lo celebraré, en la playa, a la noche, habrá una fiesta enorme, correrá la bebida de mi cuenta, incluso pondrán un escenario, ya sabes, música, alcohol sexo y todo lo que eso implica.

Sidney irá, sería genial que vieses por fin la buena pareja que hacemos.

Estás completamente invitada, quiero verte.

¡Feliz no cumpleaños chica anónima! "


Di un respingo en la silla cuando me di cuenta de que Zack me observaba de pie frente a nuestra larga mesa.

Abrí bien los ojos, cerré el cuaderno de un golpe y me coloré mientras él daba la vuelta, subía un par de escaleras y se disponía a colocarse a mi lado.

-Hola- se giró hacia mí y yo bufé - Quería hablar contigo de lo que paso el otr...

-Cállate Zack- rodé los ojos y guardé mis diversos libros en la mochila.

-¿Por qué no me escuchas?

-Yo al menos tengo la decencia de no cerrarte la puerta contra la cara, casi me rompes la jodida nariz - cerré mi portátil, guardé los subrayadores de forma desordenada y me levanté del sitio.

-Eso no ocurrió exactamente así.

-Piérdete Zack.

-Hey, ¿A dónde vas? - me miró Océano sentada y señalé con la mirada a Zack -Entiendo, compañías no deseadas- asentí dándola un patoso movimiento con la mano en forma de despedida.

Ella asintió y yo subí las escaleras para colocarme en la última fila, contra la pared.

No me gustaba ese sitio, aparte de no poder ver las letras que estaban escritas en la pizarra tampoco podía comparar cosas con nadie porque los que estaban en esta fila era para dormir o pasarse la clase por el forro.

Abrí el cuaderno y por ende me tocó releer la jodida carta.

-¿Señorita Valentina?

-¿Ah?- levanté la cabeza de la carta.

Zack, ¿Tú me quieres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora