Capítulo 5.

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Estaba en la mesa comiendo vagamente con las demás, mamá había enviado una de sus famosas recetas secretas, en realidad solo eran cuadraditos de pollo empanados con un toque de queso, pero siempre estaba agradecida de que se tomase tiempo para ello y se acordase de mí, bueno, no sólo para eso, ella había enviado mil kilos más de comida saludable, como verduras a la plancha y fruta selecciona, yo había optado por coger el pollo y la pizza y lo demás se lo había dado a mi hermano.

Y entonces lo vi todo.

Mi hermano estaba sentado unas mesas más allá con sus amigos, uno de ellos tiró los libros de Zack al suelo.

Me levanté despacio y regañé a mi hermano con la mirada, que no había hecho nada pero tampoco había movido un dedo para evitarlo.

Sus amigos se reían y mi hermano sonreía despacio, a estas alturas sabía que algo me pasaba con Zack, ¿Por qué siempre tenía que ser tan obvia?

Me agaché y me coloqué un mechón detrás de la oreja para ayudarle a recoger su material.

-Aparta- gruñó quitándome un libro de un tirón y empujándome en el pecho, caí al suelo porque básicamente estaba en cuclillas.

Mi hermano dejó de sonreír inmediatamente y arrastró la silla para levantarse, dejé en la mano en su pecho al levantarme - No pasa nada, estoy bien - aseguré mirando a Zack recoger hojas y hojas, mientras yo intentaba limpiar mi culo con las dos manos.

Rodé los ojos y me volví a agachar para ayudarle - ¡Que te vayas! - gritó y yo fruncí el ceño.

Resoplé y me puse en pie de nuevo mientras mi hermano estaba al borde de levantarse.

Todo quedó en silencio y la gente se giró a mirarnos.

-¿Qué te pasa? - susurré horrorizada por tanta atención, nunca me había gustado que la gente me mirase, me puse roja.

-¿Por qué no te vas con tus nuevas amigas y tu ropa recién estrenada? - abrí la boca y la volví a cerrar sin soltar palabra y sin entender nada - Te estás convirtiendo en lo que un día criticaste - siseó con asco y se levantó con todo ordenado de nuevo.

No sé de dónde saqué esa valentía, pero creo que simplemente explote - ¡¿Qué?! , ¿Me estás comparado con la plástica de tu ex novia? - si las miradas matasen... - ¡Yo no soy como tú Zack! , ¡Yo no soy nada de lo que erais tú y tus amigos en el instituto! , ¡Seis años, Zack!, ¡Seis! - grité - Tú y tus amigos me humillasteis por casi seis años, pintasteis un gran "Zorra" en mi taquilla el primer día de curso, me quitasteis todos mis cuadernos y mis trabajos para hacerlos pedazos y que tuviese que perder todo el curso, robasteis mis libros, ¿Crees que una familia normal puede permitirse comprar libros cada mes, Zack? - le miré llorando de rabia y él permaneció callado - ¡Tuve que pasarme el jodido curso copiando todo lo que no podía mirar en el libro a mano! , ¿Sabes qué dijeron cuando pedí que me los prestasen para hacer fotocopias?, ¡¿Lo sabes?! - apreté los puños - ¡Me dijeron : no, a ti no, nos ha dicho Zack que no podemos dejarte nuestros libros! - mi hermano me miró con la boca abierta - ¡Y eso sólo en primer curso Zack!, siguieron, año tras año, ¿crees que yo quería ir?, ¿crees que quería ir a clases?, ¿crees que no tenía miedo? ¡Tus amigos metieron mi cabeza en el váter por más de veinte segundos y tú sólo te reíste sin hacer nada! - golpeé su pecho con el dedo índice - ¡Cada vez que sonreía, cada vez que miraba a la mesa, cada vez que me recostaba en una pared, cada vez que contestaba algo que me preguntaban en clase, tú y ellos os reías de mí! , ¡Por no hacer nada!, ¡Por ser yo! , ¡Me hicisteis llorar , me hicisteis tener que salir en medio de clases con la excusa de que necesitaba ir al baño para llorar, me estaba ahogando, mi garganta me quemaba! , ¡Y entraba en clase y tú me ponías la zancadilla, y me caía, y todos se reían! - lloré y me limpié las lágrimas con rabia - ¡Me encerrasteis en el gimnasio y me expulsaron una semana porque creían que estaba robando! ¡Y ahora dices que yo soy como tú, que yo por tener un par de amigas y por no llevar una sudadera vieja soy como tú! , ¡ Yo nunca seré como tú!

Él tensó la mandíbula - ¿No te bastó con dejar sangre en mi puerta que quieres más? - sí, ayer me golpeó en la nariz al cerrar la puerta y me sangró al segundo, dejé unas manchas desagradables a la vista, como arte moderno.

Sollocé sin poder respirar y mi hermano tiró de mí para abrazarme mientras todos miraban a Zack.

-¿Tú hiciste que sangrar a mi hermana por la nariz?- me abrazó Jasper con una voz seria.

-No fue él Jasper, te dije que eso a veces pasa...- busqué refugio en su pecho, a pesar de todo, protegiendo a Zack.

-Contesta- insistió.

-Mírame- toqué sus mejillas- Te he dicho que no.

-No, él no hizo nada -se metió Sidney y le miré con asco.

Una cosa era mentir a mi hermano para proteger a Zack, y otra era que su novia se metiese protegiéndole cuando sabía que era mentira.

Me dió tanta rabia que apreté los dientes, miré a Zack - Jasper- susurré y me levanté despacio de encima de sus piernas - Zack fue el que hizo que me sangrase la nariz - mi hermano se levantó rápido en posición protectora - Pero no te preocupes, estoy segura de que no se dió cuenta, ni él, ni su novia- me limpié el rastro de las lágrimas y alguien acarició mi hombro.

Me giré para ver a Océano y África, ambas con un puchero.

Me di la vuelta, cogiendo la mano a Jasper para que no fuese a por Zack mientras recogía los papeles que yo misma le había vuelto a tirar -Eres tan valiente, Valiente... no nos equivocamos al ponerte el nombre- dijo despacio África y apoyó su mejilla en la mía para luego rozarme con sus envidiables rizos las pestañas.

-Eres Valiente, y eso jamás cambiará en ninguno de los aspectos - añadió Océano y me dio un beso en la sien.

-Jasper...- susurré y él gruñó.

-Vamos a hablar ahora mismo de las cosas que no me has querido contar mientras yo no estaba en el instituto- dijo firme.

-Está bien- susurré, él llevó mi mano que estaba entrelazada con la suya a sus labios y depositó un largo beso mirándome a los ojos.

Hoy Zack no me había roto el corazón, hoy Zack lo había hecho desparecer.

Hoy Zack me había convertido en una persona fría.

Hoy Zack me había matado.

Zack, ¿Tú me quieres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora