Nota 1.

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"Querido diario, creí que podría cerrar este episodio de mi vida.

Creí que podría separarme de Zack, que él iría a otra universidad mucho más demandada y que yo me quedaría con lo que podría.

Creía que todo lo malo que me había pasado este verano se esfumaría.

Que las pesadillas.

Que las noches en el hospital.

Que los resultados duros que me han dado después de hacerme todas esas pruebas podrían mejorarse simplemente centrando mi vida y mi mente en otro lado.

Me mentí a mí misma.

No sólo con Zack, Zack está ahora aquí.

Fue estúpido por mi parte creer que podría sobrellevar mejor mis problemas físicos por cambiar de aires, fui una estúpida al creer que simplemente me podría curar por tener un buen año y ser feliz.

Las enfermedades no se curan, no así.

No con ilusiones.

No me voy a curar.

Fui tan ilusa.

Creía que sólo tenía que evitarle cuando me llamaba a la puerta.

Creía que lo único que tenía que hacer era pasar el verano , dejar correr el tiempo, no contestar sus cartas... pero hoy he vuelto a oler su perfume, he vuelto a ver su sonrisa, ha fijarme en sus ojos..."


- Hola- alguien habló.

Estaba en las gradas, había decidido que era un buen lugar para esperar el camión con mis cosas , se veía todo el campo de fútbol, caía el atardecer, era un lugar tranquilo en estos momentos.

Miré a la chica de reojo que había dicho eso y volví la vista a mi cuaderno creyendo que no se refería a mí - Hola- volvió a decir y levanté la cabeza.

Ella llevaba un traje de animadora - ¿Me hablas a mí? - susurré- Yo siento si estaba molestando, no sabía, ya me voy- cerré el cuaderno y me puse en pie y me agarró el brazo.

-¿Por qué?- frunció el ceño y yo lo hice igual - Claro que te hablo a ti, ¿por qué me molestarías? - apreté los labios dudando - Soy Océano- me tendió la mano.

-Qué nombre más...

-Raro, diferente...

-Bonito- le corté y ella sonrió, le estreché la mano y me senté despacio.

-¿Por qué creías que no te hablaba a ti?

Carraspeé - En el instituto ni de lejos ninguna animadora me hubiese hablado... - admití algo dolida y ella pasó su brazo por mis hombros.

-No veo el por qué - agaché la cabeza nerviosa - ¿Tú nombre es?

-Nina- le miré por primera vez de frente, tenía ojos bonitos, piel bronceada y el pelo recogido en una coleta alta.

El conjunto constaba de una falda y un top, ambos de color blanco y azul.

-Qué nombre más bonito- sonrió repitiendo lo que le dije a ella y sonreí despacio - Vamos a la residencia- cogió de mi mano y tiró .

-Está bien - susurré recogiendo mis pocas cosas mientras ella me llevaba casi arrastras, subimos a la tercera planta.

No podía creerme esto, no me dieron el premio por ser la persona más social nunca, ni si quiera nadie se acercó a hablarme directamente de cara... y que alguien lo hiciese sin más era reconfortante.

-¿Cuál es tu habitación?- dijo caminando por el pasillo - Yo me quedo en esta- miré el número 149 - Puedes venir a visitarme cuando quieras.

-La verdad es que...- señalé la puerta -Esa es mi habitación.

- ¡Qué bien!- dió pequeñas palmiditas y saltitos y me abrazó , abrió con su llave y yo vi un montón de cajas amontonadas en mi lado de la habitación.

Tragué saliva y miré la nota que estaba descansando encima de la última caja.


"Siempre nos quedarán las notas chica anónima, perdóname, no tuve la mejor actitud.

Ven a por tu llave, residencia de primer cuso, ala D, pasillo derecho, habitación 374.

Firmado: Zack." 


Zack, ¿Tú me quieres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora