Notas Anónimas [#1]

Nota #44

Hola Esteban:

Creo que estoy mejorando mucho y todo gracias a tus apoyos y ánimos que me has dado, ya que en el hospital me dieron permiso para salir pero solo por unos cuantos días.

Estaba tan emocionada cuando salí que fui a buscarte en el colegio, pero cuando llegué tú estabas afuera, pero no estabas solo, estabas con Antonella, yo me acerqué a ustedes y me escondí para escuchar de que hablaban, tú le contabas a Antonella que ya no sabes que hacer, que estás muy preocupado por mí y que intentas hacer lo posible por mostrarme una sonrisa, pero al verme en mi estado siempre te rompes por dentro.
Yo me sorprendí al escuchar eso, pero cuando Antonella te iba a decir algo se calló, pensó por un momento y dijo

—Se nota que la amas demasiado, ella es tu vida, ¿verdad?—

Tú sólo dijiste que si con la cabeza, a lo que ella siguió.

—Sabes... me duele verte así, nunca te lo dije, y nunca delante de Liz porque ella es mi única amiga y no quisiera que sufra nunca, pero uno no manda a su corazón y sin querer me enamoré de ti...—

Al escuchar eso, algo en mí se rompió.
No podía creerlo que Antonella estaba conmigo sólo porque tú estabas ahí, entonces, ¿acaso ella nunca me quiso como su amiga?

Yo no podía creerlo, pero cuando te miré a ti, tú sólo abriste los ojos porque estabas muy sorprendido, pero le dijiste que no porque yo era lo más importante de tu vida y que nunca me cambiarías por nadie, yo en ese momento me sentí muy feliz, sabía que tú nunca me ibas a ser infiel, pero Antonella se enojó mucho y te dijo:

—Sabes, me vale que tú la ames, ella pronto se va a morir, abre los ojos y mira la realidad, ella no va a estar siempre contigo, yo la quería como amiga, pero no puedo ser amiga de mi competencia, por lo que, ésta es tú decisión Esteban, o te quedas con ella y te resignas a vivir con el miedo de que se muera, porque sabes que eso en algún momento va a pasar, o te vienes conmigo y vivimos una larga vida juntos porque nosotros no tenemos ninguna enfermedad, es tu turno de elegir...—
Cuando Antonella terminó de decir eso, ¡ella te besó!

Yo me quedé paralizada, nunca imaginé que mi única amiga estaría enamorada de ti y aparte ahora es mi competencia... ¿cuándo pasó todo eso?

Muchas lágrimas salieron al pensar en todo lo que pasó, no pude evitarlo y salí corriendo, pero eso era la única advertencia del doctor, que no puedo correr porque me podía desmayar, así que cuando estaba apunto de irme me caí al piso, tú regresaste a ver y te sorprendiste al verme ahí desmayada (o eso es lo que me dijieron los doctores).

Cuando me desperté, tu estabas llorando y yo solo te ignoré, luego me regresaste a ver y sonreíste, yo solo empecé a llorar, tú te sorprendiste y me dijiste:

—¿Te duele algo?—

Yo me quede callada y luego te dije que te vi besándote con Antonella, tú te sorprendiste, pero admitiste que si, que eso era verdad.

Yo seguí en silencio sin responder a tu declaración, pero para no quedarnos en este incómodo silencio volviste a hablar.

—¿Cómo fue que viste eso?—me preguntaste con un tono preocupado.

—Yo te dije que logré salir del hospital gracias a que ya me sentía mejor, así que te fui a ver en el colegio y me encontré con eso.—Respondí sin mirarte a los ojos.

Tú me miraste apenado pensando que solo vi eso así que me dijiste que ella te forzó a dar ese beso.
Yo fingí creerte pero solo porque me quedan pocos meses de vida, y quiero estar de buenas contigo, pero por favor, no me vuelvas a lastimar así.

Att: Liz, tu novia