CAPÍTULO 15

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*LAUREN POV*

“No se como empezar esto, pero quiero que sepas que lo siento y quiero tenerte a mi lado otra vez. He sido una idiota y tu no tienes la culpa, no te merecías que te gritara nada de lo que dije.

Se que lo arruiné todo, pero te prometí que nunca te dejaría sola y así no quieras verme estaré contigo siempre, me encargaré de que estés bien.

No sabes la falta que me haces, te extraño demasiado, extraño que me hagas reír, extraño tus ojos, tu sonrisa, tus abrazos, la manera en la que me besas. Te extraño a ti, Lo.

Eres importante en mi vida, no me importa el principio que tuvimos fue malo, pero amo en lo que nos convertimos, espero que no se acabe, porque en verdad te necesito.
En mi mente pasan cosas estúpidas y tengo mucho miedo, te necesito Lauren. Créeme por favor.

Lo siento mucho, no quise lastimarte. Ya no se que más hacer, yo… lo siento.
Espero que estés bien, mi amor.

-Camila.”

Cerré mi casillero de un golpe seco y salí del colegio.

¿para que me mandaba esa carta? No quería saber de ella. La ignoré tantas veces como me buscó en el colegio, ignoré sus mensajes, sus llamadas. ¿acaso no era suficiente para hacerle saber que no quería saber de ella?

Entré al gimnasio y saludé a un par de allí. Me cambié la ropa, busqué mis vendas y las enrollé en mis puños y mi muñeca. Tomé mis guatines negros y me los coloqué, me dirigí al fondo del gimnasio, me puse frente a la bolsa de arena más pesada y comencé dando golpes rectos, secos. El sonido de mi puño en la bolsa sonaba en el lugar. Paré y cambié la forma de golpear ahora hice lo que quería con el sacó de arena, golpeé con rectos, ganchos y cross. Golpeé con toda mi fuerza como si de eso dependieran mis problemas.

El boxeo me ayudaba, era como mi terapia, el boxeo era mi manera de escaparme  del mundo desde que me alejé de las drogas, el boxeo era mi forma de estar en paz. Casa vez que mi puño daba en la bolsa, el suspiro que lo acompañaba era una manera de sacar un peso de encima.

-Jauregui estas mala hoy. –escuché una voz y dejé de golpear para girarme. Un chico moreno, lleno de músculos y tatuajes, se llamaba Tom.

-¿Quieres subir al ring? –levanté una ceja esperando su respuesta. A cambio recibí una carcajada.

-¿Estas jodiendo? –seguía riéndose y todos en el lugar reían. Me subí al ring y desde allá arriba le respondí.

-¿Qué esperas? ¿Tienes miedo? –lo desafié.

-Por favor, no sabes donde metiste tu trasero, Jauregui.

-Veamos. –choqué mi puño tras el guante con el suyo, así de saludan los boxeadores antes de comenzar el primer round y todos los demás. Me puse en guardia cubriendo mi rostro y esquivé su resto izquierdo, rápidamente soltando mi recto izquierdo y luego el derecho, ambos chocaron con su nariz y se escuchó el “OOOOHH” de todos burlándose de él.

-¡Rómpele el culo, Jauregui!

-¡Eso es, nena!

-¡Exíliate, Tom!

Escuchaba que gritaban, pero estaba tan enojada. La adrenalina se había apoderado de mi y cuando recibí un gancho de su parte en mi hígado acabó por hacerme explotar.

Lo siguiente que hice fue puntear con mi izquierda tres veces, luego con toda mi fuerza le lancé el recto derecho y lo movió hacia atrás, mi siguiente movimiento fueron un famoso cross en su mandíbula del lado izquierdo y otro del derecho. Supongo que habían salido con demasiada fuerza y rabia porque lo dejé tirado. Nunca había golpeado de aquella manera. Los gritos de todos en el gimnasio llenaron el lugar.

When life hits you {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora