Zack, ¿Tú me quieres?

Capítulo 1.

-Llegamos- anunció mi padre frenándo y bajé del coche.

-Mamá, estaré bien, lo prometo- dije con las mejillas rojas y agachando la cabeza - Llamaré a menudo y nos veremos algún fin de semana en el mes- me rasqué el brazo con nerviosismo y ella levantó mi barbilla para yo poder ver como caían algunas lágrimas.

-Mi pequeña - dijo entre hipos - En la universidad - se tiró a mis brazos, era la tercera vez que me abrazaba en cinco minutos - Y pensar que ayer eras un bebé y te tenía entre mis brazos.

-Mamá- alargué la última sílaba y ella sollozó en mi hombro, la abracé y se apartó.

-Estoy muy orgullosa de ti- me miró de frente y sonreí de lado.

-Papá, ¿puedes decirla que sólo me voy a la universidad y no a la guerra?, ¿Puedes recordarla que estamos a tres horas en coche de distancia y que no nos separa un desierto lleno de bombas? - mi padre sonrió con los ojos llorosos y tiró de mi madre hasta el coche.

-Disfruta este año mi vida- me volví a poner colorada y agaché la cabeza mientras él extendía los brazos - Te queremos y nos veremos pronto - agregó con un abrazo y asentí en su cuello.

-Sí, buscaré empleo y enviaré dinero a casa.

-No hace falta, ya has hecho demasiado en el verano- cogí aire.

- Adiós Daphne - me agaché y golpeé su nariz con el dedo índice.

-¿Volverás?- coloqué el pequeño vestido de mi hermana.

-Claro que lo haré.

-Te echaré de menos- abrazó mi cuello y acaricié su espalda.

-Cuando me eches de menos, recuerda que siempre estaré aquí - toqué su frente - Y que nunca te sacaré de aquí - llevé la mano a mi corazón y ella sonrió despacio - Adiós peque- volví a abrazarla y eché una bolsa de viaje sobre mi hombro.

-Las demás cosas llegarán dentro de un par de horas - me recordó mi padre y asentí.

- Sí, papá, tranquilo, sé cuidárme sola.

-Estudia.

- Si me dejáis entrar podré hacerlo- sonreí con tristeza y mi madre se volvió a bajar para abrazarme y casi tirarme al suelo de la calle - Mamá- la cogí de la cara para que me prestase atención - Nos veremos pronto- apretó su pañuelo e hizo algún que otro puchero.

-Es sólo que lo has pasado tan mal este verano- sollozó.

-Mamá...- rechisté - Está bien... él irá a cualquier otra universidad más cara que esta, no le veré ni sabré nunca más nada de él - después de que mi madre me acribillase a preguntas durante el verano le di una mínima información de lo que me ocurría con Zack.

-Hija mía, yo te creo, ahora la que debes creerte eres tú, llevas todo el verano y todo el viaje en coche leyéndo sus cartas - acarició mi mentón comprensiva y yo cogí aire, llevaba razón.

Lloriqueó un poco más -Di a tu hermano que te lleve al hospital cada vez que lo necesites - asentí, ya habíamos hablado de esto.

Me dejó ir subiendo al coche y me despedí de mi hermana que decía adiós con su pequeña mano desde la ventanilla.

Llevé mi dedo hasta mi frente y luego mi mano hasta mi pecho golpeándo un par de veces, ella se acordaría.

Me giré y miré la puerta.

Universidad.

A ver qué me deparas.