7. Puente sobre el río y animales de tiro

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cocina, y ningún sitio pareció más favorable para el establecimiento del susodicho


corral que las orillas del lago, que confinaba con el antiguo conducto de desagüe. Las


aves acuáticas se habituarían lo mismo que las demás, y la pareja de tinamúes, cazada


en la última excursión, serviría para un primer ensayo de domesticación.


Al día siguiente, 3 de noviembre, comenzaron las obras para la construcción del


puente, en cuya importante tarea se emplearon todos los brazos. Los colonos,


transformados en carpinteros y llevando sobre los hombros sierras, hachas, escoplos y


martillos, bajaron a la playa.


Pencroff hizo una reflexión:


-¿Y si durante nuestra ausencia le vinieran ganas a maese Jup de retirar esa escalera


que con tanta cortesía nos envió ayer?


-Sujetémosla por su extremo inferior -contestó Ciro Smith.
Hicieron esto por medio de dos pilotes derechos sólidamente hundidos en la arena, y


después los colonos subieron por la orilla izquierda del Merced y llegaron al recodo


formado por el río. Se detuvieron para examinar el sitio donde debía echarse el puente,


y convinieron que allí era el mejor.


En efecto, desde aquel punto al puerto del Globo, descubierto el día antes en la costa


meridional, no había más que unas tres millas y media, y sería fácil abrir entre uno y


otro punto un camino por donde pudieran pasar carros, que harían las comunicaciones


más fáciles entre el Palacio de granito y el sur de la isla.


Ciro Smith comunicó a sus compañeros el proyecto que meditaba hacía algún tiempo


y que era muy ventajoso y fácil de ejecutar. Se trataba de aislar completamente la


meseta de la Gran Vista, para ponerla al abrigo de todo ataque de cuadrumanos o de


cuadrúpedos. De esta manera el Palacio de granito, las Chimeneas, el corral y toda la


parte superior de la meseta, destinada a la siembra de grano, quedarían protegidos


contra las depredaciones de los animales.


Nada era más fácil de ejecutar que este proyecto, y he aquí cómo pensaba el ingeniero


llevarlo a cabo.


La meseta estaba defendida en sus tres lados por tres corrientes de agua, artificiales o


naturales: Al noroeste, por la orilla del lago Grant, desde el ángulo del conducto antiguo


de desagüe hasta el corte hecho en la orilla este del lago, para dejar salir las aguas. Al


norte, desde esta sangría hasta el mar, por la nueva corriente de agua que se había


abierto en el lecho, en la meseta y en la playa, en la pared anterior y en la posterior de la


cascada; bastaba ahondar este lecho de la corriente para hacer el paso impracticable a


los animales. En la parte este, por el mar mismo, desde la desembocadura de dicho

La isla misteriosa-Julio VerneWhere stories live. Discover now