47. Cuando la dejas marchar.

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(7833 palabras, gózenlo)

Días después, finalmente me puse el birrete de graduación.

Se suponía que debería estar feliz y aliviada de haber logrado esto, porque ahora iría a una universidad y planearía un futuro brillante pero realmente no lo estaba. Esa era la razón por la cual lloré, de nuevo, de camino al instituto,

Con mi cabello poco arreglado y mis ánimos por el piso, solo podía darle vueltas a todo lo que había pasado estos últimos meses junto con lo que me había llevado aquí y ahora. Ese día en seguida llevamos la pista a la policía que quedaba después de aquella a ver si decidían investigar de nuevo el caso del asesinato de Dallas Fox ahora con lo que Matt, Sally y yo teníamos que aportar relacionado a los tres asesinos y lo del escape de los dos sospechosos (acá Masky y Hoodie) pero no lo logramos mostrar. La comisaría estaba llena de otros policías de otros estados, que querían llegar al fondo de lo que había sucedido ahí. Entre tanto ajetreo no pudimos presentarla, pero la secretaria nos dijo que las presentáramos mañana en la mañana.

Al menos sabía que mi tiempo con la policía podía pausarse, pero con mis amigos no.

Sofía y Josh querían que confesara mañana y de seguro los otros también, pero yo estaba enteramente asustada de lo que harían los chicos al enterarse de que los delaté y lo que haría la policía al enterarse que yo estaba relacionada con ellos. Eso era el triple de peor que ser acusada de asesinato y de formar parte de un culto que hacía daño a personas y animales.

Y eso me recordaba irremediablemente a ese mensaje tallado en el cadáver.

"Él viene". Aún lo recordaba y Sally lo entendía en cierta manera. ¿Pero qué significaba? Se negó a explicarme mientras tenía esa cara de perturbación, como oponiéndose a lo que estaba pensando y que no quería decirme, huyendo de mi casa rápidamente y dándome a entender que algo muy malo estaba sucediendo aquí.

"Él viene". ¿Quién venía? ¿Se refería al demonio que les hacía la vida imposible a los chicos y a Jack? ¿Se refería a él viniendo en el fatídico día que daba fecha justo a finales de mes, una semana después de mi graduación?

¿Alguien además de nosotros sabía esto?

—¡Sonríe para el vídeo, cariño!

—¡Mamá! —me quejé mientras sostenía el diploma y acomodaba el birrete—¡Sabes que odio las cámaras!

Mi mamá tenía un defecto. Era exactamente cuándo después de una pelea fuerte o de una situación espantosa en otro caso, ella actuaba como si nada hubiese pasado. No sabía si era una forma de decir un "no hablemos de eso ahora por nuestro bien". Realmente era una persona blanca, cosa que yo defino como perfección forzada, hecha solo para para satisfacer y no incomodar a los demás. Cuidaba mucho la imagen que daba a las otras personas sobre nuestra situación, buscando solo hacernos ver bien ante todo. No supe cuando se convirtió en esto, nunca tuvo la necesidad de fingir que todo estaba bien.

Tal vez esa costumbre empezó cuando comencé a decepcionarla.

—Tu padre no diría eso, ¡mira! —sonrió y señaló detrás de mí.

—¿Eh?

Detrás de mí estaba Michael Clarkson, recién llegado de otra ciudad solo para verme. Se veía más pálido de lo que recordaba, sus ojos estaban algo hundidos, algunas arrugas se juntaban en su expresión casi melancólica y sin embargo no podía dejar de sonreírme mientras sostenía un ramo de flores.

—¡Eveline!

—¡Papá! —exclamé de manera entre nerviosa y emocionada y corrí a abrazarlo. Inmediatamente su típico perfume inundó mis fosas nasales.

Daughter » Slenderman ⓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora