33. A penas pude oírlo.

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—¡¿Podrías explicarme por qué estabas colgando de la ventana de tu habitación, con el perro de la señora McCaurtney mordiéndote el pie y Zack y Liam gritando "¡Vamos, Ev!" cuando se supone que debías estar dentro de la casa?!

Abrí los ojos mirando al rubio y al pelirrojo sentados a mi lado como perros regañados. Maldita sea, incluso en este tiempo podía decir que me costaba muchísimo obedecer a mamá.

Definitivo; dependiendo de lo que respondiera, o podía estar castigada o mañana en la entrada de "sucesos" del periódico aparecería un encabezado gigante diciendo "Madre asesina a su hija a base de chanclazos".

Sonreí.

—Rompí la llave de la casa y perdí la de repuesto que me diste.

—¡Suerte que no llamé a la policía porque reconocí a la desastrosa de mi hija y a los gorilas que tiene por amigos! —exclamó frunciendo el ceño y mis amigos sonrieron con inocencia—. Me dan ganas de castigarte hasta la universidad. Todo tu esfuerzo no vale si haces cosas como estas. Quién sabe qué habrás hecho en el tiempo que estuviste aquí con tus amigos.

Valió verga.

Mamá llegó un día antes de lo que había dicho nada más para ponerme a prueba. Y algunas pruebas las logré superar, como la limpieza de la casa, las compras y todo eso pero había algunas que no.

—¡¿Y qué demonios pasó con la leche en polvo y la azúcar?!

Como esa, por ejemplo.

—¿Cómo se te ocurre pensar que yo me comí la leche con azúcar?

Mi mamá se volteó sosteniendo una taza en el lavaplatos con una cuchara.

—Yo no tengo una taza que dice "la más amargada del mundo".

Zack me miró con una sonrisa.

—¡Conservaste la taza que te regalé! —dijo con ternura. Quise matarlo. No era momento para eso.

—¡Ev, Dios santo! Vimos el video en el grupo y creímos que el perro te había comido, ¿estás bi--...? Oh —Matthew se detuvo a ver a mi mamá, a Zack, a Liam y luego a mí—. Puedo deducir que por la forma en la que sostiene el sartén en la mano y te mira ella es tu mamá.

—¿Quién es este jovencito? —preguntó mamá bajando el sartén y dejando su mirada de psicótica.

Fruncí el ceño viendo hacia Liam. El condenado pelirrojo me había grabado y lo había subido al grupo. Mi mamá abrió los ojos sorprendida.

—¡¿Eres amigo de mi hija?!

Matthew sonrió.

—Sí, señora. Y estoy sano mentalmente si eso es lo que se pregunta.

—Te admiro por hacerte amigo de mi hija en su estado de locura y pubertad, jovencito —mi mamá estrechó su mano con la de Matt y yo me dí una facepalm en tanto Liam y Zack se ofendían—. Soy Elizabeth.

—No me admire, señora Elizabeth. Su hija no está tan loca como cree —dijo Matt, sonriendo—. Además, ha hecho muchos amigos.

—¿En serio? —dijo mamá emocionada—. Quiero conocerlos.

—Están en la sala. ¿Vamos? —Matt se hizo a un lado para que mi mamá saliera de la cocina. Ella lo miró encantada antes de pasar a la sala. Zack y Liam, por el contrario, lucían una cara de desprecio hacia el chico inglés.

¿Te crees mucho, novato? —dijo Liam de forma amenazante.

Veamos si sobrevives a la época de comida picante de la patrona Elizabeth —le siguió Zack, frunciendo el ceño—. Adoraré el verte sufr--...

Daughter » Slenderman ⓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora