16.- Que esperabas... ¿una lavadora?

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BELHA POV

No era mentira si no la decías y no agregabas nada más al asunto. Sam fue el único que mintió a Dean. Me molestaba que estuviera trabajando en lo de la marca a escondidas. Debería de respetar la decisión de su hermano.

No abrir mi boca me mataba, en serio, pero era un asunto de familia en el que no podía meterme porque claramente no era familia.

Cuando llegamos a la casa ya era de noche. Thad y Terrence ya se encontraban en el bunker, al igual que Dean. Un Dean que nos miraba con cara de – sé que me esconden algo – por lo que no me despegue de Thad un buen rato.

Cuando Rowena había acabado su relato, el cual aún no entendía con perfección, Castiel había salido del lugar para investigar sobre la mentada estúpida profecía de la cual según la bruja hablaba de mí.

- ¿Así que disidiste ir por tu cuenta a buscar a una bruja?- grito Dean. estaba furioso.

- Cuando lo dices de esa manera suena mal – digo. Había mencionado que salí con Rowena para aclarar el asunto de mi madre. No implique a Sam. A Dean no le gusto del todo que fuera por respuestas –

- Porque está mal – grito de vuelta.

Thad se acercó a la zona de guerra en donde Dean atacaba y yo contra atacaba, intento calmar la cosa que había en la sala y cuando parecía que todo estaba tomando calma, apareció Castiel.

Me miraba de una manera rara. Más raro que las anteriores veces.

- ¿Pasa algo? – pregunto

- Me fue difícil pero logre que alguien me ayudara...

- ¿Ayudará a qué? – pregunto Thad.

- Alguien entro al cielo de tu madre - toma una pausa para que procese lo que dijo - se quién es tu padre Belha.

Ante esa mención me quedo estática en mi lugar. Sabría quién era mi padre... sabría de dónde vengo... Puede que después de todo no este sola como pensé...

Todos miraban a Castiel. Castiel en este momento era el centro de atención. Pero no hablaba. Me miraba. Miraba a Dean. Y luego miraba al suelo para comenzar a repetir el mismo procedimiento.

- ¿Puedes hablar de una vez? – pregunta Miles

- es algo complicado – dice al fin.

- Solo suéltalo Cas – ordeno Dean. Castiel aún tenía esa mirad de que al parecer todo se iría a la mierda cuando acabara de hablar...

- Elizabeth Davidson dijo.... – deja de hablar y se remueve un poco en su lugar – dijo que el nombre de tu padre era, Dean Winchester.

La sala se queda en silencio. La respuesta resuena en mi cabeza y tardo en darme cuenta de quién es esa persona. Mis ojos se abren de sorpresa. Algo en mi al parecer esperaba esa respuesta, pero la otra parte se reusaba a creer que fuera cierto.

- ¿Qué? – el primero en preguntar fue Sam.

Los ojos de los presentes pasan de Dean a mí. Es incómodo. Molesto. Desesperante.

- Esto... Esto es un error – dice al fin Dean. mi corazón siente un vuelco ante la respuesta. No sé por qué esperaba que me recibiera con un abrazo o algo parecido.

- Dean... – quiso hablar Castiel

- Un hijo nunca es un error – dice Miles, tratando de cooperar... pero Dean está en shock

- No. Esto...

- Bueno – hablo, pero no sé qué decir – hubieras usado protección - las cabezas de todos giran bruscamente hacia mí.

- Me refiero a que – Dean se está alterando - me refiero a que debe de ser una equivocación. De seguro mintió... de seguro.... ¡Maldición! – grita lo último – ¿cómo es que paso? – al parecer lo pregunta a su mismo...

- Estoy muy segura de que fue por una noche de pasión - el aura de alguien cambia de color, por lo que miro a Miles, quien a pesar de la situación, hace el intento de no reír

- Ya sé cómo paso... - contra ataca Dean – estoy hablando de como.... – pasas sus manos por su rostro varias veces antes volver a hablar – ¿un bebe? ¿Una hija? ¿Yo padre?

- Oh – me exaspero. Desespero. Me enfada que esté llevando la situación de esta manera. ¿Por qué estoy tan calmad? O ¿Por qué lo aparento? - tuviste sexo con mi madre. No usaste condón. ¿Qué esperabas? ¿Una lavadora?

- Belha – Thad me llama, pero para este momento solo necesito salir corriendo de este sitio

- No Thad. Lamento que ahora sepamos que tenemos algo más en común que solo una estúpida marca de nacimiento que desde un momento ni pedí. Siento llegar a su vida de esta manera, sumarles un problemas más, y que luego aparezca esto. Pero creo que ya llegue a mi límite....

Dejo de gritar. Doy media vuelta para salir del bunker. Soy consciente de que Miles grita mi nombre y de que de igual manera sube las escaleras. Intenta detenerme al salir.

Su mano sujeta mi brazo con fuerza cuando estamos afuera. Las estrellas brillan más de lo que una vez las he visto brillar. Me giro hacia miles y exijo que me suelte, pero este solo menea su cabeza para decir que no.

La marca comienza a picar. Me molesta que esté pasando ahora. Me molesta que Miles no me suelte. Todo me está molestando ahora.

- Dije que me soltaras – le grito a Miles. Con mi mano libre sujeto su mano, la que me sostiene el brazo. Un pequeño brillo aparece en la marca de Caín, la luminosidad sobrepasa las capas de tela que cubren mi brazo. Miles me suelta.

Cuando el chico intenta acercarse de nuevo a mí, levanto mi mano derecha para decirle que pare, y lo hace, pero tal y como apareció con Caín, una fuerza invisible avienta a Miles lejos de mí.

Mis manos llegan a mi boca por la impresión, mientras veo como miles está a solo unos centímetros de la puerta de entrada del bunker, intentando levantarse.

Me asusto.

No sé por qué logre hacer eso. O porque lo hice. Pero tengo miedo de hacerle daño a alguien más, por lo que sin comprobar a Miles doy media vuelta para irme. Cierro mis ojos cuando comienzo a caminar con pasos rápidos. Una corriente de aire pasa por mi rostro y arrastra algunos mechones de mi cabello a la cara.

Cuando mi rostro está despejado, vuelvo a abrir mis ojos, pero para mi sorpresa no estoy en el camino del bunker. Hay neblina a mí alrededor, pero puedo distinguir el lugar donde me encuentro...

Estoy en el mismo sitio a donde me trajo Caín la primera vez que nos vimos


2º Libro: La Marca de CaínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora