Ya No Soy Tu Niña (Harry Styles)

Epílogo

Los suaves dedos de Harry acarician el abultado vientre de la joven Mackenzie.

Ella finge que duerme mientras él la tararea una canción.

Sus dedos son calidos y amorosos contra la piel de ella.

Él estaba impaciente por conocer a su hija.
Pronto nacería, pero él ya no podía esperar más.

Mackenzie por su parte, esperaba a la pequeña Darcy con tranquilidad y paciencia.

Se decía una y otra vez que ella iba a ser igual que su padre.
Morena, con pelo rizado, ojos verdes, y sonrisa perfecta.

Harry insistía en que dejará de repetir esa locura.
Él deseaba que Darcy se pareciera a su hermosa mujer.

Aquella mujer que se negaba a casarse con él.
Aquella mujer que repetía hasta la saciedad que ella no necesitaba un papel ni un anillo para ser suya por completo.
Aquella mujer a la que amaba con toda su alma.

Ella solo quería amarlo.
No quería lucir vestido blanco ni llevar un ramo.
Ella solo quería quererlo.

Él por su parte, hacia todo lo que ella deseaba.
No le negaba ningún capricho, ni le decía no.
Él seguía intentando reparar el daño que le hizo un día.

Ella le repetía que no habia daño ninguno, y que se sentía muy orgulla de su historia. Capítulo por capítulo.
Principio a fin.

Él la miraba con cara de idiota enamorado, y le decía que sí.
Él siempre le decía sí.

La pequeña Darcy dio un patada.
Harry sonrió al sentirla.

-Ella va a ser futbolista. -dijo con una sonrisa.

Mackenzie sonrió con los ojos cerrados.

-O bailarina.

Él río contra el cuello de ella.

-Tendra los ojos verdes. -dijo ella.

Él gruño.

-Los tendra grises.

-No, no, no. -dijo ella divertida.

-Tendrá el pelo liso. -dijo él.

-De eso nada. Tendrá rizos.

-Le gustará leer.

-Y jugar al Sccrabel. -dijo ella riendo.

-Y cocinará genial.

-Y sera desordenada como nadie.

-Y mandona

Mackenzie rompió a reir.

-Ella sera fantástica.

-Sera la niña mas amada del mundo.

-Del universo.

-Y tendrá la madre mas lista. Y al padre mas guapo. -dijo él riendo.

-Tendra un padre algo... guapillo. -se burló ella.

Él la miro fingiendo estar molesto.

-¿Guapillo? -dijo cerca de su boca. -Si te tengo loca, muñeca.

Movio sus caderas contra ella con aire posesivo.

Ella gimio bajito.

-Solo me gustas un poco. Ya estas mayor.

Él la beso el cuello.

-Te encanto. -susurro con voz ronca en su oido.

La piel se ella se puso de gallina.

-Eres un abuelito. -le provocó.

-Solo tengo treinta y tres. No flipes. -dijo sonriendo.

Él la beso la mandibula.

-Sigues siendo mayor que yo.

-Y te encanta. -él río.

Ella se mordió la boca para no reír con él.

-Me encanta. -confiesa. -Me encantas tú.

Él le doy un pellizco en la culo.

-Lo sé, niña.

Y la besó.