Ya No Soy Tu Niña (Harry Styles)

Capítulo 18

"Si vas a irte, llevatelo todo. No te dejes nada."

Narra Harry:

Estoy en un bar. En la barra de un bar, para ser mas exactos.
Y sí, estoy hincando el codo pero bien.
Hacia mucho que no bebia asi.

Estoy mareado. Ya casi no logro enfocar la vista. Camino en eses.

-¡Oh, Mackenzie, donde estas, mi vida! -le grito al viento. -¡Fui un idiota, lo sé, pero te quiero!

Todo esta borroso.

Solo percibo bultos y luces.
Intento bajarme del taburete, pero no sé ni por donde voy y al final me la pego contra el suelo.

-¡Uf, que pedo llevo! -exclamo.

El bar esta hasta los topes de rubias pechugonas y de borrachos.

Intento levantarme, pero solo logro marearme mas.

Todo está lleno de piernas y de muslos y no veo nada.

-Yo solo te quiero besar... Solo te quiero besar hasta que me muera...

-Tranquilo, chico, la podrás besar todo lo que quieras. Pero primero levanta del suelo. -la voz es de mujer, aunque es algo grave. Y familiar.

-¿Mackenzie? -pregunto al bulto marron que tengo delante.

-No soy Mackenzie. Soy Adela.

¡Claro, ya sé!
Es la dueña del bar.
Es una conocida de la familia. De Rob, mas bien.

-Levanta, chaval. Voy a llamar a Rob para que venga a buscarte.

* * *

-Harry, por Dios, ¡¿cómo se te ocurre?!

Rob me esta gritando desde que llego.
Hace como media hora que deje de prestarle atención.

-El alcohol no es la solución, ¿entiendes?

-Pero duele demasiado, Rob. -digo arrastrando las palabras.

-Sé lo que puede doler, muchacho. También me han roto el corazón un par de veces. Pero vamos hombre, hay otras soluciones.

-¿Cuales, eh? -digo con amargura. -Ella me odia.

-Ella no te odia, chico. Ni se acerca.

-¿Como lo sabes, eh? ¿Lees mentes?

-No, pero no me hace falta. -suspira. -Mira, Harry, he visto como esa niña te miraba desde hace años; como si fueras la cosa mas maravillosa del universo. Como si no hubiera nada después de ti... Y también he visto como empezaste a mirarla tú. Exactamente de la misma forma. O con mas adoracion incluso. También vi como la miraste cuando ella se puso el vestido largo en la boda de Cam. ¡La miraste con miedo! ¡No querías mirarla porque no querías ver en la mujer en la que se había convertido, la temias! Temias amar a aquella niña que te miraba bonito. Pero Harry, no tiene nada de malo que después de amar a esa niña de esa forma tan grandiosa, ahora ames a la mujer. No tienes que ocultarlo, ni callarlo. Dilo a los cuatro vientos, y ella también lo hará.