Ya No Soy Tu Niña (Harry Styles)

Capítulo 17

"Y cada vez peor.
Y cada vez mas rotos.
Cada vez mas tú.
Cada vez mas yo.
Sin rastro de nosotros."

Narra Harry:

Se supone que el día tiene veinticuatro horas.
La semana siete días.
El mes treinta.

... Entonces que alguien me explique por favor, ¿porque los dias parecen años?

Hoy cumplen nueve dias sin ver a Mackenzie.

Nunca he estado tanto tiempo sin ella.

Incluso en vacaciones me escapaba del campamento para verla.
No podía estar sin verla.

Hoy va a ser un día de mierda.
Una gran mierda.

Mi madre, tia Ella y Gemma vuelven de las islas Griegas.
El puñetero crucero les a llevado dos meses.
¡Dos jodidos meses!

En ese tiempo todo se a desmoronado de forma impresionante.

Mirenme.

Con cara de no haber dormido en una semana, con tres kilos menos, fumando de nuevo.

Seguro las tres se iban a poner a hacer es pavimentos nada mas verme. "¡Que delgado estas! ¡¿Y esas ojeras?! ¿Eso que huelo es tabaco?"

Menuda mierda.

Yo solo quería que el mundo me tragase de una vez.

¿Por que coño seguía alli, vivito y coleando?

Le dio golpecitos en el volante para aliviar la tensión.

Hoy la veré de nuevo.
Hoy tendre que fingir que ella no es mía.
Tendre que fingir que seguimos viendo películas en el sofá. Y que no me la folle allí. Varias veces.
Fingir que no la amo. Al menos de esa forma.

Dejo caer mi cabeza en el volante.

¿Cuanto tardarán en llegar estas mujeres?
Se supone que ya están en tierra.

Han venido en avión desde Londres.

Por Dios. ¿Es que no entienden que muero por verla?

Todo esta tranquilo en la puerta de la terminal, hasta que ellas aparecen.

Muy nerviosas, cargadas de maletas hasta los dientes, peleándose unas con otras, tirando todo.

Una sonrisa se abre paso en mi cara.
Las extrañaba. Realmente lo hacía.

Bajo del coche y me las quedo mirando con una sonrisa aún en mi cara.

-Sois el desastre mas grande de todo el aeropuerto. -dije haciéndolas saltar del susto.

-¡Harry! -grito Gemma volteandose con la cara colorada del esfuerzo.

Niego con la cabeza divertido y abro los brazos para ella.

Suelta todo al suelo sin miramientos, y corre hacia mí.
Ni siquiera mira por donde anda y acaba tirando a un niño al suelo. Ni siquiera le dio una segunda mirada.