Simplemente Tu

Capitulo 3

Ya han pasado algunos días, mi hermana Jess ahora está trabajando en una heladería y Aaron está trabajando con mi padre sobre el boxeo. Yo todavía me siento un poco extraña estando ellos en la casa, aunque sé que pasamos un tiempo en la casa de Aaron ahora es diferente, también con nosotros vive la hermana de Aaron la pequeña Susy, la familia ha crecido me siento bien por eso, pero igual me siento un poco extraña.

Tome mi bolso y me fui a clases hoy tenía que practicar el canto, entre a la sala y todavía no llegaban nadie, pero no pasaron ni cinco minutos cuando llega el profesor.

-señorita Harrison, tan temprano el día de hoy. -yo lo mire y acepte con la cabeza.

No me gusta hablar tanto menos con los maestros, siento que hay que tener distancia en algunas cosas y esta es la ocasión.

-si no me quiere hablar está bien. -yo solo sonreí un poco. -no me diga que acabo de ver una sonrisa suya.

Cuando iba a decirle algo, uno de mis compañeros entro a la sala y me quede callada, necesitaba concentrarme y aprenderme la canción que estábamos ensayando. Habíamos terminado en ensayo de hoy, mi amiga Abby no fue al ensayo y no tengo idea de porque no fue, tome mi teléfono para llamarla, pero el maestro me llamo y deje en teléfono en la mesa.

-Señorita Harrison, necesito que practiques más sus partes de canto, su maestra me conto que usted canta muy bien, pero no estoy escuchando nada suyo. -yo acepte con la cabeza y tome mi bolso. -que es lo que le pasa señorita. -me quede quieta por un momento.

No le iba a decir a un maestro lo que me estaba pasando en este momento, pero no tenia en quien confiar, aunque no lo conozca, sé que puedo confiar en el bueno ese siente mi corazón.

-usted se ha enamorado una vez. -él me iba a contestar, pero yo seguí hablando. -pero siente que lo que está siendo no tiene que pasar, ambos son de mundos distintos, pero a la vez son del mismo mundo. -yo me di vuelta y quede mirando al maestro.

-bueno no, nunca me ha pasado lo que me está contando en este momento señorita. -yo me senté en la silla que estaba cerca mío.

-fui a buscar a mi hermana, solo fui a eso a ese pueblo, la encontré pero también encontré a alguien en mi camino, ambos somos del mismo mundo, pero yo no quiero eso para mí. -puse mis manos en mis mejilla y mire a mi maestro. -usted sabe quién es mi papá. -el negó con la cabeza.-mi padre es el Diablo Loco, el mejor Boxeador en los tiempos, yo he vivo con esto desde que nací, pero no me gusta, de un principio cuando era niña no lo entendía, pero cuando iba pasando el tiempo lo entendí, y veía como mi padre llegaba todo moreteado y con sangre en su cuerpo, yo lloraba cuando lo veía así, pero nunca le dije lo que sentía, era una niña muy pequeña, pero a la vez tenia fuerza para que él no me viera así, muchas veces tuve que acompañarlo a las peleas pero yo me escondía para no verlo. -me quede callada un momento y empezaron a caerme las lágrimas. -usted no sabe lo que tuve que pasar, cuando encuentro a mi hermana, me doy cuenta que ella sale con un chico que también practica boxeo, todo iba bien cuando...... -no alcance a decir nada mas ya que estaba llorando como una niña pequeña, estuve aguantando demasiado que ya no aguante más y vote todo lo que tenía en mi cabeza.

Siento después de un rato que alguien se sienta a mi lado y me abraza, no dije nada y yo igual hice lo mismo, necesitaba un abrazo de alguien y este abrazo lo sentí muy bien y me sentí también bien. Deje de llorar y me limpie las lágrimas que tenía en la mejillas, mire a mi maestro y él también estaba haciendo lo mismo.

-lo siento. -me pare rápidamente y tome mi bolso. Salí de la sala y tome el aire, el viento chocaba con mi cara y eso me relajaba, fui al baño a mojarme la cara y tomar un poco de agua, sabía que después me iba a doler la cabeza por haber llorado. Estaba en el estacionamiento enfrente de mi auto pero no podía entrar en él, no sabía que me estaba pasando. Me puse de espalda en la puerta del auto y puse mi cabeza en el aire, necesitaba un poco más de tiempo para poder entrar, cuando ya estaba lista, abrí mis ojos y veo que estaba mi maestro mirándome.