第25章

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no quiso ver la realidad. permaneció ahí de rodillas, reluctante a aceptar lo que había sucedido. la información no terminaba ni mucho menos comenzaba a procesarse dentro de su cerebro. era como si los recuerdos de su mente se hubieran borrado, todos; excepto los que había creado con él. el filme imaginario se proyectó en su cabeza como una neblina que pasaba a gran velocidad.

"luke." reconoció la voz de la pelirroja a sus espaldas. sintió su mano en su hombro, haciendo presión, tal vez tratando de otorgarle un poco de fuerza. pero en esos momentos nada lo haría. "él, él dejó esto para ti." susurró situando aquel cuaderno en su regazo, el cual michael siempre llevaba consigo.

suspiró desalentado al tocarlo con sus manos, su mirada solamente enfocada en él sin percibir que nuevamente estaba solo en la recámara. la pelirroja había partido de ahí deduciendo que era lo mejor, cerró la puerta en silencio mientras la condolencia se hacía notar en su rostro.

el rubio juntó sus labios y abrió lentamente el desgastado cuaderno. pasó hoja tras hoja, dibujo tras dibujo. cada uno clavándole un dardo, apuñalando sin piedad su afligido corazón.

todos eran tan hermosos como él lo recordaba. los diferentes pulsos con los que empleaba cada sombra asemejándose al gris aún le parecía fascinante. todo acerca de él le parecía fascinante. la forma en la que calladamente se adentraba en el mundo del arte con el fin de encontrar un escape, un lugar en donde él sentía que podía pertenecer. habitaba en un galaxia imaginaria que se expandía cada vez más y más cuando entre sus manos tenía un carboncillo, olvidándose de la tierra, creando el suyo propio.

en cuanto terminó de pasar cada hoja llegando a la última página, tomó una bocanada de aire al segundo cuando vio lo que se encontraba dentro de su campo visual. sus largos dedos tiritaban mientras que en su garganta se posaba un nudo y sus retinas comenzaban a cubrirse de agua. tocó suavemente con sus yemas el dibujo como si tuviera el temor que éste llegara a esfumarse.

las líneas de colores azuladas y grises que variaban por las luces y el clima estaban ilustradas ahí. aquella pequeña mancha verdosa en su iris derecho también. cada mínimo detalle, cada rasgo de piel. las ojeras que a veces llevaba debido a la falta de descanso también. ahí, absolutamente todo, como si lo que tuviera enfrente suyo se tratara de un espejo y no de un simple boceto.

entre sus manos estrujo con fuerza el margen del papel, viendo lo último que había dibujado el teñido. él sabía muy bien que nunca usaba colores pero en éste los veía. pues para michael él fue el arcoiris que había invadido su mundo decolorado, siempre inundado del negro y blanco.

michael había gastado el poco tiempo que tenía para estampar lo que a él le gustaba. no hubo necesidad alguna de tenerlo enfrente inmóvil, pues la imagen la llevaba siempre grababa intacta en su mente.

pocas horas antes de dar finalmente el último suspiro, había dibujado esa mirada que todos los días lo veían como si él fuera alguien. como si tuviera algún valor alguno e importancia en su vida.

michael amaba los ojos de luke, y no dudó ni un segundo en elegirlos como último recuerdo.

el rubio entonces quiso con desespero conseguir una máquina del tiempo y revertir los meses por completo. si estuviera dentro de su alcance lo haría un millón de veces, para poder así conocerlo una y otra vez. saborearía cada momento que ahora estaba perdido y no podía volver a disfrutar. mostraría las sonrisas que escondió por vergüenza o inventaría más chistes malos para hacerlo reír. lo miraría directo a los ojos, porque por más que estos reflejaran tristeza y dolor, él pensaba que los suyos también eran hermosos. no se abstendría de hacer cualquier cosa, pues ahora estaba más que consciente que el tiempo entre ellos había sido limitado.

había sido un estúpido viviendo en su propia burbuja sin temerle al futuro, y ahora no tenía más opción que vivir una vida sin él.

cerró el cuaderno aún tembloroso, y lo apretó fuertemente en contra de su pecho. sus ojos empezaron a picar mientras que en su garganta reprimía los llantos que amenazaban ser liberados. pestañeó hacia el piso cuando reconoció un trozo de papel, aquél que múltiples veces había visto y tenido el gran afán de completar.

tomó la lista de michael, extendida con rastros de arrugas en el área. pudo contemplar la letra del teñido apenas entendible y sonrió, sus ojos viajando por cada oración tachadas en el medio.

la amistad, el viaje por el mundo, el libro, el tatuaje, la luna, el robo, la fiesta, el alcohol, y por último el beso.

sin embargo, al terminar de leer la novena oración listada se cubrió la boca mirando la décima.

'encontrar a alguien que me quiera'

y finalmente, ya era demasiado. la colisión del desespero, frustración, arrepentimiento, impotencia y odio a sí mismo aparecieron en forma de lágrimas brotando de sus ojos. no recordaba cuándo había sido la última vez que había llorado por algo o alguien. sus callados sollozos se tornaron en los gritos que había estado almacenando en el fondo de su garganta, de ese tipo en los que careces de aire y tiemblas y tan sólo tienes ganas de gritar.

empapando con sus lágrimas la hoja en su regazo mientras la tinta se corría, luke escondió su rostro dentro de las palmas de sus manos sin poder evitar que la culpa lo rigiera. el remordimiento y la consciencia lo recriminaban de lo estúpido que había sido. las voces y susurros internas lo inculpaban también causando una tormenta en su cabeza.

después de todo no había sido capaz de despedirse. no pudo hacerle saber lo que ahora sentía.

no pudo decirle a su amigo un último adiós.

alone ☪ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora