Beautiful | Biancaio | Nachoela. | TERMINADA.

26. "El pasado de Nacho, un Pablo romántico."

— ¿Vendrás a casa o no? —Preguntó Nacho por última vez para así llamar la atención de la rubia quien estaba viendo que color de pinta labios se pondría.

— Claro que iré.

— Entonces apúrate que ya están por venirnos a buscar. —Dijo Nacho ya desesperado saliendo de la habitación, entró hacía la de su hermano y como ya era costumbre este ni siquiera le dirigió la mirada.

Nuevamente estaba escribiendo en aquel cuaderno y el no era de escribir, Ramiro andaba muy alejado de las personas se podría decir que era un Pablo del pasado.

Nacho agarró su mochila y salió de allí enojado, Ramiro no tenía derecho a enojarse con él cuando no ha hecho nada.

Micaela salió de la habitación y ambos salieron afuera en donde los estaban esperando el chófer y dentro los padres de los mellizos, se subieron a la limusina y el camino fue de lo más callado.

Cuando llegaron Nacho dejo a Micaela en la habitación de Ramiro mientras este se iba a hablar con sus padres, la rubia seguía sin entender porque razón Nacho no quería que entrara a su habitación, llevaban meses de novios y Micaela seguía sin entender porque Nacho en ningún momento la dejo pasar a su habitación así que un poco dudosa salió de la habitación y lentamente se fue hacía la de Nacho que quedaba al lado de la de Rama.

Al entrar no entendió absolutamente nada ya que la habitación de Nacho era una normal, las paredes estaban pintadas de azul y la cama era un poco grande así que sin dudarlo más la rubia empezó a observar todo.

Vio el armario del mellizo y abrió de este al abrirlo se encontró con varias fotos de Flor y el pegadas en la puerta del armario y aquello fue lo que no entendió.

Nacho subió las escaleras y fue por Micaela hacía la habitación de su hermano pero no la encontró allí así que como supuso donde estaba fue hacía la suya para ver a su novia con la mirada puesta en las puertas del armario.

— Te dije que no entrarás, somos novios pero tendrías que respetar un poco mi privacidad. —Dijo Nacho acercándose a ella para así cerrar el armario.

— ¿Por qué tienes fotos con ella?

— Ven aquí. —Dijo Nacho sentándose en la cama y dio algunas palmaditas a su lado para que así la rubia se sentará cosa que hizo.

— Yo y ella eramos novios, duramos unos 3 años juntos teníamos la mejor relación por así decirlo, un día la invite a casa y conoció a mis padres cosa que ellos se llevaron muy bien con ella pero un día tuve que salir con mis padres por unos temas personales y cuando volvimos no la encontré en mi habitación, la busqué por toda la casa y al no encontrarla supuse que se había ido así que fui a la habitación de Ramiro y ellos dos estaban juntos, desnudos en la cama. No hice escena de celos ni nada por el estilo porque sabía que si lo hacía lo único que lograría era que mi padre se enojará conmigo por ser tan descuidado con las chicas para el tengo que ser un campeón que las tiene a todas a sus pies. Terminé perdonando a Rama pero con Flor las cosas no volvieron a ser iguales, la empece a tratar mal y esas cosas.

— Luego de lo que te hizo. ¿Aún guardas sus fotos?

— Aunque no lo creas me hace bien entrar a mi habitación y ver todas esas fotos pegadas en el armario porque eso me recuerda a que no tengo que bajar los brazos pase lo que pase, que tengo que ser fuerte hagan lo que me hagan, que yo nací para ser el orgullo de mi padre. —Nacho se encogió de hombros y aunque Micaela le quería decir que aquello era estúpido no se lo diría porque ella también quería que su madre se sintiera orgullosa de ella así que simplemente lo abrazo.

Estuvieron así por algunos minutos y luego Nacho se acostó en la cama y Micaela se acostó encima de él, se estuvieron mimando por varios minutos hasta que finalmente se quedaron dormidos.

-.....-

— ¿Qué se supone que tengo que hacer con esto? —Preguntó nuevamente Bianca bastante confundida.

— Bebé no seas tonta, agárralo. —Dijo Pablo y Bianca agarró el objeto.

Pablo nuevamente le tomo una fotografía con aquello y luego se tiro en la cama a su lado.

— ¿Qué harás con eso? 

— No preguntes.

— Estás muy raro.

— Estás conociéndome realmente, soy un chico que le toma fotografías a sus victimas para luego usarlas en la noche para dormirse caliente. 

— Idiota. —Río Bianca pegandole suavemente en el hombro a Pablo.

— Mira lo que hago con estás fotos es simplemente guardarlas, me gusta guardar cosas. —Se encogió de hombros restandole importancia al asunto y ambos se levantaron de la cama.

— Por lo que veo ya no me vienen a recoger, muero de hambre vayamos al comedor a comer algo. —Dijo Pablo agarrando la mano de Bianca.

Ambos salieron y fueron al comedor, pidieron una pizza junto a una malteada de chocolate.

— Compartimos gustos de comida. —Pablo arqueó ambas cejas guiñándole el ojo a Bianca.

Apareció Paula quien se sentó al lado de Bianca.

— ¿En serio van a comer pizza? —Preguntó al ver la pizza colocada en la mesa, Bianca se cambió de asiento y se fue a sentar al lado de su pareja.

— No es como si estuviéramos a dieta. —Ambos se encogieron de hombros y agarraron un trozo de pizza.

Cuando terminaron de comer salieron de allí y fueron directamente hacía la piscina con Paula detrás quien no quería dejarlos solos.

Estaban con el uniforme pero aquello no importaba, luego lo llevarían a lavar.

— Me meteré. —Dijo Bianca refiriéndose a la piscina.

— Pero si no sabes nadar, tonta. —Pablo se acercó y coloco un dedo en el agua.

— Aparte está helada.

— ¿Y quien dijo que me metería sola?

— ¿Ah? —Pablo sin entender arqueó ambas cejas y Bianca lo agarró de la mano para así tirarse al agua pero arrastrar a Pablo con ella.

— ¡El uniforme bestia! 

— Ni que te importara el uniforme. —Respondió Bianca y rieron como Bianca no quería estar tan en lo profundo hundió a Pablo para así sentarse encima de sus hombros.

Pablo empezó a caminar hasta el borde de la piscina y apoyo su cabeza allí para así descansar.

— Pesas mucho.

— No peso nada. —Hizo un puchero Bianca y Pablo miró hacía arriba para así jalar a Bianca por el cuello uniendo sus labios a los de ella.

Paula miraba aquella escena con la cara roja, no le gustaba aquello para nada pero estaba segura que no durarían mucho, eran dos polos completamente opuestos.