Capítulo 46. | "Mr. Jones."

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- Oh bueno, hemos llegado-me volteé a ver mi casa. Hace dos años que no vengo aquí. Mi casa consistía de dos colores: blanco y negro. Tanto como afuera, como adentro, como los muebles.

Nathan paró el auto y bajo la ventanilla para poder hablar con el sujeto que abría la reja de entrada.

-¿Qué desea?

-Hola Joe, vengo a ver a mi padre. ¿Podrías abrirnos?-dije y sonreí. Él sonrió y abrió la reja. Avanzamos en el camino de piedras que en el centro se dividía en dos y luego se unía porque en el centro tenía una fuente. Nathan aparcó el auto enfrente de la puerta y nos bajamos.

Camine hacía la puerta y toqué dos veces la gran puerta de madera, pintada de color negro.

La puerta se abrió dejando ver a una ama de llaves, era nueva porque no la reconocía.

-Hum, hola. Soy ______ y vengo a ver al Señor Jones-le sonreí. La señora nos dejo pasar y se fue, supongo que en busca de mi padre. Nathan y yo nos sentamos en el sofá de cuero negro a esperar a que llegara.

- El señor Jones llegara en 30 minutos-me dijo la misma señora que nos abrió. ¡¿En 30 minutos?!

Revise la hora en mi reloj: 8:00. Esperemos que llegue puntual.

El tiempo pasaba como caracol, pasaba demasiado lento.

-________- escuché que me llamaban y me movieron. Abrí mis ojos ¿en qué momento me quede dormida? Ahí estaba mi papá. Me levante del sofá y lo abracé.

Sí, aunque no lo crean con mi padre si me llevaba bien. El motivo por el cual no quería vivir ahí era porque no me agradaba la idea de ver todos los días como mi padre se besaba con otra persona que no fuera mi verdadera madre.

- ¿Qué es lo qué querías hablar conmigo?-me preguntó. Nathan estaba ahí así que no podría decírselo así nada más.

- ¿Podemos pasar a tu despacho?- le pregunté. Él asintió y caminamos hacía ahí. Entramos y me senté en la silla que estaba enfrente de su escritorio-. Bien, se que esto no me va a hacer quedar como la mejor hija de la historia por el motivo que vine aquí, pero de verdad necesito tu ayuda.

- ¿Qué paso?

- Necesito que me prestes $350- sonreí avergonzada.

-Para eso tienes tu tarjeta de crédito-dijo mi padre sin demostrar enfado alguno. Pero lo conocía, sí lo estaba. Ningún padre le gustaría que después de dos largos años su hija se presente sólo para pedir dinero.

-Lo sé, pero es necesario que sea en efectivo-le sonreí y le mostré una cara de ternura para que me dijera que sí. Al ver que no decía nada y lo pensaba mucho, agregué:- Te lo pagaré, te lo aseguro.

-No es eso lo que estoy pensando-rió-. Lo que estoy meditando tanto es ¿para que necesitas tantos dolares?

-Es para un regalo de cumpleaños-sonreí.

-Debe de ser para alguien muy especial -dijo picarón.

-Tranquilo papá, si es para alguien especial, pero no para nadie que tu crees-rodé mis ojos divertida.

Después de evadir contestarle para quien era el regalo, me entrego el dinero. Me hizo prometerle que iría a cenar para navidad, y como decirle que no si me acaba de salvar.

Así que supongo que el 24 cenaré con la linda familia de mi padre. Espero que hayan captado el sarcasmo.

Estábamos yendo a toda prisa en la autopista por llegar hacia Música Fest. Faltaba poco para que diera las 9:30.

Carlos cerraría la tienda y no querría vendermelo por nada del mundo, luego.

-Esto tiene que ser una jodida broma-exclamé. Había un puto accidente que impedía pasar a buscar a Mike.

"Lo siento Mike, no podré pasar a buscarte. Hay un accidente en tu calle. Gracias por la ayuda, xx."

-Olvidalo Nathan, directo a Música Fest-chequé la hora: 9:20-. ¡AHORA!

Nathan esquivo los coches y salió del atascamiento de autos, aceleró.

Pasaron los segundos y yo no dejaba de mirar el reloj.

Paró el auto justo antes de llegar a la tienda de música, había una nueva construcción de la calle.

¿Enserio universo, tanto me odias?

Me baje del auto sin decirle nada a Nathan. Corrí hasta la tienda y un minuto antes de que dieran las 9:30, crucé la puerta de entrada de la tienda.

Oh sí, lo había logrado. ¡Lo había logrado! Toma esa Kathleen, no podrás vencerme con una guitarra.

-Aquí tienes tus asquerosos 800 dolares-puse todo el efectivo en el mostrador, que se encontraba adelante de él.
Él sonrió con satisfacción.

-Bien. Negocios, son negocios-dijo y me entregó la fotografía con todo y el marco-. Te puedes quedar con el marco-dijo como si nada y besó el dinero, ya ahora en sus manos.

Lo miré asqueada.

Salí de la tienda victoriosa, había conseguido lo que quería.

Regrese al auto de Nathan y me miro extrañado.

-Era mi último día de pagar-dije como si nada-. Si no pagaba, me cobraban recargo -me encogí de hombros y escondí como pude la fotografía para que no la viera. Y al parecer tuve éxito.

N/A.

Éste capítulo es mas largo que el anterior, espero les guste.

Sino les pareció del todo entretenido calmaos que viene más.

Les mando mi lob.

Ciao.

-Kris, xx.✌




RUDE  | kendall f. schmidt |Where stories live. Discover now