Capítulo 24

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Después de un largo camino, al fin llegamos al hospital. Haymitch baja rápidamente y entra al hospital, esperen, ¿Ha entrado sin mí? Pero si la que va a tener al bebé seré yo, no él, definitivamente todos están igual de nerviosos que yo, Haymitch sale por la puerta principal con un séquito de enfermeras y paramédicos que jalan consigo una silla de ruedas, ahora entiendo, Haymitch no se olvidó de mí, fue por una silla, creo que ya estoy alucinando.

Una enfermera abre la puerta del auto y me hace una seña para que me acerque, me muevo un poco tratando de no provocarme más dolor y dejo que Peeta y Haymitch me ayuden a bajar, doy unos cuantos pasos hacía la silla, las enfermeras me ayudan a colocarme en ella y la empujan rápidamente hacía el hospital. Ahora agradezco a Haymitch por haber recurrido a una silla de ruedas ya que yo, hubiera terminado agotada de caminar hasta la entrada del hospital.

Las enfermeras llegan a la recepción del hospital e informan algo que no logro entender. ¡Oh No! Creo que empiezo a marearme, las ganas de gritar se incrementan pero se ven opacadas por un miedo terrible de lo que va a suceder. Alguien sigue empujando mi silla hasta llegar al frente de una gran puerta, reúno las fuerzas necesarias para poder voltear y ver que Haymitch y Effie se han quedado en la sala de espera, Peeta en cambio ha desaparecido de mi vista, trato de encontrarlo con la mirada pero mi acción se ve reprimida por dos grandes puertas de madera que se cierran tras de mí, un par de médicos me toman de los brazos y jalan de mí para luego despojarme de la ropa que poseía, seguidamente, colocan en mí una bata color lapislázuli y un pequeño gorro del mismo tono.

Con ayuda de mi médico de cabecera, me coloco en una camilla, conectan un par de mangueras a mi piel e inyectan algunas más, después de unos minutos de revisión el doctor me informa que, efectivamente, mi bebé nacerá este día, al atardecer a más tardar, da orden de que me levante de la camilla e intente caminar un poco, que eso, agilizará el parto, definitivamente pienso que es la idea más horrible que pudo tener, apenas y puedo moverme de a poco y él quiere que haga una caminata, me niego rotundamente al sentir que los dolores han aumentado rotundamente.

Finalmente Peeta decide aparecer, también viste una bata parecida a la mía, a excepción de que la de él consta de un pantalón, también lleva guantes y un par de Cubre-Zapatos. Se acerca hacía mí y coloca un tierno beso en mi frente.

-Todo saldrá bien Katniss, lo prometo.- Esconde un mechón de cabello que salió de mi gorro y lo coloca nuevamente en su lugar.- Yo estaré aquí contigo, para protegerte.

Peeta toma asiento en un pequeño sofá que se encuentra al otro lado de la habitación. Su mirada se cruza con la mía y me dirige una tierna sonrisa.

Otro terrible dolor se centra en mi vientre, esta vez, un grito lleno de agonía sale de mi garganta. El doctor y Peeta se dirigen hacia mí, Peeta toma mi mano y la acaricia suavemente. El doctor, por su parte, toma mis piernas y las coloca en un pequeño soporte.

-Muy Bien Katniss, creo que es hora de empezar.- Expone el doctor antes de colocarse los guantes de látex. 



Sinsajo: No todo ha terminado.Where stories live. Discover now