Capítulo 5

2K 107 5
                                    

-Puedes estar embarazada-
Espero que Effie sepa lo que está diciendo, porque puedo romperle la cara, qué estupidez más grande acaba de decir, ¿Yo embarazada? Sí claro, no sé cómo se le metió esa idea en la cabeza, he tenido mareos, si pero eso no significa que esté embarazada, lo de los vómitos puede que tenga una enfermedad, pero ¿Un bebé?, eso no tiene en absoluto nada sobre el tema que estamos tratando, estoy furiosa por lo que acaba de decir, pero algo en mi interior me dice que puede ser que tenga razón, no , no me puedo dejar llevar por simples especulaciones, no estoy embarazada, jamás tendré hijos.
-¡No, no lo estoy y jamás lo voy a estar! – Respondo un tanto molesta.
-Pero pue...- dice.
No, no puede ser!- la interrumpo.
- Bueno, está bien pero por favor ve a que un médico te revise, para salir de dudas- me dice un poco preocupada.
- Sé que no lo estoy, y no es necesario que un médico me revise- contesto con una molestia evidente – En fin, creo que ya debemos irnos, muchas gracias por todo- me despido de Effie, agarro mis cosas, y voy a buscar a Peeta, que está muy entretenido con la colección de vinos de Haymitch, y nos vamos.

Decido no decirle a Peeta sobre lo que me comento Effie, estoy nerviosa, se nota fácilmente por la expresión de mi rostro, estoy casi segura de que no estoy embarazada, pero la duda me está dejando sin aliento. Embarazada. Diez simples letras, que a una mujer normal la llenan de alegría, mientras que a mí, pues a mí solo me da temor. Un bebé, un ser inocente al que se tiene que cuidar y proteger, a pesar que ya no hay juegos del hambre, todavía siento ese temor de que puedan pasar hambre, angustia, desesperación, tal como yo la sentí. No me doy cuenta que ya estaba en la sala de mi casa, frente a la chimenea, siquiera recuerdo el hecho de haber entrado, no sé pero me siento muy extraña, logro ver a Peeta, saliendo de la cocina con una taza de té en las manos, supongo que es para mí, cuando nota que están abiertos mis ojos corre hacia mí, no sé porque, llega hacia mí y se arrodilla ante mis pies, deja el taza en la mesa de centro y pregunta:
-¿Ya estas mejor?- me regala una sonrisa
-Sí, ¿Por qué?, estoy perfecta- respondo algo confusa
-¿Perfecta para desmayarte a medio camino?-
Ahora entiendo por qué no recordaba haber entrado a la casa, es extraño no recuerdo casi nada de lo que paso hoy, bueno solo recuerdo la cena de Haymitch y la plática con Effie pero no recuerdo nada más.
-¿Me desmayé?- pregunto mientras frunzo el ceño tratando de recordar.
- Sí, a mitad de camino, te tuve que cargar y traerte hasta aquí, pero no te golpeaste, te sujeté justo a tiempo- me dice con un tono alegre, no entiendo porque se alegra de que me haya desmayado.
-Gracias- respondo- ¿Qué hora es?-
-Aproximadamente las 2:00 am- asegura tratando de ocultar su cansancio
- Ya es muy tarde, vamos a dormir-


Dejo que Peeta me lleve en bazos a la cama porque, a pesar de su pierna, no ha perdido esa fuerza que siempre me ha impresionado, me siento más segura si estoy junto a él, me acuesta sobre la cama, y me arropa con sábanas, se acuesta junto de mí, estamos abrazados el uno al otro, no puedo dormir, pude estar inconsciente pero recuerdo perfectamente la voz de Effie diciendo "Puedes estar embarazada", ¿Qué le digo a Peeta?, bueno cabe la posibilidad de que se ponga muy feliz, pero ¿Qué tal si no es real?, si no estoy embarazada, ¿Qué tal si solo es un simple resfriado?, ¿Qué hago?, ilusionar a Peeta para luego decirle que su dichoso bebe jamás ha existido, no soy tan cruel, Peeta es de carne y hueso, al igual que yo, pero eso no me da derecho a ilusionar a personas, eso me hace sentir culpable, sé que yo he formado ilusiones en personas, y en una en especial. Gale Hawthorne. Me doy cuenta que Peeta se ha dormido, claro, todas las noches siendo despertado por las estúpidas pesadillas que no me dejan en paz, eso debe ser agotador, no lo culpo, ahora soy yo quien lo tengo que cuidar. Me pasa por la mente que tengo, no, mejor dicho, debo de ir al doctor, pero un doctor del distrito 12 no es profesional y digamos que no puede asegurar una respuesta. Peeta se despierta alrededor de las 5:00 am y se da cuenta que todavía sigo despierta, acaricia mi cabello, con sus manos suaves y fuertes.
-¿No dormiste?-
-No, no tenía sueño-
-Perdón por dormirme en serio-

-¿Perdón?, por favor Peeta, este poco rato que has dormido no se compara con noches de sueño inquieto y pesadillas que te he provocado-
Sólo sonríe, seguimos abrazados en silencio, no digo nada hasta que tomo un poco de valor y le pregunto:
-Peeta ¿me puedes llevar al doctor?-
-Por supuesto, pero porque no mejor hacer un viaje para ir al doctor-
-¿Un viaje?, ¿A qué te refieres?-

- No sé, estaba pensando que si quieres, podemos ir a...-
- ¡¿A dónde?!- digo con un poco de emoción, pero se apaga en un instante
-Al distrito 4 a que tu madre te atienda, así, la visitas y aprovechas para que te revise-.
¿A caso se ha vuelto loco?, ¿Yo en el distrito 4?, no sé qué le pasa en serio, pero no sería mala idea, ¡¿Pero qué rayos estoy diciendo?! Obviamente sería una mala idea.
No sé cómo Peeta logro convencerme, pero no hay vuelta atrás, y si digo esto, es porque ya estoy en un vagón de tren con Peeta, Effie y Haymitch.

Sinsajo: No todo ha terminado.Where stories live. Discover now