¿Cambios?

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Estaban en silencio, caminando tranquilos y disfrutando del contacto de sus manos.

La noche los acompañaba y las sonrisas que daban hacían que esa noche fuera como especial para ellos.

Pero al final ella decidió romper el silencio.

-Jellal, ¿te duele algo? –Se miraron y la sonrisa de él le relajo.

-No, estoy genial. –Ella le devolvió la sonrisa.

-Me alegro de eso.

Estaban un poco cortados por la nueva situación en la que estaban.

-¿Te gustó? –Preguntó nervioso.

-¿El b-beso? –Sus nervios afloraron y Jellal un poco tímido asintió. –Sí. –Dijo decidida y un poco avergonzada. –Fue el primero y me gustó.

-Me haces feliz. –Se miraron. –Siento haber sido el primero, pero necesitaba hacerlo.

-¿eso quiere decir que tu...? –Jellal se avergonzó y pararon de caminar.

-Erza, ¿quieres ser mi novia? –Ella experimento una gran alegría recorrer su cuerpo, sonrió y le abrazó.

-Sí, quiero ser tu novia. –Sin poder creérselo correspondió el abrazo y la elevo un poco.

-Te quiero Erza. –A ambos se le iluminaron la mirada.

-Yo también te quiero Jellal. –Y sin esperar más, se besaron con ternura.

Y entre mimos y más te quiero llegaron a la casa de Erza.

-Bueno... -Digo un poco triste. –llegamos.

-Si... -Pasó sus manos por su cintura. –No tardare mucho en volver a reclamar tu tiempo.

-Jellal... -freno el acercamiento que estaba haciendo. – Podrías quedarte a dormir como la otra vez... porque si te fijas es muy tarde... -Jellal sonrió de lado. –Y a estas horas hay mucho peligro por las calles, no me gustaría que te pasara algo... -Erza no le podía mirar, sentía un poco de vergüenza.

-Claro, está demasiado oscuro y no puedo negarme si me lo dices de forma tan tierna. –Está vez Erza si le miró. Vio como sonreía de forma divertida.

-Pero solo dormir. –Le advirtió. –Aun no creo que esté lista para... bueno, ya sabes.

-Tranquila, yo te espero –Le sonrió enternecido. –Subimos, debes estar congelándote. –La verdad es que los nervios de Jellal aumentaban. "Paso a paso, es joven aun..."

-Vale. –Un rubor salió a la luz y Jellal lo notó. "Tengo que aguantar"

No tardaron mucho al entrar pero algo sorprendió a Erza haciendo que gritara.

-KYAA!! –Jellal le coloco delante y vio a Rob, el abuelo de Erza. Por supuesto no paso desapercibido el gritito de Erza.

-Chaval, te avise... -Resoplo y se levanto de la silla de Erza. –Erza aparte de él.

-Abuelo.... –Cogí la mano de Erza para darle el toque de que no era el momento. –Tengo que hablar contigo.

-Estás haciendo cosas totalmente extrañas, no eres así... -Dijo Rob. –Hablaremos luego, ahora necesito que desaparezcas Jellal... -Erza me miró. –No lo hagáis más difícil.

-Perdón. –Susurro Erza.

-Claro, espero que me puedas perdonar. Erz nos veremos. –Le dejo un beso en la frente. Y luego sin mirar atrás y a paso un tanto rápido salió de allí.

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