—¿Y Lina fue a buscar a alguien así? —pregunta—. ¿Y sola? —vuelve a hablar sin esperar respuesta, y sin poder creer lo que mi mujer está haciendo.

—Sí.

Yo aprieto mis manos en puños, tan fuerte, que mis nudillos quedan blancos; no me salen las palabras y mi garganta no deja de quemarme, siento todo mi cuerpo tenso.

—Lina es así —comienza a hablar Gaby—, ella no le teme a nada; es muy temeraria.

—Es una inconsciente —refuta Lucas, golpeando el volante. Yo sigo con la mandíbula tensa, y apretando mis dientes y puños; siento que Lucas me mira—. Va a estar bien, sabe defenderse —dice, y creo que no lo hace solo para convencerme a mí, sino a él mismo también. En cuanto llegamos Gaby se apresura a hablar.

—Vamos por atrás, Lina dijo que él siempre deja una llave para su hermano.

Todos asentimos y lo seguimos. Al llegar vemos que la puerta esta unos centímetros abierta y entramos con cuidado, está todo oscuro y en silencio, esto me hace poner más nervioso, no creo que sea bueno. Se escucha un gemido al final del pasillo y corremos hacia allá. En cuanto llegamos veo.... Oh, no, esto no puede ser. Hay un hombre en calzoncillos esposado sobre la cama, golpeado y gimiendo de dolor.

—¿Dónde está Lina, Rafa? —pregunta Lucas.

«Así que esta lacra es ese Rafa»

—Desátenme —gime el tipo.

—Maldito imbécil. ¿Dónde está? —grazno, lanzándome sobre él y agarrándolo del cuello.

—Se fue a buscar a ese novio suyo —lloriquea.

—¿Qué novio? —inquiero, apretando más.

—¿Quién te piensas que le dijo a Dany dónde encontrar a la niña? — escupe.

—¿El barman?

—¿Sebastián? — dice al mismo tiempo Lucas.

—Sí, ¡ahora suéltenme! —grita, sacudiéndose de mi agarre—. Él lo mantuvo al tanto a Dany sobre dónde ella trabaja, dónde vive, y dónde está su hija. Dany siempre supo todo sobre Lina —Me mira—, y sobre ti —Sin poder aguantarme, le propino un puñetazo que lo deja inconsciente.

—Vamos —ordena Gaby.

—Voy a matar a ese idiota —gruño conforme salimos de la casa.

—Ponte en la fila —esboza el morocho.

—Nunca me gustó ese imbécil —demanda Lucas.

Subimos al auto y mis nervios aun no cesaban, ella está a un paso delante de nosotros y no veo que esto sea bueno; ese idiota del barman se mostró bastante violento cuando estuvo en su casa, y todo este tiempo que estuvo con ella solo estaba pasándole información a Dany. Lina está siendo imprudente, no está pensando, la van a lastimar... No, no pienses así; ella es fuerte, no va a salir lastimada. Vas a estar bien, vamos a salir de esto, te prometo que vamos a encontrar a Aye y vamos a ser una familia.

—¿Estás bien? —pregunta Erik, sacándome de mis pensamientos.

Me limito a asentir y vuelvo a clavar mi vista a un punto imaginario. Al cabo de diez minutos llegamos a una casa, la de ese barman; nos bajamos y corremos hacia la puerta, la cual, al igual que la de Rafa, se encuentra abierta. Lucas la golpea y se abre rebotando contra la pared, corremos al interior y vemos que todo el lugar está revuelto; se escucha un sollozo y corremos hacia allí. Esta imagen no es la que esperaba ver; la verdad, no sé qué es lo que esperaba, pero en definitiva no era esto.

Maldito Cuerpo Traicionero (En Edición)Where stories live. Discover now