Capítulo 26-Dany

5.3K 334 4
                                    

CAPÍTULO NUEVO!!

Me he pasado mucho tiempo esperando este momento, el momento de mi regreso. Desde el día en que me enteré de la existencia de mi hija, no he pensado más que en poder verla en persona y hacerle saber quién es su padre, hacerle saber que YO soy su padre. He tenido mucho tiempo para planificar este encuentro con ella, también, he tenido mucho tiempo odiando a la mujer que me abandonó en cuanto fui detenido. Al principio no pude culparla; se asustó, era una adolescente con mucho peso en su espalda, pero pensé que iba a recapacitar y, cuando estuviese segura, iba a regresar y tomar el mando como era debido. Sin embargo, eso jamás pasó. Mi amor-odio fue creciendo con el correr del tiempo; fue peor cuando me enteré de su embarazo. La esperé, juro que la esperé y tenía la esperanza de que ella algún día fuera a visitarme a prisión para darme la buena noticia de que éramos padres. Repito: jamás pasó. Mi gente me ha tenido al tanto de cada movimiento de esa mujer, nunca le he perdido el rastro, siempre sabía dónde estaba y qué hacía. Quizás, sea un idiota por reconocer esto, pero... aun la amo; fue mi primer amor, me atrevo a decir que mí único amor. Desde aquel día en que me ayudó con ese idiota de la escuela, cambió todo en mí y solo podía pensar en ella; pensé que era recíproco, sin embargo, me doy cuenta que no fue así. Duele como la mierda que me traicione de esta manera, y por eso, estoy aquí en estos momentos: Frente a la casa de sus padres. Le voy a dar la oportunidad de redimirse, como ya expliqué, la amo y me cuesta mucho hacerle daño. Al escapar de la cárcel, pude reunir lo suficiente para darnos una vida plena; mis negocios han vuelto a remontar gracias a mis colegas y amigos. Ya es hora que reúna a la familia. Por eso, hoy voy a llevar a mi hija conmigo, voy a demostrarle que soy su padre y que daría la vida por ella, solo espero que Lina se una a nosotros, que deje al imbécil del gringo y seamos una familia como debimos ser desde el comienzo.

Mis hombres rodean la casa conforme yo me acerco a la puerta principal, escoltado por dos de ellos. Por el reflejo de la ventana puedo ver que mi traje oscuro me da un porte serio y lejos parezco un hombre que hace poco haya estado en prisión. «Debo darle una buena impresión a mi niña». Toco el timbre y puedo escuchar como alguien se acerca corriendo para abrir la puerta. Por un segundo quedo sin aliento al ver a la niña parada frente a mí, la forma de sus ojos es muy parecida a los míos, la diferencia: los suyos son verdes, los míos azules.

—Hola —saluda con una sonrisa; nos observa de arriba abajo antes de preguntar—: ¿Son mormones? —Sin poder evitarlo suelto una carcajada.

—No, cariño. No somos mormones.

—¡Aye, te he dicho miles de veces que no debes abrir la puerta! —grita su abuela llegando a nosotros, pero se detiene con brusquedad al reconocerme— . Aye, ven —le ordena en voz baja y temblorosa.

—Hola, Gloria.

—¿Lo conoces, babu? —curiosea mi hija.

—Nos conocemos, cariño —intervengo.

—Aye, te he dicho que vengas —ordena, acercándose con lentitud.

—Bueno, abuela —bufa la niña, pero le tomo la mano para no dejarla ir.

—¿Quisieras tomar un helado conmigo? —le pregunto, mostrando una sonrisa cómplice.

—No creo que mi abuela me deje. Debo ir con ella...

—Tu abuela no tendrá problema con eso, ¿verdad, Gloria?

—Yo...

—Gloria —pronuncia Roberto «el padre de Lina» con unos de mis hombres detrás de él apuntándole con un arma sin que mi hija se diera cuenta de eso.

—Oye —llamo la atención de mi niña—, apuesto que tu helado favorito es el de chocolate.

—Sí. ¿Cómo lo supiste?

—Porque también es el mío —Le dedico una sonrisa al ver sus ojos verdes asombrados.

Uno de mis hombres me toca el hombro y al desviar mi mirada hacia él, me muestra el helado que había traído para mi niña, luego de darle un leve asentamiento con la cabeza, lo tomo de su mano y se lo extiendo a mi hija. Ella me observa con una gran sonrisa de alegría.

—¿Puedo, Babu? —le pregunta a su abuela, casi en una súplica.

—Aye, pronto estará el almuerzo...

El quejido de Roberto hace que se calle de repente. Al parecer, el hombre que le apunta con el arma, hizo algún movimiento brusco para que pensara dos veces lo que decía.

—Solo un permitido —esbozo—. Rompamos las reglas por hoy por ser una buena niña.

Ella posa sus ojos en su abuela pidiéndole permiso en silencio; por un momento arruga el ceño y la nariz, creo que la mirada llorosa de Gloria la está poniendo en alerta, por lo que observo con intensidad a esa mujer. No se va a meter entre mi hija y yo. Gloria se percata de mi mirada y da un leve asentamiento.

—Sí —susurra.

Sin perder tiempo, le tiendo el helado a mi hija. Aye me regala una gran sonrisa mostrando todos sus pequeños dientes y lo acepta.

—¿Sabes lo que se dice? —indago, luego de que se lo llevó a la boca.

—Mmm... ¿Gracias? —responde en forma de pregunta.

—De nada —contesto sin poder dejar de sonreír—. ¿Está bueno?

—Muuuy bueno —canturrea relamiendo sus labios.

—Me alegra.

—¿Qué quieres, Daniel? —se anima a preguntar Roberto.

—A mi familia conmigo —le respondo mirando directo a sus ojos—. Quiero a mi hija y a mi futura mujer conmigo, a mi lado. Como debe ser.

—¿Tienes una hija? —curiosea Aye, jocosa.

—Sí, cariño. Así es.

—¿Es como de mi edad?

—Tiene tu misma edad —Poso mi mirada en sus abuelos—. Pronto te hablaré sobre eso.

—No lo harás —sisea su abuelo.

Yo solo sonrío.

—¿Babu? —musita Aye dejando caer su helado, desvaneciéndose ella también.

Me apresuro a tomarla en mis brazos antes de que se golpee en el suelo y la aprisiono contra mi cuerpo. Es tan pequeña, tan delicada, y se siente tan bien sostenerla. El somnífero puesto en el helado ha hecho efecto.

—¿Qué le has hecho? —inquiere Roberto.

—Solo está dormida —respondo, mientras acurruco a mi hija y me giro para irme —. Dejen una advertencia —les ordeno a mis hombres antes de salir de la casa.

A medida que voy cruzando la calle para llegar al auto, puedo escuchar el alboroto que hacen dentro de la casa. Lina requiere de un incentivo para encontrar a su hija y para eso necesita dejar salir a la verdadera mujer que tiene guardada desde hace un largo periodo. La verdadera mujer que yo amé y amo desde hace mucho tiempo. Pienso llevarme a mi niña a otro país; gracias a mi mejor amigo Christopher que, por cierto, odia a Lina, tengo un lugar preparado para nosotros en donde la esperaremos. Ella sabrá bien qué hacer.

N/A UN POCO DE LO QUE PASA POR LA MENTE DE DANY Y CÓMO SECUESTRÓ A AYE, ESPERO QUE LES GUSTE Y VAN A VER CAPÍTULOS NUEVOS.

AHORA SÍ, NESSA, DEESAPARECE

Maldito Cuerpo Traicionero (En Edición)Where stories live. Discover now