Capítulo 38

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El miércoles por la tarde Lauren fue a casa de los Cabello.

Dudosa se acercó a la puerta, insegura de si debería tocar, pero no supo en qué momento ya estaba golpeando la puerta con la esperanza de poder hablar con Camila.

-¿Lauren?

-Sofi, qué agradable es verte.

-¿Por qué no has venido a ver a Camila?- preguntó la niña con aires de tristeza.

-Lo sé, lo siento... Tuve algunas diferencias con Camz, pero vine para aclararlo todo.

-Creo que lo tendrás que arreglar otro día.

-No, espera Sofi, necesito verla, por favor.- suplicó Lauren.

-Yo no tengo problema, en realidad te he extrañado mucho y estoy segura de que ella también. Pero en este momento no se encuentra, fue a su terapia.

-Oh... Lo entiendo... ¿Crees que pueda verla más tarde?

-Mamá dijo que llegarían muy de noche, por eso hoy me quedaré con la señora Wilson, la vecina de en frente.

-Está bien, supongo que será otro día.- dijo Lauren dándose la vuelta y alejándose de la entrada, pero la voz de la pequeña intervino de nuevo.

-¿Por qué no me acompañas a su pórtico? Estoy segura de que está mirando por la ventana en este instante esperando a que yo llegue, pero pensando que eres una secuestradora. Es mejor antes de que venga la policía.

Lauren soltó una corta risita antes de responder. –Okay, te acompañaré.

-¿Por qué Camila ha estado tan triste estos días?- preguntó Sofi comenzando a caminar.

-Tuve una pelea con ella, le mentí para que se alejara de mí y ahora... Le he hecho daño.

-Tú me prometiste que jamás le harías daño.- reclamó la menor de los Cabello un poco enojada.

-Lo sé, en verdad lo siento. Creí que estaba haciendo lo correcto; ahora me doy cuenta de que provoqué todo lo contrario.

-¿Por qué le hiciste daño? Alguien que te ama no te hace daño.

-Algunas veces las...- ¿Personas? Lauren no era una persona, era un ángel. Pero cuando estaba con Camila sentía como si estuviese hecha para más que proteger a la Tierra de los demonios. Cuando estaba con Camila se sentía humana. –La gente comete tonterías sin pensar en las consecuencias y terminan dañando a los seres que más quieren.

-¿Eso significa que tú nunca quisiste herir a mi hermana?

-Yo jamás haría eso intencionalmente, la amo.

-Entonces ella te perdonará.- aseguró Sofi. –Al igual que yo.

Lauren le lanzó una tierna sonrisa antes de dejarla en la puerta de la señora Wilson, presentándose y despidiéndose cortésmente de ella.

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Al día siguiente Lauren regresó a la casa de los Cabello, quienes habían salido a cenar para el cumpleaños de una de las tías de Camila, pero ésta se quedó porque tenía mucha tarea por entregar.

Lauren pensó que después de ver a Camila regresaría a su departamento para hacer todos los trabajos que no entregó en dos semanas.

El ángel se acercó a la entrada e intentó llamar, pero analizando la situación probablemente Camila le cerrara la puerta en la cara, si no es que llamaba primero a la policía. Decidió que la mejor opción sería darle una sorpresa y demostrarle que no estaba dispuesta a perderla.

Lauren voló hasta el patio trasero y aterrizó en el balcón del cuarto de Camila, tal y como lo hacía cuando todo comenzó.

No se molestó en cerrar sus alas, no supo por qué pero simplemente no lo hizo.

Lauren: ¿Podemos hablar?

Leído a las 20:15

Lauren: Camz... Por favor...

Leído a las 20:30

Lauren: Camila, no me ignores.

Camila: ¿Qué quieres Lauren?

Lauren: Hablar contigo, por favor.

Camila: ¿Por qué no vienes y lo arreglamos cara a cara?

Lauren: Porque no me has invitado a pasar.

Camila: ¿Ahora también eres vampiro?

Lauren: Sólo abre la puerta de tu balcón.

Leído a las 20:35

Camila abrió los ojos como platos y se levantó rápidamente de la cama, se miró al espejo y sintió la necesidad de arreglarse un poco la ropa y el cabello aunque no cedió a este impulso.

Abrió la puerta y se encontró con ese esplendor angelical que tanto amaba.

-Hola.- dijo Lauren mirándola a los ojos.

-Hola.- respondió Camila.

Se quedaron en silencio unos minutos mirándose directamente a los ojos.

Entonces los ojos de Camila se cristalizaron y antes de que cayera al suelo, vencida por el llanto, Lauren corrió hacia ella con una velocidad impresionante y la sostuvo en sus brazos cubriéndola con sus alas.

La abrazó como si de ésta manera pudiese unir todos los pedazos rotos de su alma y corazón.

-Lo siento tanto, Camz.- dijo Lauren, sintió un nudo en su garganta y trató de contener sus lágrimas, pero no lo logró. –Perdóname, por favor.

-Dime que nada de lo que me dijiste es verdad.- suplicó Camila. –Dime que no me utilizaste sólo para eso, no me importa si ya no sientes nada por mí, sólo quiero saber que lo de aquella noche significó tanto para ti como lo hizo para mí. No puedo ser el objeto sexual de nadie otra vez...

Y Lauren comprendió el gran dolor que había dentro de Camila, dentro de su Camila.

-No te utilicé, necesitaba alejarte de mí para protegerte, pero ahora sé que no hice lo correcto.- dijo Lauren sintiendo los brazos de Camila sostenerla con la misma fuerza. –Estoy tan enamorada de ti, Camila, estuve enamorada de ti ayer, lo estoy hoy y lo estaré mañana, y así será hasta el fin de mi existencia.

-Yo también estoy enamorada de ti, Lauren. Pero dame una razón para que pueda perdonarte.

-Porque...- Lauren se detuvo unos segundos, tomó las mejillas de Camila y plantó un casto y sediento beso en sus labios. –Porque ¿quién va a amarte como yo lo hago?

-Lauren...

-Dime Camila, dime ¿quién va a amarte como yo lo hago?

-Sólo tú, Lauren Jauregui.- le susurró Camila rozando sus labios para finalmente regresarle aquel beso de una forma más intensa, como si de alguna manera pudiera reconectar sus almas en su punto máximo.

La fricción de sus cuerpos aumentó junto con la intensidad del beso.

Y esa noche hicieron el amor por segunda vez.

Angels To Fly (Camren)Where stories live. Discover now