02. "Micaela."

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Agarré el otro vestido azul para ver que tal me quedaba y seguía sin estar segura de como ir a la fiesta de bienvenida pase del azul al rosado y finalmente me decidí por el rojo el cual era bastante largo, me sonreí a mi misma en el espejo y me coloque la pequeña corona que me había traído mamá junto con el vestido.

Bianca entró por la puerta y me miro de arriba hacía abajo.

— Nena, estás preciosa. —Se acercó y me abrazo, necesitaba tanto ese abrazo.

Ella era la persona más especial que tenía en mi vida, era mi mejor amiga, mi hermana, en conclusión no se que haría sin ella en este momento, no sería nada de mí.

— No voy a llorar ahora así que no digas más.

— Nacho es un chico con mucha suerte.

— Ramiro también lo será.

— ¿Qué?

— Quiero que tengamos algo así como una cita doble.

— No, ni lo pienses. —Se acostó en la cama y la levanté nuevamente, no la dejaría acostada mientras todos se encontraban en la fiesta.

— Arriba los ánimos aparte es una fiesta en donde tienen que estar todos los alumnos. 

— No.

— Si.

— Bien. —Terminó aceptando así que feliz de que por fin la podré arreglar la maquille y le puse el vestido rosado que no me había gustado pero que a ella le quedaba de maravilla.

Se veía tan bien, era muy bonita.

— ¿Y?

— Te ves divina. —Nos abrazamos nuevamente y el ruido de la puerta hizo que nos separáramos, ya los mellizos habían llegado.

Nacho era tan guapo, Ramiro era simpático aunque se notaba que era el típico mujeriego.

Fuimos al gran salón que ocupaba el internado, era bastante grande y contaba con la piscina la cual se encontraba afuera. Lo primero que hicimos fue agarrar algunas copas y ponernos a brindar.

No tardaron tanto en cuanto los profesores se pusieron a hablar por los micrófonos dándonos la bienvenida a todos en especial a los nuevos como yo y la pequeña Bianca.

— ¿Podríamos hablar? —Murmuró Nacho, su aliento era tan.. No tenía palabras para describirlo.

Pero eso junto con lo que estaba tomando estaba a punto de volverme loca, tenía ganas de besarlo para saber que se sentía besar esos labios con aquella mezcla de alcohol y su típico aliento como a menta.

Fuimos a su habitación y allí me dijo que me sentará en la cama así que lo hice, mire toda la parte de la habitación la cual estaba decorada con pequeños autos y las paredes eran azules con pequeñas manchas rojas.

Sacó de uno de sus cajones una caja la cual no era tan grande pero tampoco tan pequeña, tragué en seco cuando abrió de está y se pudo ver un collar con un diamante azul casi parecido al mismo diamante de mi anillo.

— Te quería dar la bienvenida y creo que no existe mejor regalo que regalarte esto, es una pequeña joya que me regalo mi madre hace mucho tiempo cuando estaba a punto de venir al internado y no sé porque razón lo hizo cuando esto es para chicas así que pensé en ti al verlo. —Dijo todo aquello y no me quedo de otra que sonreír, hizo mi cabello hacía un lado y me coloco el collar para luego empezar a tocar de este mientras nos mirábamos en el espejo.

— Es muy bonito. —Acaricié el pequeño diamante y sonreí ante lo bien que se sentía tocarlo.

— Eres tan hermosa, Micaela Lorena. —Tragué en seco ante aquello, estaba a punto de irme pero su mano me detuvo y me atrajo suavemente hacía el.

— Creo que deberías darme un premio por el regalo. —Al escuchar aquello entendí todo y porque razón me regalaba aquello que lo más normal era que costaría unos miles o quizás millones de dólares. 

Busqué la pequeña pieza para así sacarme el collar y tirárselo en la cama.

— El que no sea de la clase baja no quiere decir que sea igual a todas las chicas de aquí, púdrete Ignacio. —Salí de la habitación y cerré la puerta de un fuerte portazo.

Nuevamente me pasaba, nuevamente pensaban que era una ofrecida por ser casi igual a todas esas chicas.

Salí del área de las habitaciones de los chicos y fui a las de las chicas para así entrar a la habitación e ir hacía el baño, me retoqué el maquillaje y me coloqué un lápiz labial un tanto más fuerte.

Me dirigí hacía el salón de baile y pude ver a Bianca intentando escapar de Ramiro así que reí ante aquello, era tan típico de ella. Me acerqué a ambos y está me abrazó fuertemente.

— No vuelvas a dejarme con el o te matare mientras duermes. —Susurró en mi oído y Ramiro rió sabiendo que Bianca le tenía miedo.

— No tienes porque temer. —Estaba por irse pero antes de hacerlo le robo un beso a Bianca y la vi para así ver lo roja que estaban sus mejillas.

Esa escena me dio tanta ternura que empecé a reír, me gustaría ser igual de inocente que ella.



Beautiful | Biancaio | Nachoela. | TERMINADA.Where stories live. Discover now