Cornucopia

1.1K 129 30
                                    


Muchos tributos se caracterizaban por la fuerza, otros por su puntería, por su habilidad para escalar pero pocos tenían todas las habilidades que mi ser energético había heredado de mi abuelo. Tenía piernas largas y había pasado tanto tiempo corriendo para llegar antes de que la vaya se encendiera que correr a contra reloj ya era una constante en mi vida antes de si quiera saber lo que eran los Juegos del Hambre correctamente.

El suelo no era nada más que arena firme que se enredaba en la suela de goma de mis botas y sacaba una cantidad hacia afuera. Estaba a unos cuantos metros de la cornucopia, si los profesionales planeaban matarme tenía la ventaja de llegar antes, si enserio éramos aliados me protegerían de morir por cualquier otro tributo.

Un cuerpo mucho más grande que el mío se estrelló contra mí al borde de la cornucopia pero no era el de Ethan, era un chico con aspecto gordo, no musculoso como el de gemelo. No lo reconocí al instante ni tampoco hice nada por presentarnos. Él tenía sus dedos gordos en torno a mi cuello tratando de ahogarme pero yo no tenía planeado de morir de esa forma tan ridícula. Plante una de mis piernas en el suelo y la usé como palanca para alejar sus kilos de grasa de mi cuerpo lo más que pude. Sus ojos brillaban en furia contenida.

-¡Stiles! -Tantee el suelo buscando algo que me sirviera además de la cantidad alarmante de arena. Una daga chocó contra mi costado justo cuando creí que jamás volvería a sentir el aire acunarse en mis pulmones. Volví a usar mi rodilla pero esta vez me aseguré de encajarla en su cuerpo, cualquier lugar sería bueno tomando en cuenta que era blando por todos lados. Los dedos se me llenaron de arena cuando agarre la daga, apreté el pomo de forma incorrecta por la falta de aire en mis pulmones y lo encaje en su sien.

La sangre del chico me calló en el rostro y parte del cuello. Lo aventé a un lado sin darme tiempo a jalar aire para ponerme a trabajar el cerebro, Matt me lanzó una lanza apenas vio que me puse de pie.

-Cuida el otro lado -Me ordenó. Él tenía una espada en su mano ensangrentada. Igual que yo ya se había llevado la vida de un tributo o de varios tomando en cuenta que no había lugar donde pisar sentirse asqueado por el espectáculo.

Caminé a la parte trasera de la cornucopia con la lanza aferrada en mi mano derecha y la izquierda masajeando mi cuello. Estaba con los profesionales, nadie era tan idiota para enfrentarse en una lucha cuerpo a cuerpo con un profesional, mucho menos si ya habían visto que el chico gordo había quedado muerto.

Una flecha zumbó por encima de mi cabeza y se estrelló en la espalda de un chico peli rojo, su cuerpo pequeño cayó de rodillas y finalmente dio de cara al suelo. Jackson lanzó otra flecha a su cuerpo por si acaso.

Seguí mirando a mí alrededor viendo como los tributos escapaban de la cornucopia, algunos con armas, otros con una mochila y algunos heridos o simplemente corrían. Voltee en dirección al bosque y vi una cabellera castaño claro moverse mientras se colocaba una mochila. Era Heather.

-Tu cuchillo -Le pedí a Jackson quitándole el arma de la cadera. Corrí unos metros con la lanza en la mano izquierda y cuando estuve a una cercanía prudente lancé el cuchillo directo a la mochila de Heather.

Se estrelló justo en el centro, donde no había probabilidad de dañarla. Fingí molestarme porque se había escapado aunque en realidad estaba aliviado de que por lo menos tuviera un arma.

Seguí moviéndome alrededor de la cornucopia pretendiendo que yo también estaba en labor de matar tributos aunque en realidad estaba huyendo de la sangre que se escurría por todos lados a donde mirara. Pasé al lado de Matt cuando encajó su espada en el vientre de otro tributo y la retorció para asegurarse de que estaba muerto.

Trigesimos Séptimos Juegos del HambreWhere stories live. Discover now