Entrenamiento

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Caminé de forma segura hasta el círculo con los demás tributos, tratando de lucir confiado a pesar de que estaba empezando a sentir los indicios de un ataque de pánico recorrerme el cuerpo. Por dentro estaba siendo un hervidero de nervios aunque por fuera lucía como una persona confiada en sí misma.

Los tributos del distrito 1 y 2 me miraron siguiendo cada paso que di hasta llegar al otro lado, frente a ellos. Levanté la mirada y clavé mis ojos en ellos, que no supieran que les tenía miedo o sería el primero al que querrían matar. No podía mostrarme débil cuando ya había sido fuerte en la cosecha, cualquier cambio de actitud lo interpretarían como miedo o peor, como un reto, así que opté por plantarme en mi lugar como lo haría el Stiles de siete años en clase de música: despreocupado y energético.

Si Scott estuviera ahí seguramente aplaudiría cuando le contara que había sido fuerte pero no iba a poder contarle a Scott que había engañado a los profesionales en el primer día.

-En una semana todos ustedes, menos uno, estarán muertos –Empezó un hombre de cabello castaño y ojos azules. Se le veían los años que llevaba entrenando tributos en las manos, su piel blanca empezaba a reflejar líneas de expresión, sobre todo un ceño fruncido de preocupación o de desaprobación, lo que fuera no quería saberlo –Todo depende de su habilidad para sobrevivir allá dentro –Continuó repasándonos con la mirada –Y de lo que aprendan en estos cuatro días, para empezar deben saber que está prohibido pelear con otro tributo, dejen eso para la arena, segundo, hay cuatro ejercicios obligatorios después vendrá la preparación individual. –Sonrió como lo haría un depredador –Les aconsejo que no dejen de lado las tácticas de supervivencia, un buen fuego o una daga puede ser la diferencia entre la vida y la muerte hasta que alguien más listo aparezca –Nos guiñó el ojo como si eso fuera una broma –Estar a la intemperie o escondido puede ser más útil que escoger una espada, obviamente habrá alguien que sea tan idiota que muera por causas naturales –Empezó a caminar haciendo ademanes con sus brazos –Intoxicación, frío, deshidratación, no se confíen, el clima puede ser tan letal como un cuchillo.

Paró de caminar cuando estuvo frente a mí, me miró de pies a cabeza y sonrió.

De niño mi madre siempre me dijo que no se mira a los ojos a un perro, lo mejor era mostrar sumisión así que lo que hice fue ladear el cuello y esperar a que se alejara con esa sonrisa de satisfacción que empezaba a odiar.

La fila para pasar de un lado a otro por un pasamanos era demasiado larga cuando Peter se fue, la de escalar también, igual que la de los cuchillos, la de lucha cuerpo a cuerpo también así que opté por empezar mi entrenamiento solo.

Di un rápido vistazo al gimnasio ignorando a los jueces en la parte de arriba observándonos como si fuéramos ponys entrenados.

Tomé un arco, tres flechas y me paré a la distancia marcada apuntando directamente al muñeco de plástico con círculos rojos en las zonas letales. Nunca en mi vida había usado un arco pero me las ingenie para aprender a tomarlo y colocar la flecha. La primera se pasó del muñeco, a la segunda ya le había agarrado el truco pero ni siquiera se acercó al centro del cuerpo, la tercera quedó en el círculo blanco. Después de otras cinco flechas estaba seguro de que apestaba en eso pero las filas seguían sin bajar y yo no era alguien que se rendía fácilmente.

-No tienes manos de arquero –Mi sexta flecha dio en una pierna en lugar de la cabeza -¿Lo ves?

-¿Y vienes a enseñarme? –Pregunté girando mi rostro para encontrarme con el instructor que se había dignado a acercarse para burlarse de mi miserable intento de dar en el blanco.

Heterocromía, fue lo primero que pensé cuando lo vi. Había leído de esa anomalía en uno de los libros de la escuela pero nunca antes había visto a una persona que la padeciera, ni siquiera a un gato y había revisado los ojos de todos los que había en el distrito. No era el caso completo, era algo demasiado vago si no se observaba bien pero ahí estaba, sus iris empezaban de un color miel y terminaban en un azul casi gris. Heterocromía parcial, dije en mi mente haciendo una anotación que no me serviría de nada.

Trigesimos Séptimos Juegos del HambreTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang